Dominio, rombo y castigo
Pese a la gran noche de Giménez, De Arrascaeta y Valverde, Uruguay no pudo superar a Perú en la tanda de penales y se despidió de la Copa América

Pese a dominar gran parte del encuentro y estar cerca de batir el arco de Pedro Gallese, hasta el punto de que le anularon dos goles por posición adelantada, Uruguay no pudo marcar la diferencia y terminó cayendo por la vía de los penales ante Perú que, con muy poco en cuanto a generación de oportunidades, no falló ningún penal después de 90 minutos sin conseguir patear hacía la portería de Fernando Muslera. Un encuentro marcado por los problemas de gestación en el último tramo de la celeste y por la extraña ineficiencia compartida de Edinson Cavani y Luis Suárez, los dos jugadores más talentosos de esta selección.
Pero, más allá del dominio, Uruguay sufrió constantemente en la generación de oportunidades de real peligro debido a que, más allá de contar con volantes de buen pie y con capacidad para construir, a nivel colectivo la gestación pasa por saltear líneas para abastecer, en contextos bastante desfavorecedores, a Cavani y Suárez que dependía mucho de lo que podía generar ellos mismo fuera del área, suficiente para hacer daño en múltiples ocasiones pero convirtiéndose en una variante repetitiva y dependiente del estado de forma de ambos.
Dichos inconvenientes terminaron limitando el poderío celeste en el último tramo porque, sin el funcionamiento colectivo que cuente con múltiples variantes creativas, se nota mucho más la ausencia de volantes desequilibrantes desde las jugadas individuales en los contextos que el partido no tenga un lado claro. Aunque aparezcan nombres como Giorgan De Arrascaeta, Nico Lodeiro y Gastón Pereiro, no sirven sin un contexto que los arrope y potencie.
El duelo Giménez-Guerrero
Uno de las principales batallas del encuentro se disputó cerca del arco de Fernando Muslera. José María Giménez y Paolo Guerrero tuvieron batallar constantemente en un duelo mental donde el delantero peruano forzaba al central celeste a estar conectado constantemente y no poder ceder ningún centímetro. Al final, fue el central del Atlético de Madrid quien se llevó todos los reflectores.
Dos cortes salvadores de José María Giménez a Paolo Guerrero en el primer tiempo. Está a un nivel altísimo. pic.twitter.com/offHuJUFwt
— Nahuel (@NahuelBeau) June 29, 2019
¿El rombo del futuro?
En la segunda mitad, Óscar Washinton Tabárez movió la pizarra, cambio de nombres y volvió a dibujar el esquema. Le dio ingreso a Lucas Torreira por Nahitan Nandez y pasó del clásico 4-4-2 al 4-3-1-2 con De Arrascaeta más cerca de Cavani y Suárez y activando su buen juego entre líneas, moviéndose alrededor de Renato Tapia y Yoshimar Yotún. En ese momento, hasta el ajuste de Ricardo Gareca al minuto 75 con el ingreso de Christofer Gonzáles, Uruguay encontró caminos claros para anotar hasta el punto que le anularon dos goles en dicho tramo del partido.
Dicho esquema, pese a dar resultados a la hora de dominar y bajar las arremetidas de Perú, tiene muchas lagunas tanto en ataque, desequilibrio por las bandas para dejar fijos a los puntas (mayor proyección de laterales y posicionamiento en campo rival), y en defensa, ocupación de espacios sin desgastar a los interiores, que tendrán que mejorarse si se quiere utilizar dicho dibujo en otras oportunidades. Pero, a priori, parece un gran opción para juntar a Rodrigo Bentancur, Lucas Torreira y Federico Valverde en el eje y darles una opción de pase verticalizante con De Arrascaeta entre líneas, una forma más sencilla de llegar a los arietes sin jugar en largo.
Ver a Giorgian De Arrascaeta jugar en su posición fue un deleite. Ojalá sea una constante a partir de ahora.
pic.twitter.com/wWRr16XPsE— Nahuel (@NahuelBeau) June 29, 2019
La derrota, pese a ser injusta por el desarrollo, debe dejar enseñanzas al entrenador que, intervino tarde a la hora de meter los cambios con la intención de cambiar el rumbo del encuentro, puede utilizar nuevos caminos, por los jugadores que tiene, para llegar a Cavani y Suárez.