La cantera del Sevilla: artesanía de talento
La escuela sevillista es una de las más productivas de Europa

A día de hoy, la relevancia de un club no solo queda reflejada por los títulos que logre o los fichajes de renombre que realice. De un tiempo, no muy lejano, a esta parte el poder de la cantera ha adquirido una nueva dimensión. Es inevitable, cuando se piensa en las categorías inferiores de un equipo, que se venga a la mente la del FC Barcelona. Ha sido tomada como ejemplo de referencia para el resto como fábrica que genera sin descanso jóvenes promesas para rendir desde el primer momento al máximo nivel. Pero no es la única cantera de España, hay otras que también que se esfuerzan con exigencia para marcar su propio camino: la inigualable Lezama, del Athletic, o las de Espanyol, Villarreal y, por supuesto, la del Sevilla FC.
Concretamente esta última cuenta con una amplia representación en todas las categorías. Un equipo de prebenjamín, 5 de benjamines, 4 de alevines, 5 de infantiles, 2 de cadetes y 3 de juveniles contando el División de Honor. Además 3 equipos femeninos repartidos por todos los niveles, el Sevilla C, desde 2003, y el Sevilla Atlético, el más importante de todos. En paralelo a ellos está la escuela Antonio Puerta, que no puede considerarse como parte de la cantera pero sí que es una fuente de la que se captan aquellos jugadores con las cualidades necesarias para formarse en el Sevilla.
El mayor porcentaje de niños que entran a formar parte de la familia sevillista han nacido en la ciudad hispalense. El resto, procede de las provincias más occidentales de Andalucía: Cádiz, Huelva e incluso Córdoba y Málaga. Los menos habituales son los de procedencia "exótica", como algún coreano o los gemelos argentinos que han fichado recientemente procedentes de Chacarita. O por ejemplo, el finlandés Pukki, actualmente jugador del Schalke, pasó por las categorías inferiores del Sevilla con diecisiete años. Escaló los peldaños necesarios en el Sevilla Atlético hasta debutar con el primer equipo. Sin convencer demasiado, regresó a su país y de ahí al Schalke. Aunque son situaciones que se producen, no es el fin de la cantera sevillista, que prefiere acunar a los suyos desde temprana edad.
Los que tienen edades inferiores a los juveniles no se quedan en la residencia. El problema surge cuando viven lejos y solo pueden desplazarse un par de días a la semana para los entrenamientos y durante el fin de semana para jugar. Los sevillanos cuentan con un autobús que les recoge para que puedan llegara tiempo a las diferentes sesiones. Cuando se trata de jugadores de otros pueblos y son los únicos en venir de allí, debe ser el padre quien lo lleve al lugar de entrenamiento. Como sucede con un jugador alevín de Estepona o lo que le sucedió a Dani Jiménez. Él mismo cuenta su padre pedía permiso en el trabajo durante la semana para poder llevar a su hijo desde Lebrija a Sevilla para que pudiese entrenar. El tiempo invertido en el desplazamiento debía recuperarlo los fines de semana, por lo que se perdía la mayoría de partidos. Para la familia de Dani era vital que no abandonara sus estudios. Le querían inculcar unos valores que le permitieran crecer como persona dentro y fuera del campo. Demostraba su entrega, esfuerzo y sacrificio cumpliendo con todas sus obligaciones. Salía del instituto a las 15.00, a las 17.00 tenían lugar los entrenamientos y a las 21.00 cuando llegaba a casa debía ponerse a estudiar. Plena dedicación para hacer realidad su sueño.
Los inexpertos y jóvenes futbolistas se captan a través de los ojeados es del club. En determinados y puntuales casos, vienen recomendados gracias a personas allegadas al fútbol que conocen el funcionamiento interno de la entidad y saben que pueden encajar. De hecho, el alevín de Estepona fue puesto a su disposición gracias a Aldana. Una vez que llegan al club son seguidos por los psicólogos para asegurar que su crecimiento y desarrollo sea el adecuado para un chico de sus edades. Los que además se quedan en la residencia cuentan con una persona que los ayuda a modo de tutor. El encargado de coordinar el trabajo de la cantera es Pablo Blanco, quien conoce perfectamente a cada niño, pero ante todo, a cada padre. Ya que éstos llegan a ser un problema para el fútbol de cantera por culpa de sus pretensiones. Algunos cuentan desde sus inicios con representantes por lo que el trato se complica aún mucho más.
La posibilidades que se le plantean a cada jugador depende de sus cualidades como futbolista. Solo los mejores llegan al primer equipo y triunfan como Navas, Reyes o Ramos. Con estos tres nombres se comprueban las diferentes posibilidades. Jesús, hombre ligado al club al 100% y cuyo futuro se espera que siga siendo sevillista. José Antonio, probó fortuna dentro y fuera de España con contratos multimillonarios sin llegar a cuajar en ninguna plantilla para finalmente regresar a casa. Sergio optó por abandonar el Sevilla cuando recibió la oferta del Real Madrid, convirtiéndose en indiscutible para los entrenadores blancos. Hay otros que tienen peor suerte y son cedidos, bien para tener minutos que el primer equipo no les brinda o bien para aligerar plantilla con compensación económica, como Luna, Capel o Alfaro. Unos regresarán con la ilusión de tener una segunda oportunidad y otros, harán las maletas para siempre.
Actualmente, el Sevilla FC domina los campeonatos andaluces en sus categorías inferiores, ganando dos Copas del Rey en los últimos años, seguidos de cerca por sus competidores más directos: Betis y Málaga. Éste, desde la llegada del jeque ha trabajado por mejorar su cantera para sentar las bases del futuro. José María del Nido hace lo propio con la suya, es el único bastión al que aferrarse cuando no puede hacer esos fichajes multimillonarios que alimentan, según sus propias palabras, la desigualdad entre equipos.
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