De Bruyne: la expansión del juego

De Bruyne fue evolucionando su juego. A un juego más coral, más horizontal que vertical. Un juego de mayor sabiduría, que anárquico. 

En el libro que desarrolla Perarnau, llamado Herr Pep, expresa como los inicios de Guardiola dentro del Bayern Múnich, se baso en una mirada preliminar. Es decir, en un proceso de scouting, donde la idea era conocer a cada jugador. Claro está, que Pep conocía a Neuer, Lahm, Robben etc. Lo que quiero revelar, era que quería conocerlos en lo más profundo de sus límites. Hasta donde podían llegar, hasta donde podía explotar sus virtudes y hasta donde no.

En ese sentido, surgieron idas y vueltas donde Pep, en el curso de su relación con sus jugadores, notaba que podía modificar en un futbolista su forma de concebir el juego. Explotar cuestiones que tal vez desconocían de sí mismo. Exprimir todo el jugo. Y a partir de ahí, generar en el mismo, armonía con los fundamentos colectivos. Claro está, que surgieron hipotesis que se fueron refutando o verificando con el andar del futbolista dentro de ese cambio. En ese proceso, hubo jugadores que les costaba cerrarse hacia el medio, porque poseían el instinto de la calle, donde ante el primer contacto con la pelota la idea era atacar, atacar y atacar. Y cuando uno se centra además del instinto, también requiere de sabiduría posicional. Uno de esos fue Muller.

En sentido contrario, durante ese tiempo de scouting, Guardiola vio en un jugador cualidades que permitían desarrollar su versatilidad. Un jugador que ocupaba el lateral derecho. Es ahí, donde noto signos de ductilidad, inteligencia, saber que hacer con antelación, capacidad de sacar la pelota desde abajo, tomar las mejores elecciones, dividir al rival. Un jugador que no solo tenia los condimentos para dar amplitud, sino también para centrar su posición. Ese jugador es Lahm. Considerado por Pep, uno de los jugadores más inteligentes que entreno.

En sus comienzos en el City, el entrenador catalán manifestó: “De Bruyne, es uno de los mejores jugadores que he visto en mi vida porque puede hacerlo absolutamente todo". El belga por ese entonces era un jugador de desplazamientos mucho más verticales que horizontales. Desde la llegada de Pep, De Bruyne es un jugador que es capaz de muchas cosas: inicia transiciones, genera superioridades numéricas, conjuga pase corto-pase largo, transforma un pase en gol, llega como segunda línea a situación de remate, se desmarca entre los intervalos defensivos. Un jugador dinámico, no posicional, que amplio su abanico de posibilidades.

Es cierto, que no todos tienen la capacidad de expandir su juego a escenarios inimaginables. No todos pueden ser polivalentes. Porque se puede desnaturalizar su juego, por más voluntad que tengan de cambiar. De Bruyne no es de esos.

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