El gol que abrió el camino
Con cinco puntos, los dirigidos por Rafael Dudamel firmaron su clasificación a los Cuartos de final de la Copa América como segundos del grupo
Venezuela derrotó 3-1 a Bolivia y clasificó a los Cuartos de final de la Copa América de Brasil 2019, firmando así su cuarta presencia en dicha instancia y la cuarta en las últimas cinco ediciones. Con doblete de Darwin Machís (Cádiz FC) y otro gol de Josef Martínez, La Vinotinto cerró de manera magnifica una fase de grupos donde termina invicta, solo recibiendo un gol y dejando sensaciones de que se está consolidando un estilo de juego y que existen variantes para afrontar diferentes escenarios, contextos y rivales, quienes en ocasiones le exigirán a nivel colectivo poder ofrecer otras cosas. Bolivia, que quedó eliminada con tres derrotas, le exigía a los de Rafael Dudamel (por necesidad y contexto) tener que tomar más riesgos con pelota, a ser más agresivos en ofensiva (tanto en calidad como en cantidad) y más letales en ese último tramo más cercano a Carlos Lampe (guardameta boliviano).
Con la presencia de Juan Pablo Añor (SD Huesca) en el once titular en detrimento de Yangel Herrera (SD Huesca), y la presencia de Jefferson Savarino por Jhon Murillo como extremo, la pelota le corría mejor a Venezuela. Tenía mayor velocidad y sentido en los recorridos que hacía entre intérpretes. Por ahí comenzó a crecer un conjunto con ideas más claras cuando recuperaba la pelota y con jugadores más capacitados para asociarse, recibir entre líneas y darse vuelta para verticalizar.
Pese a no tener a Mikel Villanueva (central con mejor juego de pies), Yangel Herrera (mediocampista con mayor recorrido) y Jhon Murillo (el extremo más punzante), La Vinotinto consiguió confeccionar múltiples ataques de diferentes formas y colores. En juego directo, en transiciones y en juego asociado de donde nació el 1-0, ese gol que se gestó en los pies de cuatro jugadores y lo finalizó Machís dentro del área, y que a su vez demostró que, más allá de un sistema defensivo sólido, se cuenta con la capacidad para poder generar oportunidades de peligro. Por ello, pondremos la lupa, paso a paso, en el primer gol de la tarde en Belo Horizonte y que dio el puntapié inicial a la clasificación a los cuartos de final de la selección venezolana.
La jugada comienza gestándose cuando Luis Del Pino Mago baja el juego directo de Bolivia y comienza a combinar con Roberto Rosales, Darwin Machís y Tomás Rincón, sector izquierdo de Venezuela que, por diferentes razones (perfiles y cualidades asociativas) no logró progresar y se tuvo que reiniciar la jugada con el mismo Mago, recibiendo un pase de Rincón, combinando con Jhon Chancellor y ahí comenzaría la construcción de la fase final de la jugada.
Chancellor, que tiene una conexión intermedia con Ronald Hernández, recibe un pase del lateral derecho que no pudo progresar debido a que Bolivia cerró bien las líneas de pase y lo limitó a jugar para atrás, cuando recibió condujo y detectó el pase entre líneas a Jefferson Savarino.
Savarino, extremo izquierdo, recibió por dentro, giro y comenzó a conducir. Dicho movimiento atrajo consigo a los rivales más cercanos y liberó a Juanpi Añor en la banda. Ambos jugadores demostraron, en diferentes momentos del partido, capacidad para intercambiar zonas y poder darle a sus compañeros líneas de pase y poder encontrar huecos en el repliegue boliviano. Después de atraer rivales, Savarino combinó con Añor.
Juanpi, el más dotado en el juego asociativo del lado vinotinto, recibió y dejó un rival en el camino mientras interiorizaba para liberar nuevamente el carril. En ese momento, ya cada vez más cerca de la frontal, pasó en profundidad para activar la proyección de Ronald Hernández, que tuvo su mejor partido en la selección absoluta,
Ronald recibió y condujo, con mucha libertad, para después centrar al punto del penal. Salomón Rondón se movió para adelante, para liberarle la zona y atraer rivales con su desplazamiento, y en ese lugar aparecería Darwín Machís para anticipar a su rival y anotar el 1-0.
En la primera jugada de Venezuela con la pelota, consiguió, con múltiples conceptos individuales y colectivos, confeccionar una jugada que terminaría vulnerando la defensa boliviana que, pese a no ser un parámetro verdadero, sirvió para demostrar que, en escenarios y contextos donde se tenga que proponer y llevar la batuta del encuentro, existen mecanismos para crear, progresar y anotar.