¿Cómo juega Harry Maguire?
Ponemos la lupa en el central inglés que viene haciendo grandes temporadas tanto a nivel de clubes como a nivel de selecciones
Con tan solo 26 años, Harry Maguire se ha convertido en uno de los centrales más deseados por los equipos más poderosos del planeta. El nacido en Sheffield ha pasado por un proceso formativo interesante desde su debut en el 2011 en el equipo de su ciudad, pasando por el Hull City hasta recaer en el Leicester City, uno de los conjuntos más destacados del segundo lote de la Premier League, donde fue galardonado como el mejor jugador de la temporada 2017/18 lo que le sirvió, al mismo tiempo, para ser convocado por Gareth Southgate para la Copa del Mundo de Rusia 2018, donde fue uno de los mejores en su posición. Ha dejado una pequeña marca en cada lugar en el que ha estado.
Su crecimiento ha sido exponencial hasta el punto de que en menos de ocho años pasó de jugar la Legue One (Tercera división de Inglaterra) a ser una de las piezas fundamentales de una de las mejores selecciones inglesas de la época reciente. Por ello ponemos la lupa en Harry Maguire que, pese a que su apariencia tiende a engañar a muchos, es un central que cuenta con habilidades con la pelota de un nivel superlativo si hablamos de la Premier League.
¿Cómo juega Harry Maguire?
Maguire es un central diestro que puede jugar en ambos perfiles de la zaga y que, al mismo tiempo, destaca en diferentes sistemas tanto como en pareja como en un esquema con una línea de tres zagueros. Cuenta con un físico privilegiado (1,94 m) y con una fuerza en su tren superior lo que lo lleva a dominar con mucha facilidad en los duelos individuales ante rivales más rápidos que él. Posicionalmente es ordenado, no es de los que busca constantemente ir anticipar al contrario sino que detecta el momento ideal para dar unos pasitos hacía adelante y poner la pierna para recuperar la pelota. Es muy sobrio, dejando la sensación de que no se pone nervioso en ninguna situación de partido, rasgo importante dentro de un central de la elite.
Sus problemas radican a la hora de que tiene que salir de su posición porque, como es un central muy capacitado para dominar en estático, se le ven las fisuras cuando tiene que salir a banda a hacer alguna cobertura en desventajas pero, al mismo tiempo, aprovecha para corregir desde el físico cualquier inconveniente. Como no se desespera, no abandona su posición y busca siempre cerrarle al poseedor de la pelota la capacidad para avanzar y, al mismo tiempo, cerrarle líneas de pase con su pierna opuesta. En cuanto al juego aéreo, es uno de los centrales que más domina en esta faceta, su posicionamiento, desplazamientos para llegar a la zona y movimiento de la cabeza para realizar el golpeo son elite, hasta el punto de que se convierte en un arma en ambas áreas.
Otro de los principales problemas es que depende demasiado de su físico. No tiene una lectura del juego destacada y, por ello, siempre busca solucionar/corregir diferentes acciones desde su sprint corto, potencia y choque.
Con la pelota en los pies, pese a parecer un tosco, cuenta con una pase largo muy bueno, tanto para activar en banda a sus compañeros como para buscar al delantero centro para que este pivotee y descargue. Su potencia lo ayuda a conducir y quitarle rivales del camino, para romper líneas de presión. Aunque, como mencionamos previamente, no cuenta con una lectura del juego prodigiosa por lo que se toma mucho su tiempo a la hora de dar un pase sea corto o largo, lo que le da facilidad al rival para ir a por él.
Harry Maguire, pese a no estar en flashes y no tener todavía su gran noche en la Champions League, es uno de los mejores centrales del mundo con la capacidad para liderar la zaga de un equipo con aspiraciones importantes y para ser determinante en el pero, para poder ser considerado dentro de la selecta lista de los mejores centrales del mundo (Piqué, Sergio Ramos, Van Djik, Chiellini...) deberá comprender más el juego y terminar de graduarse en una noche importante, en esas que convierten a los jugadores normales en leyendas absolutas.