Matthias Sammer es probablemente el mejor jugador nacido en la antigua Alemania del Este y el único que recibió el balón de oro en toda la historia del galardón. El que fuera jugador del Borussia Dortmund y el Inter de Milán jugó tanto con la Alemania Democrática como con la reunificada. Recordamos su historia.

“Franz Beckenbauer no admite comparación posible, ni conmigo ni con nadie”. Esta afirmación de Matthias Sammer el día que recibió el balón de oro, fue su reacción a los grandes titulares que acaparó en la prensa europea. Tanto el Kayser, como Lothar Matthaus y Sammer, eran futbolistas que jugaron en algún momento de sus carreras en el centro del campo o el eje de la defensa. Los tres fueron premiados con el balón de oro y respondían al mismo perfil. Pero Matthías Sammer era el único de ellos que había nacido en la República Democrática Alemana. Su padre, Klaus Sammer, fue un destacado futbolista y técnico de la RDA que le hizo debutar en el Dynamo Dresden.

Pero la vida de Matthias cambió de forma sustancial tras la caída del muro de Berlín. El futbolista tuvo la fortuna de vivir un hecho histórico como aquel en un momento importante de su carrera, algo que no pudieron disfrutar otros futbolistas de la RDA en el pasado. Gracias a la ruptura de fronteras entre las dos Alemanias, Sammer pudo dar el salto a un gran club de la Bundesliga como el Stuttgart, aunque el Bayer Leverkusen parecía el mejor posicionado. Antes de la reunificación fue internacional con la RDA en 23 ocasiones, participando en el último encuentro internacional que disputó este combinado nacional (un 0-2 ante Bélgica en el que Sammer marcó los dos goles).

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La fiebre del Inter de Milan por los jugadores alemanes (varios campeones del mundo en 1990 jugaban en el equipo), provocó que el cuadro lombardo se fijara en él y le ofreciera un contrato millonario de cara a la temporada 1992-93. Sin embargo no consiguió adaptarse a la Serie A y volvió a Alemania para formar parte de un Borussia Dortmund legendario. Allí se convirtió en un elegante mariscal en el centro del campo, demostrando dotes técnicas, buen posicionamiento y llegada. Ottmar Hitzfeld le dio galones y decidió retrasar su posición. El Dortmund vivió estos años los mejores años de su historia conquistando varias veces la liga alemana, la Copa de la UEFA y coronando su trayectoria con una histórica victoria en la Champions League 1996-97.

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Pero antes de aquel triunfo en Munich ante la Juventus, Sammer había conseguido pasar a la historia a finales de 1996, cuando recibió el balón de oro gracias a una gran temporada coronada en la Eurocopa de Inglaterra. Aquella Alemania dominó el torneo desde el primer encuentro con un excelente Sammer en la posición de líbero. El torneo fue vital para que Matthias aventajara en la votación al gran favorito, el brasileño Ronaldo. Sammer también fue condecorado en varias ocasiones como mejor futbolista de la Bundesliga, pero lo cierto es que tras recibir el premio y conquistar la Champions League con el Borussia, su rendimiento se vio condicionado por varias lesiones. Nunca volvió a alcanzar el nivel anterior, aunque a día de hoy sigue siendo uno de los futbolistas salidos de la antigua RDA más recordados. Tras abandonar el fútbol de élite comenzó su carrera de entrenador, donde hasta el momento ha trabajado en el Borussia, el VfB Stuttgart, la federación alemana y el Bayern, donde desempeña el cargo de director deportivo.