El estadio más caro del mundo

El nuevo Zenit Arena se suponía que sería abierto en el año 2009; pero su construcción se ha prolongado durante más de 7 años

En el siglo XIX eran comunes los aristócratas interesados en su historia familiar. En los años 30, se los reprimía con dureza y muchas personas negaban sus orígenes aristocráticos. Ahora, una vez que la Revolución de Octubre y las purgas de Stalin son cosa del pasado ex soviético, los rusos están deseosos de descubrir sus raíces. Así lo demuestra Serguei Shokarev, un joven historiador que se dedica a investigar los árboles genealógicos de los potenciales aristócratas. Tras investigar a más de cien rusos y analizar a unas 10.000 personas (militares, tumbas, archivos desarchivados…) en San Petersburgo, concluyó que hay pocos afortunados, pero que el único linaje que une a todos es la pasión que les transmite el pertenecer a la hinchada del Zenit.

Y es que el fervor y la fidelidad de la catalogada como mejor afición del fútbol ruso, tiene más motivos que nunca como para considerarse un linaje dentro del organigrama social del país. Fueron capaces de convertirse en pioneros cuando destrozaron la autoridad casi dictatorial que ejercían los clubes de Moscú hasta 2007, levantaron el segundo título continental del fútbol ruso con la Copa de la UEFA esa misma campaña y dieron el campanazo ante el United en la Supercopa de Europa meses después. Su ansiado reto, el de la ascensión hasta los altares más exigentes de la Champions League, no se acabó por producir pero, tras años de dudas, Gazprom nunca ha abandonado el proyecto, sino que le cubrió con todos los gastos necesarios como para mantenerlo al menos como el de mayor éxito y triunfalismo dentro de su país. Dentro de su larga lista de inversiones, todo el mundo admite las realizadas para componer una plantilla más que capaz, pero donde el mando del mayor extractor de gas natural en el mundo (compañía líder en Rusia), ha sido notablemente notorio, es en su nuevo estadio, el interminable, inabarcable y eterno en su construcción: Zenit Arena, el estadio más caro del mundo.

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Cuesta recordar cuando el Zenit de San Petersburgo jugaba sus partidos en el hoy descompuesto S.M. Kirov, donde hasta 1994 jugaba sus partidos. Algunos, por cierto, con una naturaleza especial, pues allí se reunieron 110.000 espectadores en el record establecido en toda la historia del fútbol soviético ante el CSKA en 1951. Hace ya más de dos décadas que los de Leningrado juegan en el Estadio Petrovsky, que aguanta con casi un siglo de historia a sus espaldas. Pero para un club con enormes aspiraciones internacionales, que lidera cada curso las metas del campeonato ruso y que pretende posicionarse como pilar del país a nivel mundial, no deja de ser un ‘experimento’ que está tardando demasiado tiempo en quedar a un lado. Pero las enormes dificultades, cambios de planes, manipulaciones políticas y variaciones sociales, han incomodado cada ladrillo en la construcción del deseado Zenit Arena que iba a otorgar toda esa plenitud al proyecto.

El nuevo estadio iba a ser abierto en 2009 según las primeras consultoras y los planes establecidos cuando se demolió el pretérito Kirov (donde se levanta la nueva ‘casa), después en 20111 se daba por sentado que terminaría su construcción y ahora, más de una década después de que se oficializara el acuerdo para su levantamiento y siete años más tarde de lo que se estableció en el primer trato, el estadio está programado decididamente para ser finalizado en 2016. La idea actual nada tiene que ver con la del pasado que alumbró su construcción. Y es que ahora, según las últimas valoraciones que podrían confirmarse en breve, aguarda su estreno para formar parte de la Copa Confederaciones de la FIFA, que tiene lugar un año antes de la Copa Mundial que se celebrará en Rusia en el año 2022. Tantos retrasos, intercambio de planes, alargamiento de procesos y búsqueda de nuevas obras, no solo ha reestablecido cualquier decisión, sino que encareció muchísimo el coste final del estadio. Inicialmente se suponía que iba a costar 190 millones de euros, pero en su lugar, se estima ahora que el precio a pagar será finalmente de más de mil millones de euros.

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Hace unos meses, los medios rusos informaban que 50 electricistas que trabajan diariamente en el estadio, han presentado una demanda por impagos, pues llevan años ofreciendo sus servicios sin que nadie se haga cargo del coste final: “Sólo se pagaron los gatos del mismo durante el primer mes de su trabajo”, apuntó el abogado de los trabajadores, Arkady Chaplygin, que pide más de 210.000 euros de impagos. El retraso en los salarios es uno de los muchos problemas que han surgido de la continua crisis económica de Rusia y la caída libre del rublo en los últimos seis meses. De hecho, hay indicios de que el Zenit-Arena podría verse afectado con aún más problemas de construcción, pues la crisis del rublo ha dado lugar a que muchos trabajadores migrantes, salgan de Rusia. Mikhail Demidenko, el jefe del departamento de construcción de San Petersburgo, estima que sólo en enero pasado, el 20% de los trabajadores migrantes abandonó el lugar de construcción del estadio. Con muchos trabajadores migrantes saliendo de la ciudad, el gobierno se verá obligado a sustituirlos con los locales que probablemente demandarán mayores salarios.

Con todo esto en la mente, ahora las apuestas están fijadas en cuál será su precio final. Si nada falla, superarán el récord de Wembley, que tiene el dudoso ‘top’, al gastarse 757 millones de libras en su construcción. Ahora, el Zenit-Arena pretende romper una línea más y superar la barrera de los 1000 millones de euros para acabar siendo el estadio más caro del planeta.

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