Y en Francia todo sigue igual

El duelo entre PSG y Mónaco nos deja varias conclusiones

Mónaco y PSG empataron 1-1 en el encuentro que les enfrentaba este domingo pasado. La Ligue 1 buscaba un resultado que decantara la balanza a favor de uno de los dos primeros clasificados de la tabla. El reparto de puntos no permitió ni a monegascos acercarse al líder ni a parisinos distanciarse más.

Más de 120 millones de euros, que forman parte de la historia de la liga francesa, ausentes. Ni paraíso fiscal, blanqueo de dinero o cualquier cosa de carácter similar. Lesiones. Esas eran la causa por la que Edison Cavani y Radamel Falcao no podían darse cita en el estadio Luis II de Mónaco en la carrera por el título. Los dos fichajes más caros que han tenido lugar en la Ligue 1 causando baja.

Fuera ellos del escaparate, Mónaco y PSG tenían una misión clara: dar un golpe sobre la mesa, cada uno a su favor. Los primeros llegaban tras empatar ante el Lorient, permitiendo al PSG por tanto distanciarse a 5 puntos. La idea de los segundos era aumentar esa renta hasta los 8, consiguiendo un mayor colchón con el que además centrarse concienzudamente en la fase eliminatoria de Champions.

Laurent Blanc decidió salir al enfrentamiento que podía decidir parte del título con un centro del campo formado por Verratti, Motta y Matuidi, con Pastore en el costado izquierdo y Lucas Moura en el derecho, más Ibrahimovic en punta. Nada era nuevo, aunque parte de los focos estaban centrados en Javier Pastore. El argentino era el encargado de suplir a Cavani, y en un partido importante. Y claro, su cártel de jugador frío e irregular, al igual que inconstante en los encuentros hacen que hubiese que observarle de cerca. Y aprobó el examen, del cual consiguió marcharse con el positivo del gol. El primer “crack” que llegó a París a golpe de talonario fue el encargado de abrir el marcador, acercando el título al PSG.

Pastore partió desde el costado zurdo, adentrándose hacia posiciones más interiores, en las que vivió durante muchos periodos del partido. Y lo hizo en un encuentro en el que su equipo se mostró competitivo a pesar de no conseguir nada del otro mundo con el balón en los pies. El Mónaco gozó de más ocasiones, pero se encontró con una defensa que taponaba una y otra vez. Hasta 10 lanzamientos de los monegascos fueron bloqueados para que no llegasen a buen puerto. Los de Ranieri ejercieron una buena presión sobre el rival, impidiendo una salida tranquila. Verratti fue quien más lo sufrió, y como primer elemento a la hora de jugar en el inicio no consiguió batir líneas. Quien sí destacó en la parcela central fue Thiago Motta. El italo-brasileño se haría la cobertura a sí mismo si pudiese, aportando equilibrio además de claridad en el pase.

Al descanso el partido se fue con 0-1 a favor del PSG y ahí Ranieri tocó una tecla clave para su equipo. El Mónaco estaba formando con un 4-4-2 en con James Rodríguez y Ocampos ocupando las bandas. Tras la reanudación el técnico italiano decidió retirar a Ocampos, para dar entrada al Kondogbia. Con ello, los laterales Fabinho y Kurzawa ganaron en profundidad, comenzando a vivir de manera constante en campo rival. Carvalho y Abidal se quedaban en la retaguardia, resguardados por Toulalan y Kondogbia. Su equipo ganó mayor presencia en campo rival y dominio de balón. El problema fue que apenas encontró jugadas en las que la gestión de los ataques posicionales terminase siendo productivas.

Los movimientos no cayeron en vano y surgieron efecto. Fabinho, en posición de extremo derecho, recibió un pase de James. Maxwell se había quedado en inferioridad, sin llegar a tapar al lateral brasileño. En una buena situación, Fabinho sacó un centro raso con dirección a Riviére. La mala fortuna se adueñó de Thiago Silva, y su intento de despeje acabó desviando el envío a gol. Era o eso o el remate del delantero rival. Cosas de fútbol, quien estaba siendo, y es, el mejor defensa del PSG terminó quitándole 2 puntos a su equipo.

Para el recuerdo quedará el debut de Berbatov con la elástica del Mónaco. A fin de cuentas lo importante son los puntos, y estos determinan que los de París suman 55 y los del principado 50, a falta de 14 jornadas para el final. La idea de ambos era la de conseguir un movimiento con el que mover de alguna manera la balanza. Pero ninguno la decantó a su favor, y el duelo directo ha pasado. El PSG sigue caminando hacía un nuevo título y solo una calamidad lo evitará. Y en Francia todo sigue igual.

EL DEBATE: ¿TIENE TIEMPO EL MÓNACO DE ALCANZAR AL PSG?

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