El sueco y el Milán
Zlatan Ibrahimovic llegó a un Milan que posee más dudas que certezas. Un Milan que necesita un funcionamiento más que a un salvador.
El Milán desembolso un dinero en virtud de captar la llegada de Ibrahimovic. El sueco llega luego de su estadía en la MLS. Su extravagancia se adorna no solo en su manera de jugar extraordinario, fantasioso, exhibicionista, a veces irresponsable en su andar colectivo, sino también en su perpetuación en la elite mundial. Llegando al ocaso de su carrera, su entusiasmo no se pierde en países pocos consolidados en relación a las raíces futbolísticas, como puede ser medio oriente, EEUU, etc. Tampoco importaría hablar de raíces en este mundo de difamación de fronteras. O tal vez sí. El tema es que el sueco, lleva sus últimos entusiasmos a la elite y no a países donde el estrés se reduce.
Eso es lo que me llamo la atención. Eligio ir al Milán. Lugar de presiones. Donde la competencia asciende. Cada jugador convive con diferentes poderes. Y en esta epoca, la cercanía del retiro está ligada a terminarla en lugares pocos agobiantes mentalmente. Uno busca un espacio de bienestar, donde busca salir de esta burbuja que implica los grandes equipos. Sin embargo, Zlatan llega a una institución, donde las obligaciones aumentan. Sabemos que el sueco es de generar discursos que buscan construir un protagonista con autoestima y orgullo.
El prejuicio esta a la vuelta de la esquina, es claro. El Milán no esta pasando su mejor proceso histórico. Un proceso donde no hay una identidad a la cual anclarse, el mercado de pase no dirime ciertos rasgos de juego a seguir, los jugadores no logran encadenar grandes rendimientos, ni inyectarle calidad y carácter al funcionamiento del equipo. Es a ese espacio, donde Ibrahimovic llega.
Hay más incertidumbre que certezas. ¿Qué le puede aportar el sueco a los mecanismos pocos consolidados de juego del equipo italiano?, ¿con que objetivos el Milán trajo al sueco? ¿Por qué, para que, en qué sentido? El mercado del conjunto italiano esta más ligado a la compra por la compra en si y no hay un scouting que delimite que cosas el equipo necesita, con qué intenciones, cómo esta el jugador en relación a sus disposiciones emocionales, intrapersonales, con el juego, etc.
Es importante conformar fichajes ligados a constituir un equipo reconocible, que se perciba en un club, quien es quien al comprar determinados jugadores. Y el Milán en cada adquisición futbolística, responde más a determinaciones livianas que a un sentido criterioso. El fútbol no responde a salvadores, sino a la culturizacion del juego.