El otro Clásico: Los peores canteranos del Real Madrid
Los peores canteranos de "La Fábrica"
Carlos Sánchez: Ser portero en el Real Madrid no es un privilegio al alcance de cualquiera. Sin embargo, este amigo nacido en Madrid en 1978 fue el tercer portero de la primera etapa galáctica del conjunto blanco, compartiendo vestuario con mitos como Figo, Zidane, Beckham, Ronaldo… Tercer portero como decimos, aprendió a vivir a la sombra de Íker Casillas y César Sánchez, pero apenas jugó 1 partido en las tres temporadas que estuvo en el conjunto blanco. Un 1-1 en 2001 frente al Mallorca en el que el Madrid no alcanzó el liderato en Palma y en el que Carlos Sánchez fue uno de los destacados del partido. Aun así, no volvió a vestir la camiseta blanca en toda su carrera, pese a permanecer 3 años más en la entidad merengue, de donde pasó cedido con más pena que gloria al Ejido y al Almería para desvincularse definitivamente del Real Madrid y fichar por el Castellón, donde llegó a ser Zamora de Segunda División en 2008. Economista y con el título de entrenador de primer nivel, en 2010 fichó por el Puerta Bonita de Tercera División donde permaneció un año.
Rubén González: Rubén González Rocha. Ese futbolista. Poco hay que decir de él que no se sepa ya. “El mejor defensa salido de la cantera del Real Madrid” según su representante y ascendido por decreto ley de los Zidanes y Pavones, formó una terrible e infranqueable defensa junto a Raúl Bravo y Pavón que volvía loco al mismísimo Iván Helguera. El caso es que el chaval salió de la siempre prolífica “Fábrica” en el año 2000 para ascender al primer equipo, con el que debutó en 2002 en Champions League y en Liga. La temporada siguiente también jugó 1 partidito, pero su momento culmen llegó en 2003.
Carlos Queiroz tenía ante si una de las mejores plantillas de la historia del Real Madrid y se empeñó en que el bueno de Rubén debía ser el central titular del equipo junto a Iván Helguera. Claro, el chaval lo intentaba pero nunca estaba a la altura, hasta que llegó el fatídico 09 de Noviembre de 2003. El Real Madrid formaba con una defensa de escándalo para visitar el Sánchez Pizjuán: Paco Pavón, Iván Helguera, Rubén González y Raúl Bravo. A los 25 minutos de partido y con 3-0 en el marcador, Queiroz en un alarde de valentía(?) señaló a Rubén cambiándolo por Solari. Ese sería su último partido con la camiseta del Real Madrid. Para el recuerdo, sus lágrimas en el banquillo que le hicieron permanecer en la memoria, no como otros tantos “pavones” de los que nadie se acuerda. Aquella temporada pasó al Borussia Monchengladbach y el periplo de su trayectoria deportiva le ha llevado en la actualidad al Osasuna Club de Fútbol. Pero haga lo que haga y pase lo que pase, Rubén González siempre será “el defensa que lloró en el banquillo”
Paco Pavón: Francisco Pavón, ese defensa central salido de la Fábrica capaz de dar nombre a toda una generación y capaz de ser repetidamente y durante varias temporadas el central titular del Real Madrid sin tener ni condiciones ni aptitudes para el puesto. El caso es que todo el mundo lo sabía, pero él, semana tras semana seguía siendo titular, fuera quien fuera el entrenador. Hasta que llegó el gran Capello y puso en su sitio al eterno joven central: la grada. Pero hasta ese día que cambió el porvenir de toda una institución como es el Real Madrid, Pavón perpetraba una y otra vez terribles actuaciones en el centro de la zaga madridista, para alegría y regocijo de los delanteros rivales poniendo de los nervios en más de una ocasión al gran Helguera.
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Total, que con 3 ligas, 2 supercopas de España, 1 Supercopa de Europa, 1 Copa Intercontinental y alguna convocatoria para entrenar con la Selección Española en 2003, apareció Álvaro Mejía como “nuevo canterano preferido”, y Pavón se fue, resignado, al Zaragoza donde pasó sin pena ni gloria para más tarde recalar en el Arles-Avignon, del que se desvinculó la temporada pasada. Grande el eterno 22 del Madrid.
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Raúl Bravo: Raúl Bravo es uno de estos futbolistas a los que sin duda la vida les ha tratado demasiado bien. Nacido en Gandía en 1981, y seguro con la ayuda de debutar en Primera División el mismo día que Francisco Pavón, Raúl se hizo con un puesto en el once titular del Real Madrid en las temporadas de los consabidos Zidanes y Pavones, ocupando con total impunidad tanto el carril izquierdo como la posición de central. Pero Raúl Bravo no fue un canterano sobrevalorado más. Lo de Raúl fue ya de traca, de total irracionalidad, pues fue incluso internacional absoluto español en 14 ocasiones, acudiendo a la Eurocopa 2004 (Iñaki, Iñaki…). A partir de ahí, el típico descenso propio de cuando llega un entrenador y pone las cosas en su sitio (de nuevo el gran Fabio Capello) y dio con sus huesos en Grecia, jugando para el Olympiakos Tuvo un breve retorno a la Liga, con el Numancia, pero apenas jugó 6 partidos. Fueron listos los sorianos, todo lo contrario que el Rayo Vallecano, club que lo incorporó esta temporada y en el que se encuentra en la actualidad. De momento, 1 partido ha jugado… y que siga la racha.
Podríamos dejar el tema Raúl Bravo aquí, si no fuera porque algún visionario lo llegó a nombrar “mejor lateral izquierdo de la historia”, “mejor futbolista del mundo sin balón” “no es un grande, es el más grande”… grandes comentarios sin sarcasmo en videos de Youtube. Hazte fan.
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Óscar Miñambres: Ese gran canterano del Real Madrid, proyecto de estrella del Real Madrid de los Zidanes y Pavones, de los galácticos mezclados con canteranos de medio pelo, en un Real Madrid en el que encontró su sitio en la temporada 2003, jugando 16 partidos en el lateral derecho blanco, consiguiendo la Liga al final de la temporada. La siguiente apenas tuvo oportunidades y tras lesionarse en el Espanyol donde estuvo cedido un año y volverse a romper dos temporadas más en el Real Madrid, fichó por el Hércules, donde apenas aguantó una semana, pues al tercer entrenamiento, Miñambres no encontró su rodilla en condiciones y decidió rescindir su contrato con la entidad alicantina y se retiró de la práctica del futbol en 2007, con apenas 26 años. En la actualidad regenta un estanco en Móstoles y lleva una ITV con sus amigos. “Dejé el fútbol y lo más seguro que hay en tiempos de crisis es el tabaco, así que me dediqué a ello”. Un grande honrado, sin duda.
Javier Dorado: Un lateral izquierdo más, de montón, de hecho, de los malos del montón, que ha estado viviendo toda su carrera gracias a ser canterano del Real Madrid, de “La Fábrica” y es que este señor tiene una Champions League y acumuló la nada despreciable cantidad de 49 minutos en dos partidos con el Real Madrid, suficientes para vivir de ellos y explotarlos durante casi 10 años. Sólo rindió en Segunda División, con Salamanca y sobre todo con Sporting de Gijón, hasta que en 2008 lo fichó el Mallorca para jugar 2 partidos en 2 años. Terrible lo de este futbolista, que actualmente milita en el Atlético Baleares y tiene su propia escuela de fútbol en Talavera de la Reina.
Como curiosidad, señalar que durante su estancia en el Rayo Vallecano, Marqués, que por entonces tenía 17 años, le pegó un tortazo con la mano abierta al bueno de Dorado. Marqués se fue a la ducha antes de tiempo por violento y Dorado no jugó el siguiente partido, por malo.
Jaime Sánchez: Jaime Sánchez, ni el Fandi haría una faena mejor que él, toreando adversidades y su mala calidad técnica para ser reconocido. Un grande. Un FUT-BO-LIS-TA. Ése es Jaime Sánchez (Madrid, 1973), futbolista o algo parecido que salió de la cantera del Real Madrid a principios de los 90 y esa fue su carta de presentación durante toda su carrera deportiva. Y es que La Fábrica lo volvió a hacer, colocó un futbolista de medio pelo a las más altas cotas futbolísticas del país. Y cuando de verdad tuvo que demostrar, poco pudo hacer. Gloriosa la temporada 97/98 en la que participó en 31 partidos de Liga y ganó la Champions League. Luegó jugó en el Súper Dépor una temporada (sí, la de la consecución de la Liga, 99/00) y de ahí, Racing de Santander, Tenerife, Albacete… hasta que se retiró en 2006 tras descender de categoría con el Racing de Ferrol. Curioso su paso por la Bundesliga alemana (Hannover 96) donde llegó incluso a marcar un gol.
Javier Balboa: Nacido en las profundidades de Madrid en 1985, el gran Javier Ángel Balboa comenzó a dar sus primeras patadas al balón en el Alcalá, donde despuntó y fue fichado por “La Fábrica”, que veía en él un nuevo producto que vender de cara al público. Extremo rápido, es otro caso de los que ha vivido toda su carrera de haber sido canterano blanco. Bueno, por ser canterano blanco y por ser el único futbolista del que se tenga constancia que se ha pegado con el mismísimo Pepe y ha seguido vivo, mostrando que no le importa jugarse la vida. Pese a todo esto, nadie se explica cómo es posible que el Benfica, en un alarde de inconsciencia, pagara 4 millones de Euros por su traspaso. 10 partidos después, se le concedió el posiblemente mejor trofeo individual que ha ganado en toda su carrera, el “pimbolino do ano” o lo que es lo mismo, el premio al peor jugador de la Liga Portuguesa. Cedido más tarde al Cartagena y al Albacete, se dieron cuenta que lo suyo no era morriña por la tierra, si no que realmente era malo. Actualmente juega en el Beira Mar portugués.
José Manuel Meca: José Manuel Meca García es de unos de esos casos dignos de estudio por parte de científicos como Íker Jimenez. Participó en el Real Madrid que ganó la “Séptima” frente a la Juve pese a no ser titular indiscutible en el Castilla. Se le presuponían grandes dotes técnicos con la bola y un temible olfato goleador que sin embargo nunca pudo mostrar al público del Bernabeu. Por raro que parezca, el caso de Meca es de los pocos en los que haber sido canterano blanco no le da la gloria en Primera División, pues ha pasado toda su carrera en Segunda y Segunda división B, realizando notables actuaciones.
José Luis Morales: Canterano madridista que saltó a la fama por anotar el gol de la victoria en un derby contra el Atlético de Madrid y por la chilena que anotó al Deportivo el día de su debut y del que se pensaba que podía ser el sucesor de Butragueño se convirtió en otro “juguete roto” de la Fábrica. Pero este tuvo la particularidad que, a parte del baile de clubs y de categorías inferiores propio de todos los canteranos pufos que se recuerden, además jugó 10 partidos en la Liga Estadounidense, concretamente en el New England Revolution, antes del “Boom Beckham” hubo el “Boom Morales”. Buenos años en el Sporting y una solicitud de invalidez al final de su carrera (2004) es lo poco que se recuerda de otro de esos casos “lo que pudo ser y no fue”.
Edgar Pacheco: Edgar Patricio Carvalho Pacheco (Angola, 1977) es uno de los típicos fichajes rutilantes para el filial que de vez en cuando se marcan Real Madrid y FC Barcelona con vistas a que sean futuras estrellas y acaban en poco más que estrellados. Este es el caso de Edgar, fichado, o mejor dicho, robado del Benfica: “El Real Madrid no puede presumir de ser un gran club si para fichar a un jugador de nuestra cantera no se dirige correctamente a nosotros antes que al futbolista” diría el máximo mandatario lisboeta sobre su fichaje. El caso es que poco o nada acabó jugando Edgar en el Real Madrid, pero donde sí lo hizo fue en el Málaga, conjunto en el que desempeñó un buen papel. Se retiró en 2009 con apenas 32 años.
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