Los problemas de Rodgers y el Liverpool
Brendan Rodgers se encuentra en una encrucijada después de los malos resultados que está cosechando el Liverpool en el inicio de temporada
El fútbol tiene poca memoria. Más bien, no tiene nada. No recuerda lo ocurrido. Existe el ahora. El ganar el partido más cercano. Después de ello, se recuerda, pero primero, ganar. Ningún aficionado recuerda algo bueno que se ha realizado hace poco si su equipo no gana en el momento que se vive. El fútbol actual no tiene memoria, y uno de los protagonistas que más sufre esta corriente de pensamiento futbolístico es el entrenador.
El entrenador, esa figura odiada hoy y querida mañana. O al revés. Dependiendo del último resultado obtenido. Los entrenadores son quienes más sufren la impaciencia que se ha instalado en el fútbol, incluso en el inglés, famoso por su tradicional confianza con los entrenadores. Ya no hay paciencia en ningún lado. El fútbol son resultados y, aunque el proyecto sea bueno y los jugadores aún no estén a su mejor nivel, si los resultados no llegan, la paciencia hace salir a los entrenadores de sus clubes. Algo así le puede pasar al entrenador del Liverpool Brendan Rodgers que está en la cuerda floja y su puesto en Anfield está en entredicho. Los resultados no están siendo los esperados en la ciudad de Liverpool y el inicio del equipo preocupa a la afición red. No llega el buen juego, no llegan las victorias y la primera medida que puede tomar el Liverpool es destituir a su cuestionado entrenador. El final de la pasada campaña ya no fue nada bueno y dejó muchas dudas por resolver. Se habló largo y tendido sobre el futuro de Rodgers. Corrieron ríos de tinta tratando de averiguar los posibles candidatos al banquillo de Anfield en el caso de que se prescindiera de su entrenador. Pero no fue así. Se le dio la última oportunidad al de Carnlough. Quizá la última.
Se confió en Rodgers y se hizo un gran esfuerzo en verano intentando reforzar todas las posiciones del campo, traer un delantero que hiciera olvidar la huella de Luis Suárez y jugadores para tapar el vacío dejado por Sterling. A simple vista el club inglés volvió a moverse bien por el mercado. Igual que el verano pasado. Ahora no parecen tan acertados estos fichajes. A lo mejor hay que tener más paciencia con los nuevos jugadores. Pero con el entrenador…A Rodgers se le está acabando el crédito en Liverpool, si no se le ha terminado ya. El run run de un nuevo inquilino en el banquillo de Anfield se hace cada vez más ruidoso. La sombra de grandes sustitutos cae sobre los planes de Rodgers.
Dos empates, dos derrotas y dos victorias. Esos son los registros de este preocupante inicio de temporada del Liverpool en la Premier League. Y además, otro empate ante el Burdeos en la Europa League. No son buenos números en un arranque para un equipo que quiere estar en arriba y pelear por todo. Y además, la gota que ha colmado el vaso esta semana en Anfield, el partido de la Capital One Cup. El modesto Carlisle de la League Two le sacó los colores al Liverpool en Anfield. Los visitantes empataron en la primera parte el tanto inicial de Ings y en la segunda parte el Liverpool no se acercó al desempate, ni en los primeros 90 minutos ni en la prórroga. La suerte de los penaltis le favoreció a los reds pero el partido fue para olvidarlo. Y eso ha desencadenado un gran debate en Liverpool sobre si hay que cambiar, o no, al entrenador.
Sin un sistema claro
Hay ocasiones que los equipos no necesitan tener un sistema claro para desarrollar un buen juego y lograr victorias. Hay muchos jugadores que se adaptan con facilidad a una gran diversidad de sistemas de juego, tácticamente hablando. Los equipos más trabajados, con los jugadores asentados un tiempo en el mismo club y un bloque que se ha mantenido algunas temporadas no suelen notar los cambios de sistema. Otra cosa es si hablamos de un equipo en formación con un proyecto que, prácticamente cambia sus fichas verano tras verano, como es el caso del Liverpool, que durante los dos períodos de fichajes ha incorporado muchas caras nuevas. Todos estos futbolistas necesitan un período de adaptación, que depende del jugador, pero para ello ayuda mucho tener una idea de juego y un sistema bien definido. Este es uno de los problemas de Brendan Rodgers. Por momentos el equipo no sabe a lo que juega. Y esto a veces lo da el cambiar demasiado el sistema. No da estabilidad al equipo. Desde que ha empezado la temporada el técnico ha utilizado 4 sistemas diferentes, demasiados cambios tácticos para un equipo en el que muchos jugadores tienen que adaptarse.
Todo esto provoca que el equipo tenga fases durante los partidos que sufre tácticamente. Están mal colocados en el campo y es fácil crearles ocasiones. Por momentos el Liverpool es un caos táctico y para ordenar esto hace falta mucho trabajo. A esto se le suma que Rodgers no le ha dado a este equipo una identidad, una idea de juego. El Liverpool no sabe a lo que juega. Ha habido partidos en los que ha tenido la posesión durante mucho tiempo, sin crear excesivas oportunidades, pero ha tenido el balón. Otros encuentros, ha cedido la posesión del balón, como en Old Trafford. El United, que se mostró bastante ordenado, tuvo el control del esférico, del partido, y a la postre, se llevó los tres puntos.
Sin un once definido
No hay un sistema en el Liverpool, pero tampoco un once claro. En dos ocasiones ha repetido los mismos jugadores que salieron en el partido anterior. La clave de esto la tiene el capitán del equipo, Jordan Henderson. El futbolista que ha heredado el brazalete de Gerrard está lesionado y desde su ausencia el Liverpool tan solo ha sido capaz de ganar al Carlisle, y en los penaltis. Con el inglés en el campo el Liverpool ganó los dos primeros partidos de liga ante Stoke y Bournemouth. Sin brillo pero con seis puntos de seis en el casillero. Para el estreno liguera Rodgers eligió un 1-4-2-3-1 con Mignolet en la portería; defensa de 4 para Gómez, Lovren, Skrtel y Clyne; en el doble pivote, Milner con Henderson; la línea de tres mediapuntas con Ibe en un costado, Lallana en el otro y de enganche Coutinho. Y arriba, Benteke. Funcionó ante el Stoke y volvió a repetir ante el Bournemouth. Y el Liverpool volvió a ganar.
Tras la lesión de Henderson, el técnico optó por reforzar la medular y pasar al 1-4-3-3 con la misma línea defensiva y un centro del campo con Leiva, Can y Milner. Arriba el sacrificado fue Lallana. Coutinho cambió su posición a una banda y Firmino sustituyó a Ibe. Ante el Arsenal funcionó por momentos, sobre todo con los detalles de Coutinho, pero tan solo sirvió para sumar un punto. Las sensaciones del partido con los gunners eran buenas. Los de Rodgers defendieron con criterio y atacaron bastante bien la portería de Cecha así que el norirlandés repitió alineación ante el West Ham. Fracaso. Los de Bilic les pasaron por encima con un contundente 0-3. A pesar de ello, en el partido más importante de este inicio de temporada, Rodgers repitió sistema aunque para ir a Old Trafford cambió un jugador. Ings sustituyó a Coutinho en una banda. No funcionó. Pero no solo no funcionó el cambio de Ings, que rinde mejor en el centro del ataque, no funcionó nada. El Liverpool estuvo desordenado, sin ideas, sin alma. Y el United lo aprovechó. 3-1 y vuelta al 1-4-2-3-1 del inicio. Pero tampoco funcionó en Europa. Con ese sistema y en el campo del Burdeos el Liverpool se atascó. Entraron varios jugadores nuevos como Alberto Moreno o Touré en defensa. El centro del campo lo formaron Rossiter y Can y arriba jugaron Lallana, Coutinho, Iba y Origi. Un empate a uno que dejaba un sabor de boca bastante amargo. Lo mismo pasó la jornada pasada ante el Norwich. Otra vez el mismo panorama de un equipo que no levanta cabeza, incapaz de reaccionar. A pesar de ello, se adelantaron en el marcador con un gol de Ings que entró sustituyendo a Benteke y jugó en su posición natural, de delantero centro. El gol del Norwich evidenció todos los problemas del Liverpool, y Rusell Martin sacó los colores al sistema defensivo de los reds. Con este panorama, Anfield se enfadó con Rodgers, a quien se le está agotando el crédito.
Jugadores que no se adaptan
Hay muchos jugadores señalados en este inicio de temporada. De los nuevos, uno de los que más críticas ha recibido ha sido Firmino. Más por lo que ha costado que por otra cosa. Le está siendo difícil adaptarse al nuevo equipo y la nueva liga y le está pesando mucho la losa de los 41 millones que ha costado. Otro de los que no termina de explotar es Adam Lallana. Llegó del Southampton después de hacer una temporada espectacular, erigiéndose como uno de los grandes talentos de Inglaterra. Pero en el Liverpool o no ha sabido encontrar su fútbol, o no le han sabido buscar su posición ideal. Tiene que coger más galones en el ataque del Liverpool y a veces se le ve un poco eclipsado por Coutinho. La solución pasa por entre los dos, construir el fútbol de ataque red. Otro de los que no está gustando a la grada de Anfield es Divock Origi. Del delantero belga se esperaba mucho más tras recuperarlo de su cesión en Francia. Por el momento ha demostrado poco, por no decir nada. Al igual que se espera mucho más de Sturridge que no parece recuperarse nunca de sus lesiones. Constantemente lesionado puede ayudar poco al equipo.
Varios nombres para un banquillo histórico
El banquillo de Anfield es un lugar de leyenda. Y los que pasan por ahí es que han hecho muchos méritos para llegar a esa posición. Su actual inquilino no tiene el puesto asegurado y con los resultados y sensaciones del equipo, el crédito se agota y el norirlandés ya le ve las orejas al lobo. Muchos entrnadores acechan ese puesto, pero el Liverpool no es un cualquiera y los dirigentes, si cesan a Rodgers, quieren un entrenador a la altura de la entidad. Dos son los nombres que se manejan. El primero es el de Ancelotti. El técnico italiano, tras ser cesado en el Real Madrid es el sustituto ideal para Rodgers. Un entrenador contrastado, situado entre los cinco mejores del mundo, con experiencia en la Premier tras dirigir al Chelsea. En definitiva, cumple todos los requisitos para ocupar uno de los banquillos más legendarios del mundo del balompié.
Otro de los que gusta y mucho es Jürgen Klopp. El alemán, que se despidió del Dortmund tras finalizar la temporada busca nuevos retos y devolver al Liverpool a sus tiempos gloriosos podría ser uno de los mejores retos en su carrera. Es otro entrenador de reconocido prestigio internacional y según algunos medios británicos es el que más gusta entre la afición del Liverpool.