Maletas hechas para el perro viejo

Mourinho y la afición dictaron sentencia

La experiencia, veteranía. Términos capaces de valorarse desde dos puntos de vista bien diferenciados. Por un lado parte con la ventaja de un mayor recorrido vivido, por lo que se tiene una percepción a priori cercana a algo sin haberlo experimentado. Por otra parte, el punto de vista negativo. A mayor edad las facultades físicas no son las mismas, se tiende a la lentitud. Es decir, veteranía supone un mayor grado de inteligencia en detrimento de poderío físico, otorgando una leve ventaja al rival sobre el césped.

La pasada temporada, tras el desembarco de Jose Mourinho en Concha Espina, llegaba junto a él un experimentado central procedente del Chelsea. Un defensa de 32 años que aportaría la experiencia necesaria para ir creando un búnker en la zaga defensiva madridista.

Sin duda alguna Ricardo Carvalho aportó seriedad, firmeza junto a Pepe, pero también pecó en ocasiones de una aparente falta de agilidad, quien sabe si por la edad.

En el encuentro que cerraba la jornada liguera en España disputado en el estadio Santiago Bernabéu, entre Real Madrid y Espanyol, el central portugués partía desde el once titular formando pareja de centrales junto a Sergio Ramos por la baja por acumulación de Pepe.

Su actuación no fue la más correcta, ni siquiera llegó al aprobado. Un defensa que milita en una plantilla de primer nivel como la del Real Madrid debe mostrar su mejor versión en cada encuentro, sino su propia afición será la primera en recriminarle una actuación como la que tuvo.

El Santiago Bernabéu mostró públicamente su malestar, y curiosamente Jose Mourinho decidió quitarle en el descanso, dando entrada a Raphael Varane, la joven perla aconsejada por Zinedine Zidane en verano que levantó ese malestar de la grada en el segundo tiempo en jugadas defensivas. Cara y cruz en muchos sentidos. Carvalho la veteranía, Varane la juventud. El portugués la psicología por encima de lo deportivo, el francés la ilusión y el físico por delante.

La grada pitó al luso, curiosamente la misma semana que desde la prensa madrileña se afirmaba que Ricardo Carvalho quería renovar por dos temporadas y entonces marcharse a los 36 años. Al parecer el club tan solo le ofrecía una campaña más, por lo que su figura se presentaba más fuera que dentro el próximo verano. Tan solo faltaba la mala actuación en el primer tiempo.

Otra jóven perla como Coutinho le dejó en ridículo en varias ocasiones. Un defensa lento, falto de reflejos, lo que sumado a su edad siempre se tenderá a juzgarle por este factor biológico.

Ha llegado el momento de, o bien marcharse buscando dinero fácil en la Premier League Rusa, donde presumiblemente están interesados en él, o quedarse para impartir lecciones desde la experiencia a jóvenes futbolistas que tienen toda una carrera por delante. Su edad, su trayectoria, fue una de las causas por las que se convirtió en jugador madridista. Había coincidido con Jose Mourinho en el Oporto Campeón de Europa en los años 2003 y 2004. Más tarde, con el fichaje de Mou por el Chelsea fue uno de los elegidos para desembarcar en Stamford Bridge. En 2010 llegaba al Real Madrid, pero su frescura no es ni mucho menos la misma.

Ante el Espanyol tuvo una oportunidad de cumplir y lo echó todo por tierra. Jose Mourinho, consciente de la situación decidió señalarle mediante un cambio que la grada agradeció con la entrada de un jugador jóven al que se le debe dar mucho cariño, confianza, y que no cuenta como handicap su edad, ya que su madurez hacen olvidar por completo sus apenas 18 años de edad.

Ricardo Carvalho firmó, quien sabe, su sentencia en el Santiago Bernabéu y es el principal candidato a abandonar la Casa Blanca el próximo verano.

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