Premier League: de tierra de hooligans a la liga de las estrellas

 

LA INYECCIÓN MONETARIA: CUESTIÓN CRUCIAL

Pero... ¿Cómo es que la Premier ha pasado de ser un torneo que hace algunos años atrás estaba en un nivel inferior a la Liga o el Calcio a convertirse en el torneo de clubes más prestigioso de la actualidad? Corría el año 1992 y la incipiente Premier comenzaba a tomar las primeras formas de lo que sería la Premier que 16 años después. La introducción de contratos publicitarios, televisación, estadios remozados y una revitalización de modernidad para la liga más tradicionalista que había existido hasta entonces se imponían como un lavado de cara definitivo para dar el paso adelante. El Reino Unido todo había quedado ante el mundo como una bastión de barbarie futbolística por sucesos como los de Heysel y hasta tuvo que intervenir el gobierno para forzar un cambio en ciertas políticas en torno al fútbol. ¿O acaso pensar en el fútbol inglés de aquellas épocas no es remitirse automáticamente a actos vandálicos y hooliganismo en su peor de las expresiones? (NdR: recomiendo leer este artículo de Rodrigo Marciel, de quien he extraído la data, que del tema sabe bastante más que yo y lo ha expuesto de manera más completa)

El tiempo se fue sucediendo pero mucho después de aquellos comienzos llegó la supremacía futbolística a las islas. Y no fue un trabajo de un año para el otro. Fue recién en este nuevo siglo cuando arribó el verdadero impulso económico, el espaldarazo definitivo que terminaría por consagrar a la Premier como una liga super competitiva y con las estrellas más deseadas del mundo entero. De la mano de empresarios globales, muchos involucrados en transacciones -cuanto menos- turbias e incluso excéntricos personajes a quienes se les dio por satisfacer sus caprichos de millonarios dilapidando fortunas en hacerse cargo de los clubes fue como la liga inglesa consiguió cimentar sus aspiraciones en una base plenamente material. Fue la época donde llegaron Roman Abramovich y sus petrodólares rusos (conjuntamente con toda su troupe trasmundial, con personajes como Kia Joorabchian o Gaydamark); Dodi Al Fayed, el bonvivant egipcio; los yankees del Manchester; el siniestro Shinawatra y ahora el cónclave inversor de Abu Dhabi... En fin, repasar todos los seres enigmáticos que pasaron, todavía están y llegarán a comandar los designios de las instituciones inglesas sería todo un engorro y un despropósito. Pero, hay que decirlo, a pesar de que soy un enemigo total de la involucración de este tipo de negociantes en el fútbol -con propósitos muchas veces incomprobables-, la aparición de estos hombres fue decisiva y determinante por donde se lo mire. Sin ellos y su dinero, no habrían jugadores rutilantes, estadios de nivel top... ni tampoco la Premier tal cual la conocemos hoy día.

 

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