Klopp somete a Pochettino y el Liverpool levanta la Orejona
Los Reds se impusieron al Tottenham Hotspur, y levantaron su sexto título de UEFA Champions League en la historia (1977, 1978, 1981, 1984, 2005, 2019).

Con goles de Mohamed Salah desde el punto de penal y Divock Origi en el ocaso del partido, el Liverpool derrotó 2-0 al Tottenham Hotspurs y se coronó campeón de la UEFA Champions League 2018/19, su sexto título en la historia de la Copa de Europa. Con dicho título corona una de las mejores temporadas de la historia del club luego de conseguir su puntuación más alta en la Premier League, pese a terminar quedando segundo, y levantando la Orejona luego de más de una década sin poder hacerlo. Los de Jürgen Klopp dominaron gran parte del partido, hasta el minuto 70, sometiéndole a una presión alta, con diferentes roles dentro de los interpretes que se posicionaban en campo rival, y con una variante en juego directo con Virgil Van Djik, Joel Matip y Fabinho buscando a Sadio Mané a espaldas de Kieran Trippier que, al igual que toda la temporada, tuvo un rendimiento muy bajo en defensa.
Durante ese periodo de tiempo, los Reds encontraron vías para hacerle daño a los de Mauricio Pochettino recuperando la pelota a diferentes alturas y generando, tampoco demasiado, con las buenas apariciones de Andrew Robertson en banda izquierda junto a la movilidad de sus ofensivos. Tottenham fue amo y señor de la pelota, pero nunca pudo establecerse en campo rival y como dominador del partido debido a que, cuando el Liverpool se colocaba cerca de Hugo Lloris para presionar, le complicaba la circulación sencilla de la pelota y la esférica llegaba en complicadas situaciones a Dele Alli, Harry Kane y Heung-Min Son. Pero, en algunas ocasiones, con Eriksen con un punto de partida más retrasado, conseguí romper esa primera línea de press y encontró al coreano en situaciones ventajosas para medirse mano a mano a los defensores.
En la segunda mitad, Pochettino le metió mano al equipo pero no pudo cambiar el desarrollo, ni siquiera con la entrada de Fernando Llorente y la posibilidad de potenciar la salida en largo con el español en los costados activando a los mediapuntas. En el minuto 70, el Tottenham consiguió posicionarse en campo rival y generar oportunidades de peligro pero ya cuando el Liverpool bajó la intensidad de la presión, retrocediendo su punto de partida a su propio campo. En ese momento se vio el mejor Eriksen y el mejor Son, pero sin conseguir pasar con claridad a Van Djik y Matip, que tuvieron una noche pletórica y, para dificultarlo aún más, Allison Becker tuvo una noche perfecta, esa por la que invirtieron tanto dinero en ficharle en el comienzo de la temporada. La noche de los Reds fue maravillosa, un rendimiento completo de todo su equipo y con un planteamiento de Klopp que, desde la pizarra, superó ampliamente a Mauricio Pochettino sobre todo desde la presión y la variante Mané, que explicaré de manera diferencial:
La presión de Klopp
Para someter a su rival, el Liverpool ejecutó una presión/bloque medio-alto en campo del Tottenham para neutralizar el impacto que tuvieran Alli, Eriksen, Winks y Sissoko en el desarrollo del juego y forzando a los centrales (Verthongen y Alderweireld) a jugar en largo con Kane (marcado magistralmente por Van Djik y Matip) o con los laterales que, pese a recibir con ventajas, nunca le entregaron a Pochettino lo que su equipo necesitaba con la pelota. Ante eso el press de Klopp fue suficiente para que su rival nunca pudiera generar oportunidades de peligro.
El press consistí en dos bloques: El primero era Salah-Firmino(Origi)-Mané que presionaban el espacio, dejando jugar a los centrales del Tottenham, pero cerrando los carriles interiores para forzarlos a jugar en largo. El segundo bloque eran Fabinho, Jordan Henderson y Giorgino Wijnaldum que se posicionaron en campo rival, realizando una jaula para Winks y Sissoko junto a los atacantes, pero estos si de una manera más activa. Si los centrales conseguían filtrar, ellos atacaban con agresividad a los receptores para que estos no lograran girar y verticalizar.
La principal vía de escape de los de Pochettino nacía con el movimiento de Eriksen para atraer al medio a Robertson y liberarle el carril a Trippier para que este, con muchas ventajas, posicionara al Tottenham en campo rival. Pero, como dijimos previamente, no aportó lo necesario con la pelota para romper con el dominio red.
La salida hasta Mané
Por su parte, Tottenham también realizó una presión alta con la intención de que el Liverpool no consiguiera progresar con comodidad en campo rival pero, ante eso, Klopp tenía un plan. Con Van Djik, Matip y/o Fabinho intentó siempre conectar con Mané en largo, quien atacó constantemente la espalda de Trippier, para que este generara en campo rival y le diera tiempo a su equipo a llegar lo más cerca posible de Lloris.