Simeone puso en jaque a la Juve

Diego Godín en ambas áreas: El central uruguayo fue, sin duda alguna, una de las figuras del partido. Más allá del gol, Godín recuperó tres balones, ganó duelos aéreos importantes y estuvo muy claro a la hora de cubrir espacios para organizar el bloque defensivo. SU presencia, junto a la de su compatriota José María Giménez, fue de lo más importante para el conjunto colchonero esa mítica noche en el Wanda Metropolitano.

Neutralizar a Pjanic y Dybala: Simeone lo tenía claro. Pese a tener a Cristiano Ronaldo en ataque, la Juventus depende demasiado del impacto de Miralem Pjanic y Paulo Dybala a la hora de construir desde la zona de gestación. Por ello, el argentino decidió cerrar los carriles interiores para que tanto el bosnio como su compatriota no tuvieran mucho margen de acción por dentro, generando una superioridad constante en el medio sector para que estos no tuvieran comodidad, y que, debido a que Allegri no alineó ningún jugador con la capacidad de desbordar ni desequilibrar por banda, la Vecchia Signora no tuviera manera de generar peligro más allá de lo que pudiera generar Cristiano Ronaldo.

Diego Costa primero, Morata después: En la rueda de prensa posterior al partido, Simeone afirmó que el demostró valentía al alinear tanto a Diego Costa como a Koke después de tantos meses de lesión de ambos. Vaya que le funcionó bien. El brasileño tuvo de esos partidos que lo enaltecen como uno de los mejores delanteros centro del planeta.

Ganó todos sus duelos ante los centrales de la Juventus y desgastó a una defensa que no pudo reaccionar en la segunda mitad del partido con la entrada de Álvaro Morata que, mostrando una frescura notable, terminó de desbaratar a una de las mejores parejas de centrales del mundo.

Pese a que ninguno de los dos anotó, el partido de Diego Costa y Álvaro Morata es de guardar y es una de las razones principales para entender el triunfo del Atlético de Madrid en la ida.

Sin desborde ni velocidad: Es hablar con el diario del lunes pero, desde el vamos, que Massimiliano Allegri no alineara a Joao Cancelo, posiblemente el mejor lateral derecho de la temporada, como titular en el Wanda Metropolitano era por lo menos algo extraño.

Sin él, la Juventus perdió toda capacidad de desborde ante, a su vez, la titularidad de Mandzukic y Dybala en ataque con Cristiano Ronaldo, tres jugadores que no destacan por su velocidad en los duelos 1vs1. Ante eso, y con el buen planeamiento defensivo del Cholo Simeone (Dos líneas de cuatro bien paradas, Saúl y Koke frenando ese primer pase) logró frenar cualquier intención colectiva de la Vecchia Signora de encontrar variantes ofensivas más allá del ataque posicional.

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