Arthur Melo y el ataque posicional
El brasileño no erró un pase pero estuvo constantemente perdido posicionalmente, hasta el punto de chocar constantemente con Sergio Busquets en su zona.
La derrota contra el Valencia CF evidenció uno de los principales problemas individuales y colectivos que tiene el FC Barcelona desde la llegada de Quique Setién al banquillo. Estamos hablando de la posición de sus interiores a la hora de ocupar las zonas del ataque posicional, lo que ocurre principalmente porque, sacando a Frenkie de Jong y Riqui Puig, el resto de volantes que pueden ocupar dichas demarcaciones no están acostumbrados a actuar en dicha dinámica que exige a cada jugador a ocupar una zona del campo en específico para que su equipo crezca colectivamente. En el primer partido fueron Arturo Vidal e Iván Rakitic quienes dejaron a deber en cuanto a su participación en la construcción y, en Mestalla, fue Arthur Melo quien dejó una sensación negativa en cuanto a su rendimiento, lo que es paradójico debido a que él era quien organizaba el esquema con Ernesto Valverde como entrenador.
El brasileño es un mediocampista con dotes asociativos espectaculares pero que necesita estar en constante contacto con la pelota para sentirse importante del juego y, esos movimientos con los que busca estar en la zona de la pelota, desorganiza la estructura que, en el ataque posicional, es clave para generar desequilibrio, romper el bloque rival y progresar con la pelota. Contra el Valencia, Arthur retrocedió constantemente su posición, pisando la zona de Sergio Busquets y chocando con él posicionalmente, lo que le quitó una altura más al Barcelona a la hora de atacar ante un bloque defensivo sólido como es el que organiza Albert Celades en su equipo.
Pese a no fallar un pase (55 pases precisos con el 100%de efectividad), Arthur no pudo entregarle a sus compañeros el contexto ideal para que lograran sobresalir más cerca del arco rival. Sin aportar ese desparpajo y esa facilidad de llevar la pelota la zona de confort de Lionel Messi, el brasileño terminó siendo un jugador más que no aportó nada en las fases con la pelota más que pases de continuidad, lo que no es lo que se le exige a él quien es quien toma las decisiones más arriesgadas en esa zona. Con el pasar de las jornadas, tendrá que mejorar mucho en dicho resgistro si quiere convertirse en una pieza importante dentro de la dinámica blaugrana que, en estos momentos, necesita de sus jugadores más talentosos para ir acelerando ese proceso de comprensión de la idea de juego.