Liverpool: Jürgen Klopp, un entrenador especial
Analizamos el impacto que podría tener la personalidad de Jurgen Klopp en Anfield tras convertirse en nuevo entrenador del Liverpool


Hay personas que son especiales. Que tienen algo especial. Un don. Algo que no se sabe bien que es, pero que les hace ser diferentes. Hay personas, que brillan con luz propia. En el mundo del fútbol también hay este tipo de gente. Sobretodo en los banquillos. Los entrenadores son personas especiales. Personajes que a la vez de
entrenador desarrollan otro tipo de trabajos propios de diferentes profesiones y facetas de la vida. Y con esto se quiere decir que el entrenador además de su trabajo, hace de maestro, de psicólogo, de padre, de comunicador, de hermano mayor, en definitiva, un compendio de actividades que les hace ser personas especiales. Y entre ellos, entre los especiales, hay algunos que brillan con luz propia, que destacan entre los demás.
Uno de ellos acaba de aterrizar en Inglaterra. Ha llegado a un club que necesitaba alguien especial. Un guía que les llevara de la mano. El Liverpool necesitaba este tipo de entrenador, y se ha fijado en Klopp. El alemán ya ha dirigido su primer partido en la Premier, en White Hart Lane. Pero aún es pronto para sacar conclusiones. Con tan solo tres sesiones de entrenamientos un grupo de futbolistas no se amolda a lo que quiere el entrenador. Ni el míster a ellos. Ni mucho menos. Este será un proceso de cambio del cual los primeros resultados de verdad se verán en los próximos meses. Un partido no sirve para analizar lo que es el nuevo Liverpool de Klopp. Pero el alemán no es un desconocido. Su trabajo en el Borussia Dortmund quedará para la historia en la cuenca del Ruhr y en la memoria del fútbol europeo. Y por tanto es imposible no sacar conclusiones del aspecto que tendrá este nuevo Liverpool fijándose en lo que hizo en el Westfalestadion.
No se sabe a ciencia cierta si el Liverpool tendrá características similares al Dortmund de Klopp. No se sabe si presionará arriba, si será tan directo. Pero lo que si se sabe es que tendrá mucho del carácter del entrenador alemán. Porque Klopp es especial, tiene un carácter que contagia y eso seguro que lo trasmite al Liverpool. Pero, ¿cómo es Klopp?
Mentalidad positiva y liderazgo
Como futbolista pasó sin hacer ruido. No llegó a pasar de la segunda división alemana y jugó en equipos humildes como el Viktoria Sindlingen, el RW Frankfurt o el Mainz donde jugó los últimos años de su carrera. Desde su lateral derecho, donde competía, fabricó su modelo futbolístico ideal. Desde bien pronto se le vieron dotes de técnico. Los dirigentes del Mainz lo vieron y a finales del invierno de 2001 con el equipo en peligro de bajar a la Regionalliga (la tercera división de Alemania aún no se había creado) decidieron destituir al entrenador y poner en el banquillo a un jugador del primer equipo. Klopp llevaba en ese momento 325 partidos jugados con el Mainz pero no tenía licencia de entrenador. Las actas las firmaría Wolfgfang Frank. Para sentarse en el banquillo le serviría su titulación universitaria en Ciencias del Deporte. El Klopp que veía que su carrera estaba acabando era un tipo sensato, responsable, que no se iba al bar con sus compañeros tras los partidos, se iba a cuidar a su hijo. Le pusieron al frente del equipo. Y le fue muy bien. Las dos primeras temporadas se quedó al borde del ascenso. A la tercera lo consiguió. Y en la Bundesliga volvió a sorprender, quedó 11º y se les entregó el trofeo Fair Play de la DFB que les daba derecho a participar en las rondas previas de la UEFA. Tras pasar dos rondas fue eliminado por el Sevilla. Después de otro buen año en la Bundesliga el Mainz no consiguió aguantar tras perder a Turk, su delantero referencia. Y se consumó el descenso. A pesar de ello, el club confió en su entrenador y Klopp siguió al frente del equipo. Pero no pudo subir dejó el equipo al finalizar la campaña. En verano de 2008 llegó al Dortmund, un equipo cerca de la bancarrota y con el ánimo por los suelos. Y allí se vio al verdadero Klopp.
Llegó a un club que estaba mucho peor que el Liverpool de ahora. El Dortmund tenía graves problemas económicos y era un club sin rumbo, muy lejos de lo que había sido. Klopp rejuveneció el equipo, introdujo sus ideas y le dio carácter. Una personalidad que marca. El alemán tiene una enorme capacidad para comunicar, envolver, transmitir. Conecta fácilmente con los futbolista, les convence y estos le creen. Su carismático liderazgo es una de sus grandes bazas como entrenador y uno de los secretos de su éxito. A los jóvenes e inexpertos futbolistas del Dortmund les hizo creer incondicionalmente en que aquella forma de jugar que él les enseñaba era la correcta. Les convenció de que podían plantar cara a cualquier rival. Y les motivó para conseguir retos mayores ante cualquiera que se pusiera por delante. Con una mentalidad positiva, representada por la sonrisa que siempre ocupa su cara llega a los jugadores y a la grada. A sus futbolistas les hizo creer que era posible lo que se propusieran, ya fuera romper la hegemonía del Bayern Munich en la Bundesliga o aguantar un resultado a favor contra el Real Madrid con todo el peso del Bernabéu y lo que representa una semifinal de la Copa de Europa encima.
Es un entrenador peculiar, muy extrovertido, con un gran sentido del humor, algo que se palpa en la ruedas de prensa. El mejor ejemplo es la conferencia de prensa que dio antes de la final de la Champions que disputó con el Dortmund en la que presumió de sus puntuaciones en el Guitar Hero. Le gusta estar muy cerca de sus jugadores, crear un ambiente familiar en el vestuario. Cuando entrenaba al Mainz se llevaba a sus futbolistas un par de días a unas cabañas para hacer piragüismo todos juntos y unir al grupo.
Klopp se ha convertido en un icono del fútbol, uno de los personajes favoritos de este mundo del balompié. Un entrenador que al contrario de lo que pasa con Mourinho, no polariza, no hace bandos. En el fútbol hay mourinhistas y antimourinho , el luso representa o el bien o el mal. Klopp no polariza, su personalidad, su manera de ser, de estar, de hablar, de entrenar, hace que sea un tipo que cae bien.
Rodeado de juventud
Cuando llegó al Dortmund una de sus primeras decisiones para darle un nuevo rumbo al club fue rejuvenecer el equipo. Rodearse de gente muy joven, con ganas de aprender, con ganas de que les dieran una oportunidad, jugadores que no tenían miedo de emprender nuevos retos y que se convencieron de la idea de juego que Klopp les expuso. Sacó de la cantera jugadores como Götze, Schmelzer, Bender, Piszczek o Groskreutz. Le dio un nuevo papel a la cantera del Dortmund, le dio utilidad y una oportunidad a los mejores canteranos, y estos le respondieron. Además esto lo combinó con compras de futbolistas también muy jóvenes y poco o nada conocidos como Reus, que llegó del Monchengladbach, Gündogan, fichado del Nurnberg, Kagawa, del Cerezo Osaka o Lewandowski del Lech Poznan.
Una buena política de cantera y un gran acierto en fichajes de gente joven le permitieron tener el equipo con menor media de edad de la Bundesliga y posteriormente de Europa. Los futbolistas jóvenes le aportaron lo que Klopp pedía para su revolucionario sistema táctico y además, una cosa muy importante que llevó al Dortmund a levantar títulos. Los jugadores compartían con el técnico una característica, tenían hambre de éxito. Es innegable que se encontró con una buena hornada de futbolistas. También hay que decir que él fue quien les acabó de dar el último fuego. Y a su favor, todos los que han salido del Dortmund buscando cotas más altas, a excepción de Lewandowski, han fracasado.
Su método de entrenamiento y sus ayudantes
Como pronto podrán observar los jugadores del Liverpool, si no lo han hecho en estas primeras sesiones de entrenamiento, Klopp es un obsesionado del trabajo táctico. Le encanta tener todos los aspectos tácticos controlados, tanto los suyos como los del equipo rival. Porque una de las características de Klopp como entrenador es que hace que su equipo sea camaleónico, que se adapte a la mejor manera para hacer daño al rival. Tiene su idea, su sistema de juego, y a partir de estas ideas principales su equipo se adapta al partido. Y para ello es clave trabajar y trabajar los aspectos tácticos. Otra de sus obsesiones y parte de su método de entrenamiento es el uso de las nuevas tecnologías. La cantidad de vídeos que visionan sus futbolistas es enorme. Incluso durante algunos partidos hace que sus ayudantes le preparen pequeños videos de los primeros 45 minutos para proyectarlos en el descanso y mejorar cosas a partir de esto. Pero si alguna cosa destaca sobre el tema de las nuevas tecnologías y Jürgen Klopp es la máquina que instaló en las instalaciones del Borussia Dortmund. La llaman la Footbonaut, una máquina valorada en casi 2 millones de euros en la cual el futbolista esta dentro, al medio y tiene 72 rectángulos que se iluminan para indicar al jugador donde debe colocar los balones le lanzan hacia el centro de la máquina.
Uno de los puntos calientes de la negociación con el Liverpool fue la de mantener a sus dos ayudantes del Dortmund, Zeljko Buvac y Peter Krawietz. Para Klopp, la figura de Buvac es indispensable. Él le llama “The Brain”, el cerebro. Es su mano derecha y amigo íntimo desde que se conocieran en el vestuario del Maiz en 1992. Después de que el bosnio colgara las botas, se marchó con Klopp al club en el que se habían conocido y desde entonces son un tándem. Ambos ven el fútbol de la misma manera y Klopp se apoya en Buvac para tomar todas las decisiones.
Comunión con una grada encendida
Si una de las características principales de la personalidad de Klopp es saber llegar muy bien y comunicarse con la plantilla, también lo es cuando lo hace con la grada. En la filosofía de Klopp la afición forma parte del equipo y contribuye como los jugadores lo hacen para ganar el partido. En Dortmund pronto estableció una gran relación con la afición. Es un técnico muy abierto y ha llegado al corazón de los aficionados del Dortmund que ahora le tienen como una leyenda. La afición del Dortmuntd es una de las más famosas del mundo, de la misma manera que lo es la de Anfield. El Westfalestadion alberga 80.000 personas cada vez que los de negro y amarillo juegan allí. Pero dentro de ese gran grupo de aficionados hay 24.454 almas que destacan. Son los aficionados que ocupan la Sudtribune, una grada que más que eso parece una pared amarilla y de la cual su fama está a la altura de The Kop, el corazón de Anfield, el nuevo hogar de Klopp. Con la facilidad que tuvo el alemán para conquistar la Sudtribune, hará lo mismo con la grada más mítica del fútbol inglés, The Kop. El Borussia necesitaba el empuje de la Sudtribune y el Liverpool tiene que volver a enganchar a su enorme afición. Y eso es faena de Klopp. En el Westfalestadion el ambiente que se creaba con la tribuna sur llena de gente llevaba al equipo en volandas y lo levantaba en los momentos más complicados. Klopp y su equipo lo necesitaban, y ahora lo va a volver a necesitar en Anfield. Un técnico como el alemán necesita de una grada encendida, una grada que esté con el equipo, una grada ferviente como The Kop que conectará perfectamente con el carácter de Klopp.
El Liverpool espera de él lo que no ha conseguido en los últimos años. Que su mentalidad, su personalidad y su carácter marquen a la entidad. Que sea un referente sólido entre tanto talento infrautilizado, hasta ahora. Que le de identidad al equipo, alma, garra, carácter.