Cuando De Jong es descubierto...
El Barcelona le ganó al Inter por 2 a 1. En el segundo tiempo, De Jong cambió su función y al mismo tiempo cambió el estado de cosas.
El Barcelona logro una victoria importante para sus aspiraciones de clasificación a los octavos de final de la UEFA Champions League. El futbol tiene este componente que hace que las conclusiones sean sacadas a partir del condicionamiento del resultado. Sin embargo, el conjunto culé esta tan arraigado a una manera de ser, a una manera de ejecutar, de pensar, de sentir el juego, que las posibilidades y las obligaciones están arraigadas desde lo que puede hacer el equipo funcionalmente.
Este deporte es tan volátil como la vida, que hay detalles que abren nuevas puertas, nuevos horizontes, nuevas posibilidades, hasta inclusive renovadas soluciones. Si tuviéramos que fijar normas, utilizar números telefónicos es contraproducente con las peculiaridades de los futbolistas. Estas singularidades que tienen almacenadas funciones, posiciones, virtudes, defectos diversos. Y son esas diversidades que hay que armonizar, para que la idea llevada a cabo este gestionada en relación a los limites de los propios jugadores.
El ecosistema de juego puede generar revulsiones con pequeños trastoques. Uno solo y puede montar otro escenario, otro ida y vuelta entre los integrantes del equipo. Ayer paso esto con De Jong. Hay futbolistas que necesitan de intervenciones, de obligaciones para no extraviarlo del juego. Para no aislarlo. Porque es a partir de este tipo de jugadores, donde se mejoran las acciones y la toma de decisiones.
El holandés pierde peso cuando se lo aleja de la cocina del juego. Hay que hacerlo participe, darle obligaciones, que saque la pelota desde abajo, que genere sus perfiles para darle a la circulación efectividad, que divida al contrario con su condición conductora, de quebrador de líneas, de agitador de ataque. El futbol es tan rico que localizar a De Jong como un futbolista extraordinario cuando empieza de abajo hacía adelante, es fundamental. Encuentra línea de pases, avanza, sube al equipo hasta campo rival. Esto hay que resaltarlo: hay ángulos que indefectiblemente mejoran y reconocen las virtudes del futbolista y achican sus defectos. Y en defecto: maximiza las probabilidades de los demás.
Este deporte hay que entenderlo desde las fortalezas y las debilidades que posee un jugador. Reconocer sus virtudes y explotarlas, hace que luego el sistema gane en dinámica, en vitalidad, en las elecciones del dónde y el cómo. Y cuando De Jong es descubierto, se descubre un panorama lleno de posibilidades.