David Beckham busca su último contrato millonario con el PSG antes de retirarse

David Beckham quiere fichar por el PSG y ha sido criticado por su escaso nivel futbolístico actual.

Nadie imagina a un cirujano con 80 años, un taxista con 70 o un velocista con 50 años… y es que, cuando una persona llega a una cierta edad en la que cumplir los objetivos y la función de su trabajo le cuesta más de lo que debería le ha llegado el tan temido momento de la jubilación. En el caso del fútbol, se suele decir que hay que dejarlo cuando tu carrera deportiva empieza a dar sus últimos coletazos pero aún se mantiene un nivel de juego bueno, para dejar para la posteridad un retiro acorde al nivel de tu carrera deportiva. Un ejemplo de esta retirada modélica y “a tiempo” fue la de Zinedine Zidane en el Real Madrid tras la Final del Mundial 2006 o la más reciente de Van der Sar en el Manchester United tras la final de Champions de 2011. Pero luego tenemos al típico futbolista que ha jugado a un alto nivel toda su carrera y quiere prolongar su ocaso contra viento y marea. Éste es el caso de nuestro protagonista, David Beckham.

Cuando el 11 de Enero de 2007 Beckham anunciaba que partía rumbo a Los Angeles para enrolarse en los Galaxy, todo parecía indicar que allí finalizaría su carrera deportiva. Todo el mundo sabía que lo que realmente buscaba el primer fichaje mediático de la “nueva” MLS era expandir su imagen publicitaria en el mercado estadounidense toda vez que, a sus 31 años, su capacidad púramente deportiva estaba en franco declive. Así pues, “Sir” David parecía reconocer definitivamente que en el ocaso de su carrera se iba a preocupar más de su imagen publicitaria y de la parte económica del futbol que de la deportiva. No obstante, el futbolista, siempre que ha podido, ha vuelto a Europa para continuar jugando a un alto nivel, ya sea mediante contratos temporales en el Milan o mediante entrenamientos con el Arsenal. Manchester, Londres, Milan, Madrid, Los Angeles… son todas grandes ciudades con glamour, con una importante tradición en el mundo de la moda, pero ninguna se puede igualar con lo que ofrece el paradigma de ciudad volcada con la moda y auténtica tentación para el futbolísta inglés: París.

Y es por eso que, viendo que su relación contractual con Los Galaxy llega a su fin, Beckham, a sus 36 años, quiere conquistar la mítica ciudad francesa fichando por el “nuevo rico” Paris Saint Germain. Obviamente, para David el fichaje por el club parisino sólo reportaría beneficios: jugaría en un club pujante, con un proyecto millonario ilusionante y además podría explotar su faceta publicitaria desde la ciudad de la moda. No obstante, aún está por ver qué podría aportar en el apartado deportivo. Y en ese sentido ya han saltado las primeras voces críticas ante el interés del PSG por incorporarlo. Laurent Blanc, seleccionador francés ha afirmado que "jugadores como Eden Hazard sí mejoran un equipo, pero Beckham... está claro que si ficha por el PSG venderá muchas camisetas pero a nivel deportivo, está muy cerca de retirarse. Sigue siendo todo un profesional, pero no está al mismo nivel que antes".

Más duro fue Michel Platini al afirmar que: "Me gusta como futbolista, pero si lo fichan, no será por razones deportivas puesto que ya tiene una edad y no está en condiciones de jugar todos los partidos". ¿Es este el final deportivo que merece una de las mejores diestras que ha dado el futbol? Siendo criticado por grandes personalidades futbolísticas… Beckham debería darse cuenta de que su vida futbolística hace años que está más que finiquitada y se hubiera ahorrado estos comentarios que no ayudan en nada al reconocimiento deportivo de su carrera para la posteridad. ¿Hasta qué punto merece la pena hipotecar el buen nombre futbolístico que te ganaste en su día por conseguir unos millones más?

Las negociaciones y las especulaciones siguen, pero sea cual sea el resultado final, David Beckham parece decidido a seguir arrastrándose por un terreno de juego mostrando al mundo entero que no es más que una sombra de lo que fue, no pareciendo querer darse cuenta de que su final como futbolista ha llegado. Y eso, como hemos comentado al principio, es un grave problema.

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