Iker Casillas empieza a crear dudas

Los errores que está cometiendo Iker Casillas en el inicio de temporada para el Real Madrid están sembrando las dudas sobre el estado de forma del portero y las causas que han provocado este bajón. Fran González se encarga de analizar la delicada situación que atraviesa el icono del Real Madrid.

Hace tiempo que Iker Casillas se ganó el título de emblema del madridismo. Él mismo recogió el testigo de Raúl González Blanco, el eterno “7” para la afición. El portero del club blanco pertenece ya por méritos propios a los mejores jugadores de toda la historia de un equipo como es el Real Madrid.

Sin embargo, el capitán merengue no está pasando por su mejor momento en este delicado inicio de temporada del equipo de Jose Mourinho. Éste es probablemente su peor arranque de temporada desde que se convirtió en el portero del Real Madrid, y se empieza a crear dudas sobre su rendimiento.

Últimamente en demasiadas ocasiones se dice de Casillas que pudo hacer más o que simplemente falló. No es lógico ver al gran capitán fallar y mucho menos que esto sea algo habitual, pero así está ocurriendo y quizás por eso su entorno afirma que estaría afectado pero está no sería la única razón.

Sus problemas en el vestuario con Mourinho y Cristiano Ronaldo le están pasando factura. Casillas apareció en las portadas de los periódicos al ser el único madridista del Bernabéu que no celebró el gol de de CR7, en el partido de Champions ante el Manchester City, que daba una victoria agónica al Real Madrid en el último minuto. Afirman fuentes cercanas a ambos que no se pueden ni ver, la lucha de egos es tal que al invitarles al pasado Master Series de Madrid hicieron saber a la organización que no se les sentará juntos. La gente cercana al delantero portugués culpa a Casillas de las filtraciones del equipo a la prensa a través de su novia, Sara Carbonero.

El portero además de no llevarse bien con su compañero CR7, también ha tenido choques trascendentes con su entrenador José Mourinho; El último incidente serio fue después de perder en Sevilla. Es decir, tiene roces con dos pilares básicos del equipo como son su míster y el máximo goleador e ídolo de la afición por el momento. Todos estos problemas repercuten de alguna manera en el rendimiento del equipo y en el suyo propio, como se está demostrando desde el inicio de la temporada.

Iker tiene tiene mucho ganado con el paso de los años, y las victorias con el Madrid y la selección le han elevado a la altura de un “dios” futbolísticamente hablando. Esto quizá ha hecho que la prensa deportiva en su totalidad se haya portado bien con sus fallos y errores, no sacándolos tanto a la luz como si lo han hecho con los errores de muchos de sus compañeros. El guardameta sabe que tiene el apoyo de la afición y que está se lo perdonaría todo. Recordemos que da igual lo que se haga en el partido o los errores que se cometan, a la grada sólo le importa ganar y conseguir títulos, y mientras esto ocurra todo irá bien pero empiezan a surgir dudas entre los aficionados ya que el arranque del equipo no esta siendo muy bueno y las actuaciones del meta dejan que desear.

Dice el entorno del portero que tiene un nivel de exigencia que roza la obsesión, pero yo me pregunto si en lugar de autoexigencia podríamos llamarlo sentimiento de culpa. Ya que en la Supercopa ante el Barcelona, al finalizar el partido, el portero blanco reprochó en tono amable a Higuaín que hubiera cerrado el partido con todas las oportunidades que tuvo, pero nadie le dijo a Casillas que el gol de Messi fue un error suyo. Éste es el crédito al que hacíamos referencia, la prensa se queda con los cuatro goles que pudo meter Higuaín y las oportunidades que necesita éste para anotar un gol, pero nadie dice que el Barça recortó al Madrid por un error de Casillas que encajó un gol de falta lejano al no haber colocado bien la barrera.

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Existen más ejemplos del bajo estado de forma del capitán blanco, como sucedió ante el Valencia, donde se comió el remate de Jonas que propició el empate y lesionó a Pepe. En Getafe se quedó impasible en los dos goles del equipo madrileño que remontaba el partido. Días después, frente al Sevilla, el capitan blanco no pudo hacer nada en el gol de Trochowski mientras se culpaba a Di Maria por no perseguir al jugador del Sevilla, pero en todos estas situaciones siempre sale a relucir el fallo de sus compañeros y no el suyo.

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El último partido ante el Manchester City y con una afición rendida volvió a fallar en el gol a balón parado de Kolarov, que, siendo sinceros, fue un fallo garrafal en el que se tragó otra vez una falta, como empieza a ser habitual en este tipo de acciones. Se dice que por eso quizá no celebrase el tanto de Cristiano Ronaldo, por ese sentimiento de culpabilidad.

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El madridismo tiene una fe ciega en él. Es historia del Madrid y ya ocupa un lugar en privilegiado en el Bernabéu, pero tiene que demostrar lo gran jugador que es ahora y no lo bien que lo hizo en otras temporadas. No se puede vivir del pasado. Hasta hoy no se ha visto al Casillas apodado “El Santo” que hacía paradas insólitas. Sólo se ha visto a un portero que comete errores como cualquier humano. Si deja de lado los problemas extradeportivos podrá volver a ser el que era; por el contrario, de seguir así, no sabremos cómo acabara la polémica del guardameta con su entrenador y sus compañeros y qué repercusión tendrá en el rendimiento del equipo.