Karembeu, Anelka... y Chicharito
Tres futbolistas de segunda fila en el Real Madrid que casi sin quererlo forman parte de una misma historia en el club blanco
Hasta ayer, el mexicano Chicharito Hernández parecía condenado a ser otro futbolista que pasaría sin pena ni gloria por el Real Madrid, pero con su gol que daba la clasificacion de los blancos a las semifinales de Champions League, el delantero ha encontrado un hueco en las memorias merengues como ya hicieran otros dos poco habituales en Chamartín como Christian Karembeu o Nicolás Anelka, dos jugadores que fueron determinantes para su equipo a pesar de que la historia no tratara demasiado bien su etapa madridista.
Petición expresa del técnico Jupp Heynckes y culebrón del mercado de fichajes de 1997, Karembeu llegó aquel verano al Santiago Bernabéu como uno de los jugadores más deseados por el club y, por pura inercia, también por la afición. El neocaledonio llegaba para jugar en la banda derecha, o al menos eso decían los que le vieron jugar en la Sampdoria, porque en Chamartín dejó poco más que un fútbol simplón y sin relevancia para el equipo, ni restaba ni sumaba, salvo en las semifinales de la Champions de la 97/98, en el famoso partido ante el Borussia de Dortmund en el que el peor parado fue la portería. En aquella ocasión Karembeu sí que cumplió por la parte derecha del campo y condujo el balón hasta plantarse solo ante Klos para superarle con un punterazo de libro. Con aquel tanto el Real Madrid pasaba a la final ante la Juventus que sería la antesala de la tan ansiada séptima Copa de Europa.
Nuestro otro protagonista, Nicolás Anelka, también fue protagonista de un cuantioso fichaje así como de no gozar de un buen 'feeling' con la afición. El francés no logró encajar ni en el corazón de los madridistas, ni en las amistades de sus compañeros y, por último, ni en el esquema de Vicente del Bosque. Anelka era el máximo exponente de la disidencia dentro del Real Madrid, pero también aportó su granito de arena a otra de las grandes hazañas del club cuando recogió un balón en la ida de semifinales en el Bernabéu y sorprendió al Bayern anotando el primero del 2-0; ya en la vuelta, Anelka mató la eliminatoria con un testarazo que superó a dos defensores y al guardameta Oliver Kahn, evitando así una venenosa prórroga en suelo bávaro. Estos dos goles sirvieron para que semanas más tarde los blancos pudieran celebrar en París su octava Copa de Europa tras derrotar 3-0 al Valencia.
Anoche parecía que la historia señaló y llamó a Chicharito para que se hiciera un hueco entre Karembeu y Anelka, una llamada que no pudo ser más oportuna cuando sólo quedaban dos minutos para la conclusión del tiempo reglamentario y el fantasma de otro gol colchonero durante una prórroga en el Bernabéu comenzaba a hacerse notar entre la parroquia madridista. Chicharito no faltó a su cita con el gol en un momento tan importante, un futbolista del que se estaba cuestionando su rol en el equipo como ya ocurriera con los otros dos protagonistas de esta historia; y es que parece ser que el destino a todos nos tiene preparados un lugar en la historia, aunque sea en segunda plana.