Lewandowski: carreras ilegales y lanzamientos de yogures a comisarías
En su nueva autobiografía, el delantero ha reconocido que fue un 'trasto' en su juventud, llegando a tirar yogures a una comisaría

Robert Lewandowski ha revelado que antes de encontrar su lugar mandando balones al fondo de las redes en la Bundesliga era un chico malo con mirada de niño bueno, un yogur (especialmente para lanzar en las comisarías de policía) en el bolsillo y una afición en romper las reglas. En su nueva autobiografía "Mi verdadera historia", el delantero del Bayern de Múnich admite que fue una especie de adolescente problemático en sus años mozos, con una predilección especial por las carreras de coches y motos sin carnet de conducir a través de los bosques a las afueras de Varsovia.
El diario alemán Bild ha sacado a la luz algunas citas más curiosas del libro: "En repetidas ocasiones he cogido 'prestado' el coche de mi madre, aunque por supuesto que ahora sé que no estaba bien. Era menor de edad y no tenía permiso de conducir". Lewa también pasa a confesar que él y sus compañeros organizaban carreras en los bosques de las afueras de la ciudad con los coches de sus padres: "Por cierto, es algo que todavía me gusta hacer hoy si alguna vez encuentro algo de tiempo, aunque ahora voy a la pista de carreras. Mi récord fue de 320 km/h".
El corredor furtivo del Bayern también reveló que era una contínua molestia para la policía local y confiesa que lanzó varias veces "envases de yogurt y cáscaras de plátano" a la comisaría de policía en su ciudad natal. También hay cuentos menos alegres como haber sido atacado por un maníaco cuchillo en mano y tratar de estrangular a un profesor de biología por haberle puesto malas notas. Sin embargo, la mejor anécdota de todas es la descripción del castigo que le impusieron a un joven Lewandowski tras ser pillado fumando en un campo de fútbol: Tuvo que cuidar de un extintor de incendios durante medio año.