Las falencias en la presión alta del Barcelona
A diferencia de temporadas anteriores, Ernesto Valverde está intentando promover la presión alta como el sistema defensivo principal
Este comienzo de curso del FC Barcelona está dejando más dudas que certezas en cuanto a las sensaciones futbolísticas, lo que se está reflejando en los resultados. Uno de los principales problemas de esta versión 2019/20 pasa por el sistema defensivo (han recibido 11 goles en 9 partidos) que, a diferencia de los cursos anteriores de la mano de Ernesto Valverde, tiene un punto de partida mucho más adelantada y una intención de robar arriba para minimizar el tiempo con pelota del rival. Pero este cambio de paradigma defensivo viene de la mano con un proceso de adaptación y de ensayo/error que sirven para ir detectando los principales problemas que trae consigo ser mucho más agresivo a la hora de recuperar la pelota. Por ello, después de nueve partidos, se pueden ir resaltando algunas fallas dentro de dicho mecanismo que, a partir de la confección del once titular, está teniendo muchos problemas.
La dupla Messi-Suárez: El once titular contra el Inter de Milán, más allá de la lesión de Jordi Alba y la presencia de un derecho por la izquierda, es el equipo de gala en este momento para Ernesto Valverde y, dentro de él, la presencia de Lionel Messi y Luis Suárez termina siendo contradictoria por la manera en como defiende el equipo. Tanto el argentino como el uruguayo ya no son futbolistas que realicen desgastes tan largos a la hora de presionar a un contrincante en la salida de la pelota, lo que termina facilitando, que este pueda progresar, conectar con sus mediocampistas y enfrentar a la segunda línea defensiva blaugrana.
En cursos anteriores, Messi y Suárez eran entes descolgados dentro del repliegue (4-4-2) que realizaba el conjunto culé a la hora de defenderse. Hoy, con la intención de recuperar más arriba, es complicado imaginarse una recuperación alta constante con ellos dos en la primera línea.
Las coberturas de los mediocampistas: Otro de los rasgos más llamativos en este comienzo de temporada del conjunto blaugrana son los interiores adelantados tanto para atacar como para defender. En dichos roles, los nombres de Arthur Melo y Frenkie de Jong destacan por encima del resto de los mediocampistas que forman parte de la plantilla. Pero, al mismo tiempo, la presencia del holandés y el brasileño como aleros de Sergio Busquets, está dificultando la transición defensiva y que la segunda línea de contención consiga recuperar la esférica.
Dentro de ese mediocampo de gala, ninguno de los tres intérpretes destaca por sus coberturas defensivas, lo que termina generando un espacio a espaldas de los tres (quienes siempre saltan a presionar) que el rival aprovecha para filtrar y generar peligro, es decir, si el Barcelona no consigue recuperar arriba el sistema defensivo termina cayéndose debido a que ninguno de los mediocampistas dominan la realización de coberturas. En temporadas anteriores, para hacer un paralelismo, era Ivan Rakitic quien apoya a Busquets en la base, formando un 4-4-2 a nivel defensivo. ¿Es una opción el regreso del croata al once titular?
Rendimientos de Piqué y Lenglet: En este comienzo de temporada, los rendimientos individuales de los centrales blaugranas no están siendo los más óptimos, a diferencia de la temporada pasada donde tanto Gerard Piqué y Clement Lenglet eran de los puntos más altos del equipo. En este contexto, posicionados más arriba a la hora de defender y con menos respaldo colectivo, los centrales terminan quedando más expuestos a la hora de defender y, sin un estado de forma excepcional, ambos terminan sufriendo en escenarios donde tienen que defender hacía delante o correr para atrás con mucha agresividad cuando el rival consigue superar la segunda línea de contención blaugrana.