El último rebelde del fútbol inglés
James McClean, futbolista del West Bromwich, continúa mostrando su rechazo hacia los símbolos británicos en la Premier, y tiene su motivo
Esta semana los equipos de la Premier League, así como otros representantes en otras instituciones como la política, han comenzado a llevar en sus equipaciones el Poppy Appeal, una amapola roja que se porta durante el primer tercio de noviembre en recuerdo a todos los británicos caídos en combate. Pero hay un futbolista que no luce este emblema en su camiseta, se trata de James McClean, jugador del West Bromwich Albion, que siempre se ha negado a lucir el poppy desde que en 2011 desembarcara en la Premier.
El deporte español parece sumirse en el caos cada vez que una afición muestra su desacuerdo con símbolos nacionales como el himno o el Rey, pero en el fútbol inglés parece que han aprendido a convivir con que no todos han de pensar igual. Así ocurre con McClean, nacido en el barrio de Bogside en Derry (Irlanda del Norte), donde se sienten más irlandeses que británicos y donde el futbolista ya desde pequeño no iba a ser una excepción; y es que años antes de venir al mundo allí tuvo lugar el Bloody Sunday, donde 13 hombres y niños, no armados, fueron asesinados a causa de los disparos de la fuerza paracaidista británica después de una manifestación en favor de los Derechos Civiles para los católicos.
Cuando McClean llegó al fútbol inglés y llegaron al vestuario del Sunderland las camisetas con el Poppy Appeal, el futbolista se dirigió al máximo mandatario del club con una carta: “Querido presidente, tengo un profundo y total respeto por aquellos que combatieron y murieron en ambas Guerras Mundiales, pero el poppy representa también a las demás victimas y para la gente de mi ciudad es también el símbolo de la masacre del Bloody Sunday. Se luciera el poppy, mi gente lo consideraría una falta de respeto. Estoy orgulloso de mis orígenes y no puedo hacer algo que considero equivocado.”
De la misma forma que rechazó portar la amapola, también rechazó la llamada de la selección de Irlanda del Norte para en un futuro poder vestir la camiseta del combinado irlandés, algo que logró en febrero de 2012 y que le costó numerosos insultos e incluso amenazas de muerte del lado norirlandés en las redes sociales. Desde entonces, McClean se ha mantenido firme en su ideología y ni el cambio de equipo le ha hecho cambiar de opinión. Durante la gira americana del West Brom, y mientras sonaba el himno y se exhibía la bandera inglesa, James mantuvo su posición y les dio la espalda, no podía rendir homenaje a aquellos que causaron tanto dolor en su barrio. Esta semana todos han vuelto a lucir el Poppy Appeal, todos salvo uno, el último rebelde en el fútbol inglés.