Sanción al Barcelona: el precedente del 'Caso Kakuta'
La FIFA ya castigó al Chelsea con una sanción similar a la que le ha impuesto al Barcelona. Analizamos el precedente del caso Kakuta.
La FIFA ya castigó al Chelsea con una sanción similar a la que le ha impuesto al Barcelona. Recordamos y analizamos el precedente del caso Kakuta.
El fútbol que tanto adoramos hace tiempo que se perdió en un sin fin de intereses y mientras esos tengan prioridad, el deporte rey lo será en cuanto a ambiente, emociones y sentimiento, pero no en limpieza. Hace demasiado tiempo que los grandes de Europa ningunean a los más pequeños y se aprovechan de sus debilidades para seguir creciendo, para seguir imponiendo la ley del más fuerte y reírse diariamente de quienes sí quieren lo mejor para un deporte que ahora vuelve a toparse con su lado más corrupto.
Gael Kakuta, un jovencísimo francés que se inició en el fútbol para intentar cumplir el sueño de cualquier chaval de su edad, pasó a ser el protagonista de un movimiento que destapará una ‘red de tráfico de menores’ en toda regla. No es el único, desde luego, pero sí el que originó que la FIFA diera un paso al frente e intente sacar conclusiones sobre uno de los grandes males endémicos del fútbol actual. Su primera decisión fue sancionar al Chelsea (club que lo fichó tras pagar grandes sumas a sus padres y contactos) con dos años sin opción a fichar nuevos jugadores como castigo por haber utilizado su poder económico ilegalmente en un proceso que bien podría tacharse de “esclavitud de menores”.
La historia, clonada en cientos de ocasiones durante los últimos años, fue lo suficientemente injusta y delictiva para que la FIFA, que prefiere abstenerse en estas cuestiones, entrara con fuerza y decisión para intentar solventar estas injurias. El ‘gigante’ se acerca al joven , muchas veces menor de edad, lo observa, se acerca como la esperanza del chico para su futuro, ofrece buenos emolumentos irrechazables a sus padres (sumas de dinero o trabajos en la ciudad de destino) y obliga a su entorno a romper el contrato (casi siempre semi-profesional y no preparado para tanta falta de ética) para recalar allí donde todos sus sueños se harán realidad.
Kakuta, que abandonó el Lens francés y se convirtió la estrella del equipo reservas del Chelsea, tuvo que pagar 780.000 euros. Indirectamente fue pionero en decisiones de este tipo pero también ha marcado el punto de partida, necesario y vital para que se eliminen este tipo de obscenidades futbolísticas. El Lens presentó una demanda a la FIFA en la que explicaba que Kakuta, de 18 años, incumplió el contrato que mantenía con el conjunto francés cuando decidió aceptar la oferta Blue. Los londinenses incentivaron al jugador para que rompiese el contrato y, tachados de “solidariamente responsables”, pagaron además 130.000 euros por la formación que el Lens dio al futbolista.
Durante años hemos visto como los clubes europeos de mayor nivel ojeaban y saqueaban las mejores canteras sudamericanas, debilitadas económicamente y necesitadas de ese apoyo financiera que estos traspasos le ofrecen. Sin embargo, mientras la necesidad del pequeño seguía vigente, los poderosos han avanzado y se las ingeniaban para sacar de su entorno a las ‘perlas’ sin pagar compensación ninguno a los clubes de origen, ninguneados durante años e ignorados por la misma FIFA que ahora se decide a equilibrar la balanza.
Este caso en concreto sacudió al Chelsea y pone el dedo en la llaga de la Premier, que ya empieza a ser sacudida con decenas de casos en los que sus equipos han actuado ilegalmente. Finalmente, la FIFA dio marcha atrás y perdonó al Chelsea, puesto que se consideró que el contrato del jugador con el Lens era ilegal. Ahora es el Barcelona quien afronta un periodo similar.
EL DEBATE: ¿PERDONARÁ LA FIFA AL BARCELONA?