Riazor, donde culés y deportivistas firmaron la locura

En el último encuentro del Barcelona en el campo del Depor, los espectadores pudieron ver hasta 9 goles en una locura de partido

Esta tarde se ven las caras el Deportivo de La Coruña y el Barcelona, dos equipos que la última vez que se enfrentaron en Riazor firmaron todo un frenesí de goles que terminó con un 4-5 en el marcador de aquel loco partido de 2012. Hoy todos los espectadores esperan ver un espectáculo similar, aunque a buen seguro con otro tipo de resultado.

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Los encuentros entre Depor y Barça han sido partidos de primer nivel donde la magia se apoderaba de Riazor o del Camp Nou. Djalminha, Ronaldinho o Rivaldo por partida doble siempre deslumbraban en estos partidos entre dos de los mejores equipos de los últimos 20 años. Ahora, con los gallegos en una situación peliaguda, el show no se olvida de lo que significa este partido, tal y como quedó patente en el último encuentro entre ambos en tierras gallegas.

En aquel duelo, el electrónico ya reflejaba en el minuto 2 el tanto de Jordi Alba, que tras un gran pase de Cesc Fàbregas, superaba a Aranzubía tras un cara a cara, que cinco minutos después vería cómo Cristian Tello rompía la cintura a su defensa y con un buen disparo ponía el 0-2 en el marcador. Este frenesí continuó hasta diez minutos después, en el 17', cuando de nuevo Cesc asistía en una buena combinación con Messi, que colocaba el balón donde no llegó el guardameta.

El Barça bajó una marcha y los de José Luis Oltra, lejos de desanimarse, lo aprovecharon. Pizzi convertía un penalti de Mascherano que fue fuera del área y Bergantiños remataba a puerta un balón que terminaría en gol tras fallo de Víctor Valdés. Era el minuto 37' y el Depor volvía a estar en el partido. Cinco goles en el primer tiempo se antojaban ya suficientes, pero no para el hombre gol, Leo Messi, que volvía a aparecer tras otra maravillosa asistencia de Cesc para marcharse al descanso con 2-4 en el marcador.

El partido recobró ritmo tras el descanso con los futbolistas más frescos y dos minutos después de la reanudación Pizzi volvía a anotar con una obra de arte en forma de libre directo, que se colaba por la escuadra de Valdés. Riazor vio el 3-4 y rugía de nuevo por la remontada, pero ahí estaba Messi para marcar el quinto tanto azulgrana de la noche en una jugada individual. La emoción del partido debió invadir a Jordi Alba en la recta final del encuentro puesto que anotó un golazo de vaselina, eso sí, en propia puerta; quedaban diez minutos y ya se antojaba imposible la remontada deportivista, como así concluyó el colegiado con su pitido final. Ojalá podamos ver esta tarde un encuentro con la misma emoción. Menuda locura.

[video:https://www.youtube.com/watch?v=L_E6tJS9j1w]

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