¿Es recomendable el consumo de bebidas energéticas en el fútbol?
Analizamos el efecto de las bebidas energéticas en el deporte y en el fútbol. ¿Son positivos sus efectos para incrementar el rendimiento en el césped?
No, no soy consumidor diario de bebidas energética. Sí, si soy consumidor semanal de bebidas energéticas. Para no dormirme cuando hay que dar un ‘extra’ en el trabajo, para llegar con más fuerza a ese ejercicio final en tu plan de entrenamiento y para esta más activo en días con menor agilidad mental. La sociedad del running, de los gimnasios, de los deportistas profesionales y, sobre todo, de quienes pretenden aspirar a ello, hacen de este tipo de bebidas, una de las que mayor fama han adquirido en los últimos años. Y todo, porque su sabor, sus componentes y, desde luego, sus efectos, son reales aplicados a diferentes practicas deportivas.
Hace apenas unos meses, un estudio de la Universidad de Edimburgo, se tomó muy en serio el análisis de estas bebidas y, en una serie de partido de fútbol, hockey, baloncesto o rugby entre adolescentes, lo probaron con varios chicos. Todos eran deportes donde se necesita hacer un gran gasto de energía y también donde se pierde mucha agua de nuestro cuerpo. Justo en ese punto es donde las bebidas energéticas sí ayudan a recobrarla junto a sales perdidas. La finalidad llevó a una conclusión: el rendimiento de los jugadores que tomaron bebidas antes y durante el partido, sí tuvo mayor impacto que el resto.
Según el estudio, aumentaban un 24% el rendimiento, lo que favorecía que estos deportistas no se cansaran tanto o pudieran aguantar mas tiempo sin tener un descanso previo. Hay que apuntar que, en estos datos, es clave la disolución del 6% de carbohidratos y electrolitos, lo que suponía una buena hidratación durante el partido y, por consiguiente, una mayor capacidad para rendir durante más tiempo en altos niveles de exigencia.
Hemos visto a deportistas variados tomando estas bebidas (Neymar, Nadal, Ricky, Alonso…), y cuando se les pregunta sobre los efectos que ellos notan, casi todos aluden a la sensación de bienestar producida. Se debe a la acción de sustancias psicoactivas (siendo la cafeína, un alcaloide, uno de los ingredientes en estas bebidas) que actúan sobre el sistema nervioso central, inhibiendo en diferentes grados, según el producto, los neurotransmisores encargados de transmitir las sensaciones de cansancio, sueño, malestar… Y, a su vez, potenciando los relacionados con las sensaciones de bienestar y la concentración.
Su base está formada por hidratos de carbono, sodio, potasio, magnesio y calcio entre otros elementos como vitaminas. Otros componentes que se les añaden y que no están relacionados con la mejora en la absorción de agua son minerales, magnesio y calcio; aminoácidos, pensando más en reponer los que se han degradado haciendo deporte: estos compuestos sirven para reponer las reservas de glucógeno donde son recomendables los hidrosolubles porque son facilmente asimilables y también facilmente expulsables mediante la orina.
La duda de muchos deportistas es evidente en otros aspectos, pues existen muchos rumores que no aconsejan su ingesta. ¿Tiene puntos negativos el consumo de estas bebidas?. Evidentemente, los efectos de la cafeína no son del todo positivos pues, en ese mismo estudio desarrollado en Edimburgo, los deportistas que lo consumieron percibieron diversos efectos secundarios como insomnio, nerviosismo, nivel de activación post competición, temblores y hasta dolor de cabeza o pecho.
Efectos positivos y efectos negativos para unas bebidas energéticas que ya se han instalado en la vida habitual de los deportistas de todo el mundo.