Barça: Santificado sea tu nombre
El Barcelona se proclamó campeón del Mundial de Clubes

SANTOS 0-4 BARCELONA
El Barcelona se ausentó de la Liga y llegó a Japón con la misión de ganar dos partidos para agrandar su palmarés. Objetivo logrado. Ganó los dos partidos desde la excelencia y el buen gusto y la segunda Copa Intercontinental de la historia del club ya vuela con dirección al museo del club catalán. La sublime exhibición de hoy ante el Santos es un paso más en la exitosa hoja de ruta que Guardiola implantó a su llegada al club hace tres años y medio.
Para ser sinceros, el partido tuvo poca historia y antes del descanso ya se había decantado.
Guardiola sacó un XI con Valdés; Puyol, Piqué, Abidal; Busquets, Thiago, Iniesta, Xavi; Cesc y Messi, mientras que su homólogo brasileño Muricy Ramalho alineó a Cabral; Danilo, Durval, Bruno, Dracena, Léo; Arouca, Henrique; Ganso, Borges, Neymar para un Peixe que luchaba por su tercera Copa Mundial.
El entrenador azulgrana apostó por ejercer la tiranía desde la posesión del balón, sabedor que los brasileños, futbolistas alegres y de gran nivel técnico, podrían sufrir si no gozaban de la relación con el esférico. Para llevar a cabo dicho plan, Guardiola fue a lo seguro y decidió meter a todos los jugones juntos. Xavi, Iniesta, Cesc, Messi y Thiago compartiendo césped es un abuso para cualquier rival. Si a eso le unes la solidez de Busquets en el eje y el brutal despliegue físico de Dani Alves en el carril derecho, el reto se torna poco menos que imposible para cualquier rival. Seguridad desde el balón, aunque ello suponga perder la velocidad de Alexis o Pedro, así debe interpretarse la sorpresiva entrada de Thiago en el once. Un premio y un reconocimiento de Guardiola hacia el talento de Bari por su paciencia y su buen trabajo.
Desde el pitido inicial la defensa de tres se hizo patente. La ingeniería azulgrana se apoderó del balón con cierta pleitesía y condescendencia por parte de los brasileños. Rápidamente empezaron a carburar los automatismos culés con un Lionel Messi enchufado y ayudando mucho a la medular, creando superioridad e irrumpiendo por sorpresa en el área brasileña. Thiago firmó un partido notable, sacrificándose, abriendo el campo por banda izquierda y luchando contra su tendencia natural a jugar por el medio. Iniesta estuvo discreto pero clarividente y es que Guardiola le liberó del yugo de la banda izquierda, pudiendo asociarse con soltura con sus socios preferidos. Cesc rindió nuevamente como delantero mentiroso y sumó un nuevo gol a sus enormes estadísticas realizadoras. Ahora bien, el jefe del gallinero fue Xavi Hernández, el egarense estuvo descomunal y ofreció el enésimo recital de administración y dirección de empresa. No ha existido en la historia del fútbol un gestor como él, sería bueno que algún día se lo reconocieran al máximo nivel.
La primera parte fue un baile perfectamente acompasado. Paredes, triangulaciones, desmarques diabólicos y balones al hueco que acabaron desembocando en un 3-0 al descanso merced a los goles de Messi, Xavi y Fàbregas, todos ellos llegados tras grandes combinaciones. Se debe destacar la enorme aportación de Dani Alves que fue un puñal por la banda derecha superando con claridad al veterano lateral zurdo Léo (ex del Benfica).
En la segunda parte, el partido no solo no languideció sino que ganó por momentos, el Barça salió decidido a buscar más goles sabedor del prestigio y la trascendencia que otorga esta final, eso le generó ocasiones pero le hizo descuidar la defensa y de no ser por dos acciones providenciales de Victor Valdés, el Santos tal vez se hubiera metido en el partido. Nunca lo sabremos.
Lionel Messi puso la guinda en el minuto ’82 tras una nueva y generosa asistencia de Dani Alves que el rosarino convirtió en sutileza gracias a un toque propio de un elegido, que sirvió para superar a Cabral, sellar su doblete y permitirle alzarse con el MVP de la final, aunque lo cierto es que el partido de Xavi y Alves bien merecía tal galardón. Lionel Messi logró marcar en todas las competiciones del año, como hiciera Pedro en 2009, y dejó nuevamente patente que siempre aparece en las finales.
El Santos llevaba meses preparando esta final, llegando incluso a descuidar el Brasileirao para esta cita, pero lo cierto es que su papel fue decepcionante, mostrando por momentos una candidez y una pleitesía excesivas. Neymar no brilló y ya ha podido testar en primera persona que Europa es otra cosa. La intensidad, el rigor táctico y el ritmo de juego de los europeos sigue estando un paso por delante de los sudamericanos. “Hoy aquí aprendimos a jugar a fútbol, el Barça ha sido muy superior” dijo un Neymar rendido a la tiranía culé en lo que algunos ya han corrido a calificar como un guiño a lo que podría ser su próximo equipo. El tiempo dirá.
En 2009 el Barça lograba un sextete histórico, parecía que pasarían años para ver algo parecido. Tan solo han pasado dos años y el Barça ha logrado 5 títulos en el presente año natural 2011 que ya agoniza. 13 títulos para Pep Guardiola, de un total de 16 torneos disputados y seguramente lo que más asusta: el Barça ha ganado 10 de las 11 finales disputadas con Guardiola. Estamos ante el mejor equipo de la historia del fútbol, no es por lo que ganan, es por como lo hacen. BARÇA: Santificado sea su nombre.
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