Mourinho desafía a Paulo Bento

No se sabe lo que es la sed hasta que se bebe por primera vez. Portugal se sintió poderosa en la década de los sesenta cuando contaba con un animal futbolístico como Eusebio, la pantera de Mozambique, y creyó haber encontrado relevo en una generación liderada por Luis Figo y Rui Costa que dominó en su etapa juvenil, pero se quedó a las puertas de la gloria en categoría absoluta. Esa sed, esa ansiedad por volver a sentir poder, es la que ahora atormenta a Paulo Bento, actual seleccionador de los lusos.

Bento se ha convertido en el foco de las iras de todos los medios portugueses y se le ha señalado como el culpable de que Portugal se haya visto condenada a jugar la repesca para ganarse un puesto en la próxima Eurocopa 2012. La derrota contra Dinamarca ha situado a Bento en una situación complicada y se le achaca de falta de liderazgo, de no tener las ideas claras. Sin embargo, se trata tan solo del segundo partido que pierde desde que asumió el banquillo de Portugal.

Con Paulo Bento, Portugal tan solo ha encajado dos derrotas y ha cedido un empate. Unos números más que decentes que solo quedan manchados por la necesidad de jugar la repesca. Además, Bento sale beneficiado en las comparaciones si tenemos en cuenta que heredó una selección descompuesta tras el caótico paso de Carlos Queiroz por el banquillo portugués. Por eso, no se entienden las duras críticas que está teniendo que escuchar el actual seleccionador y que incluso se empiece a hablar de su posible sucesor con nombre y apellidos. Los de José Mourinho.

Mourinho se ha situado al mando del frente anti-Bento en una nueva muestra de su clara falta de respeto hacia cualquier estamento futbolístico. Con su candidatura al banquillo luso perjudica al Real Madrid, club con el que -por si se le olvida- tiene contrato en vigor, a un compañero de trabajo como Paulo Bento y también a la propia selección de Portugal, que se jugará mucho en la repesca para estar presentes en la Eurocopa 2012.

¿Mourinho es la solución?

En Portugal se está pronunciando el nombre de José Mourinho como si fuese la panacea a todos los males que padece la selección lusa. Las sensaciones que pueda generar la posible llegada de Mourinho son incuestionables, pero también los números y estos ponen en duda que el actual técnico del Real Madrid sea capaz de mejorar el trabajo realizado por Paulo Bento al frente de la Selecçao.

Primero porque la labor de Bento ha sido positiva. Jugar la repesca es un mal menor y no implica que el proyecto esté condenado al fracaso. Sin ir más lejos, España disputó la repesca en la Eurocopa 2008 de la que se proclamó campeón. Y segundo porque el bloque de Portugal no se diferencia demasiado del que ya tiene Mourinho en el Real Madrid. Pepe, Carvalho, Coentrao y Cristiano Ronaldo ya están a las órdenes de Mou y apenas ha logrado levantar una Copa del Rey con ellos. Y eso que en el Bernabéu los tiene rodeados por otros jugadores de primer nivel, mientras que con Portugal serían la columna vertebral.

Por lo tanto, que Mourinho sea la solución de Portugal es, cuanto menos, discutible. Paulo Bento no ha realizado mal su trabajo al frente de la selección portuguesa y todavía tiene una bala en la recámara. Merece, como mínimo, que se le conceda la oportunidad de dispararla.