Jurgen Klopp en la región portuaria del Liverpool
Jurgen Klopp llego al Liverpool FC en el año 2015. Desde ese momento, conformo un equipo sin complejos, valiente y competitivo.
Liverpool es una región dura portuaria. Allí se dice que el arraigo sentimental sobre el futbol es fuerte. En pocos lugares la fuerza de representatividad se ve tan latente en un club como el Liverpool FC. Parte de esa pertenencia acérrima se vislumbra en su cantico “You´ll Never Walk Alone”. Son instituciones donde necesitan de una idea, de una persona para encarnar ese orgullo colectivo. Paso con Steve Gerrard en su despedida del club al disputar su ultimo partido contra el Crystal Palace. Poco importaba el partido. Era el fin de un hijo del club, de cierto aspecto tradicional.
Cuando una personalidad pisa un club, debe comprender que está incluyéndose dentro de un poder. Ese poder tiene maneras de representarse. Cada institución tiene su asterisco distintivo, diferencial. Posee su condicionamiento simbólico, sus expectativas, su sentido de pertenencia. Del Liverpool FC se espera la deportividad, la valentia y el espectáculo. La llegada de Jurgen Klopp les dio personería a esas características. Y cuando el sentido de pertenencia consigue reflejarse en un rostro, los equipos suelen encontrar vida, competencia y autoestima.
Cuando el alemán convivía todavía en el Dortmund de Alemania, tuvo que enfrentarse varias veces al Bayern Munich de Guardiola. Por ese entonces había una polarización en el juego. El juego de posesiones largas vs el juego al espacio. Los equipos de Kloop, como lo es también en este momento Liverpool FC, son máquinas de matar del juego de transiciones inmediatas. Aprovechan bien los espacios y los metros que tienen por correr. Cuando activan el juego vertical tienen un gran repertorio para pasar de recuperar a atacar. Hay momentos donde el contrataque es con posesiones fijas, donde los descolgados, con pases, gambetas y aceleración justa, rompen con estructuras. Otras con posesiones pocos fijas, donde los volantes y los laterales se desprenden para llegar con presencia a zonas de riesgo, hay movimientos de distracción y de fijación para generar espacios a receptores.
Por otro lado, sus equipos asimilan bien las diferentes zonas de presión. Decodifican bien a los rivales que buscan crecer a través de la posesión de la pelota, porque acosa con pressings altos e impide que el contrario pueda progresar desde su base del juego, que puedan hilvanar pases desde la primera fase de gestación. Y esa presión también le agrega relación entre líneas. No solo la presión es de los delanteros, sino también que ese mecanismo de presión es acompañado por los volantes y la defensa para que los pasillos que haya entre ellos no sean largos y grandes. Pudimos ver esto contra el Manchester City, en Anfield Road, cuando le gano 3 a 0 por el partido de ida de la Champions League de la temporada 2017.
No solo sus equipos tienen la virtud de achicar hacia adelante. Sino también hacia atrás. Se encasillan y repliegan bien. Ceden la pelota, forman un embudo para llevar al rival a pasillos exteriores o pasillos interiores, y así buscar aprovechar el fallo de un pase o de una ejecución del contrario para robar y lanzar los contrataques. En el Liverpool se montan contragolpes con Salah y Mane que gambetean, son profundos, vertiginosos, rápidos. Y consigue en Firminho, ese 9 con virtudes de 10, la pausa necesaria para encontrarle un equilibrio a ese vértigo y darle a la ofensiva mayor efectividad.
Los equipos son muy volátiles en el tiempo. Es difícil mantener en el tiempo un rendimiento optimo y pletórico. Hay bajas en los rendimientos, lesiones que llevan al entrenador a confiar en el jugador para no darle incertidumbre y ayudarlo en su estancamiento, cambiar lecturas posicionales, tácticas y conceptuales, entre otros procederes. Sin embargo, Klopp no es un entrenador de justificaciones, sino de ver como sus equipos pueden ser cada día mejor, de darle herramientas a sus jugadores para que asimilen las necesidades que vayan surgiendo, de la idea de que el público pueda disfrutar desde el primer minuto y no desde del minuto 69.
Ante la ciclotimia de un equipo, el liderazgo es esencial para poder influir sobre el otro. El líder es el que genera en los demás un impacto positivo. Y eso genera un efecto domino hacia la afición y el jugador. Para estimular el bien común dentro planteles diversos en cuanto a personalidades, lo afectivo y la estrategia comunicativa son dos elementos muy importantes para generar compromiso con el hincha y seducir a sus jugadores. Y de esta manera, mantener al hincha predispuesto con la causa y al jugador convencido de la idea, del plan de juego y del idioma. Y Klopp suele buscar regar lo que planto para conseguir constancia.