¿Qué le pasa a España?

El mal partido de España ante Ucrania ha vuelto a disparar las alarmas sobre el nivel actual del equipo de Vicente del Bosque. Analizamos algunas de las razones

La selección española dio una imagen muy pobre el pasado viernes ante Ucrania en su partido de clasificación para la Eurocopa de naciones. El conjunto de Vicente del Bosque no atraviesa un buen momento, y nadie parece encontrar el remedio adecuado al descenso de rendimiento. Analizamos algunas de las razones.

España sorprendió al mundo durante un lustro. Dos eurocopas y un mundial de fútbol certificaron que aquel equipo había nacido para pasar a la historia, y sin duda lo hizo. Pero tras la final de la Copa Confederaciones 2013 el equipo comenzó a perder sensaciones, unos problemas que se acentuaron con una primera fase del mundial lamentable en la que los de Del Bosque tuvieron que decir adiós de forma prematura. Analizamos algunas de las razones que han provocado la metamorfosis de España.

La edad de los jugadores

Nada dura eternamente, y aunque los grandes futbolistas están preparados para aguantar muchos años, la edad biológica no perdona. Las grandes estrellas como Villa, Xavi o Xabi Alonso han abandonado el equipo, y otros jugadores como Casillas o Iniesta han bajado su rendimiento. El éxito de la selección en años anteriores provocó que muy pocos se atrevieran a pedir el adiós de muchos jugadores que ya no ofrecían el rendimiento de antaño, algo que fue evidente durante el pasado mundial. Faltaba chispa, velocidad y ambición competitiva en algunos de ellos, el desastre de Brasil fue la prueba evidente.

El sistema no es infalible

El llamado Tiki-Taka no ha tenido continuidad. España causó sensación en la Eurocopa 2008 con una idea de juego en la que la posesión y la velocidad en la conducción eran claves. Las diferencias llegaron porque el equipo poseía a los mejores jugadores del mundo para jugar de esta forma, y sobre todo a la columna vertebral del Barça, el equipo que dominó el fútbol mundial durante esos años. Pero no existe sistema infalible ni un esquema que no pueda ser contrarrestado por los rivales de forma eterna. Lo cierto es que España fue campeona del mundo en 2010, pero ya entonces se percibió un interés especial de los equipos rivales por llegar a poner freno a su estilo. Fue el primer aviso, ya que a pesar de las victorias, conjuntos como Paraguay o la misma Holanda le crearon muchos problemas. Con los años parece claro que España necesita una renovación de su idea primaria para hacer frente a sus rivales. No ha existido evolución.

Diego Costa no funciona

Ha sido sin duda el jugador que más polémica ha generado en los últimos años. Su llegada al equipo nacional estuvo cargada de controversia, y para muchos su inclusión prematura en el equipo fue una decisión equicovada por dos motivos: Diego Costa no era el jugador ideal para el sistema de España, un equipo que en muchas ocasiones jugó con falso nueve y cuyo estilo de juego no se acoplaba a la perfección al del hispano-brasileño. La segunda razón está relacionada, obviamente, con sus continuas lesiones. Costa viajó al mundial muy tocado y en esta temporada ha vuelto a dar muestras de su fragilidad. España necesita al jugador del Chelsea en el futuro, pero solo si es capaz de ofrecer su mejor versión.

No se ha producido la renovación esperada

Con la retirada de los grandes cerebros y goleadores del equipo, se esperaba un relevo rápido y efectivo, pero lamentablemente de momento no se ha producido. El centro del campo es un notable banco de pruebas en el que parece que solo Isco ha comenzado a dar muestras de su potencial. Existen jugadores seleccionables de notable calidad por todo el continente, pero Del Bosque no termina de encontrar a aquellos que pueden convertirse en los grandes herederos. Se buscan delanteros de referencia y de momento Morata podría ser una alternativa.

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Menos comunión con el público

El pasado viernes el Sánchez Pizjuán no se llenó, y lo cierto es que parte de los aficionados españoles han dejado de ilusionarse con "la roja" de la forma en que lo hicieron en año anteriores. No sorprende en un país como el nuestro en el que se juega siempre a caballo ganador: en la victoria están todos y nadie quiere saber nada en los momentos malos. Pero lo cierto es que los herederos de la mejor selección española de la historia merecen crédito por parte del aficionado. España no ilusiona ni es tan querida como hace un par de años, y por supuesto es algo que los jugadores también han notado.

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