César: "Ojalá pronto un portero vuelva a ganar el Balón de Oro"

Charlamos con César Sánchez sobre la figura del portero. Miedos, inquietudes y sueños de un portero convertido en entrenador.

En Fútbol Primera nos hemos sentado con César Sánchez, mítico portero de Valladolid, Real Madrid y Valencia, entre otros, para charlar de fútbol y de su nuevo rol como entrenador tras realizar el curso de la RFEF. El exportero nos analiza como sus experiencias bajo palos le ayudan a interpretar ahora su rol como entrenador. Nos cuenta como vivía su responsabilidad en la portería, su paso por Inglaterra y los entrenadores que marcaron su vida en una entrevista muy personal.

¿En 2015 toca que por fin un portero vuelva a ganar el Balón de Oro? ¿Lo conseguirá Neuer?

César Sánchez: Bueno, puede ser. Tanto Messi, como Cristiano y Neuer han hecho méritos para ganar el Balón de Oro. Cualquiera de los tres sería un justo ganador. Es verdad que Cristiano es el que más nivel ha dado a lo largo de todo el año. Pero también es verdad que Neuer ha ganado un Mundial y eso es algo clave. Además, me gustaría que algún día un portero lo volviera a ganar. Casillas también lo mereció el año del Mundial. Aunque es una decisión complicada.

¿Qué es lo que hace que sea tan complicado que un portero pueda ganar un Balón de Oro?

Muchas veces no está reconocido el trabajo de un portero. En el caso de Neuer, es ya un éxito que se reconozca la importancia de un trabajo de un portero situándolo entre los tres finalistas. Está más valorado un gol, un acción vistosa, alguien que ejecuta una acción de ataque, que alguien que lo hace defensivamente. Hemos visto que Cannavaro fue el último defensa que ganó el Balón de Oro, e incluso hubo mucha polémica. Hay que asumir esto. Forma parte del fútbol y darle el valor que tiene.

Está claro que para ganar el Balón de Oro es contraproducente ser portero. ¿Y para ser entrenador?

No me he parado a pensarlo, pero creo que tiene muchas ventajas. Siempre miro mi vida desde las ventajas puedo obtener de mis vivencias y el haber vivido el fútbol siempre de forma pausada, viendo el fútbol de cara, valorando los ajustes que se deben hacer, te permite tener una visión privilegiada. Ser entrenador no es solo haber sido futbollsta, portero, defensa o delantero, sino también saber transformar y comunicar todos los conocimientos. Hay muchos buenos entrenadores que no han sido jugadores de élite, pero el haber estado en la élite te da ventajas, aunque luego hay que plasmarlas.

Además, desde la portería ya estás acostumbrado a dar instrucciones a tus compañeros.

Sí, está claro. Tienes una pausa, estás acostumbrado a ordenar, a dar instrucciones de manera continua. En momentos determinados tienes que dar instrucciones de manera precisa. Todas esas cosas son buenas y positivas para después desde la banda.

¿Cuál es el entrenador que más te ha influido a lo largo de tu carrera?

Todos tenemos siempre referencias. Incluso muchas veces pueden no ser conocidas de nuestra época de juveniles. Yo me quedo con todo lo que he recibido por parte de todos los entrenadores que he tenido. Siempre digo que somos una parte genética, una parte de lo que pasa alrededor de nosotros, y también somos experiencias. Y ahora llega la última fase, que es plasmar todo aquello que hemos vivido. Alguien que me marcó muchísimo fue Vicente Cantatore, con quien coincidí en el Valladolid. También Javier Yepes, a quien tuve cuando era juvenil.

¿Qué te tipo de entrenador te gustaría ser?

Es complicado. Lo primero es adaptarse al entorno que te toca vivir. Partes de unas ideas básicas. Hace poco me puse a pensar en los entrenadores que había tenido y me salían entre 35 y 40. Ha habido años en los que he tenido hasta cuatro entrenadores. Todo eso te da un bagaje. Has visto formas de trabajar que te han gustado y otras que no. Para ser entrenador no debes manejar una sola faceta, sino saber adaptarte. Llegas con unas ideas que quieras implantar, pero no se trata de implantarlas a cualquier precio. Está claro que hay que adaptarse. Me gustaría mi equipo tuviera identidad propia, que tuviera carácter e intensidad. Con un modelo de juego muy definido, que al acabar el partido, sea cual fuera el resultado hubiéramos jugado a eso, con esa filosofía.

"En Inglaterra tenían conceptos futbolísticos muy distintos a los nuestros. Parecía que era otro juego"

Esa capacidad de adaptación la pusistes a prueba al fichar por el Tottenham. Ya estuviste en la Premier League como jugador. ¿Te gustaría volver como jugador?

Hoy en día el fútbol es global. Y más para los españoles. En mi época como futbolista solo había como dos futbolistas españoles allí. A partir de ahí ha habido una explosión del fútbol español. A nivel formativo, España está en el primer puesto. Tanto en jugadores como en entrenadores. A partir de ahí partimos de la necesidad de que muchos de nosotros tengamos que trabajar fuera. Esos seis meses en Inglaterra me permitieron enriquecerme con nuevas experiencias y aprender nuevas cosas.

¿Qué aprendiste de tu paso por Inglaterra?

Fue una experiencia muy intensa. Llegó en un momento ideal para buscar nuevos alicientes con una edad más avanzada. Me sirvió para aprender. Cuando volví a Valencia ya tuve las pilas cargadas. El futbolista que se fue no fue el mismo que volvió. En muchos afectos me sirvió para crecer.

¿Viviste alguna anécdota fuera de lo normal en Inglaterra?

Más que anécdotas, conceptos. En aquella época ellos tenían conceptos futbolísticos muy distintos a los nuestros. Parecía que era otro juego. No era nada parecido. Estaban muy conformes con su forma de entender el fútbol. Había cosas que chocabas, pero precisamente esa adaptación de la que hablamos es clave. Si quieres adaptar un modelo 100% español en Inglaterra pues seguramente no puedas. Tienes que adaptarse a una filosofía que tiene muchos años de historia. Creo que en aquel momento Juande Ramos no pudo adaptar el modelo que quería incluir porque los jugadores no estaban preparados para asumir ese cambio. Que es un cambio no solo futbolístico sino también vital.

Coincidiste con Gareth Bale en el Tottenham. ¿Cómo era en sus comienzos?

La explosión de Bale fue un par de años posterior a que yo estuviera allí. Ha sido muy sorprendente. En aquel momento era Luka Modric la gran estrella. En aquellos seis meses tuve bastante relación con Bale porque los dos jugábamos poco. Parecía incluso que se podía ir cedido. Él tenía muchas condiciones, pero ha superado todas las expectativas.

"Los cambios en la portería deben asumirse con naturalidad. Un portero no es un funcionario que debe saber que va a mantener el puesto siempre"

¿Como exportero y ahora entrenador, crees que hay que rotar a los porteros?

Hay que darle naturalidad a todas las decisiones. Hace cinco años nadie pensaba que se tenía que ir fuera de España a buscarse la vida. Ahora todo el mundo lo entiende como algo normal. Antes cada vez que un jugador fichaba por un equipo extranjero era un acontecimiento fuera de lo normal. Ahora es totalmente normal. Y creo que con esa naturalidad se deben tomar todas las decisiones en el mundo del fútbol. En una plantilla tienes dos o tres porteros. No sé si hay que rotar o no, pero es una decisión como cualquier otra y hay que tratarla como tal. Debemos ser capaces de entender que son dos jugadores más de la plantilla y que se hace un cambio sólo por favorecer al equipo. Seguramente los chicos que empiezan ahora ya vean como normal los cambios en la portería. Un portero no es un funcionario que debe saber que va a mantener el puesto los siguientes partidos. Yo no creo que en el funcionariado en el fútbol. Creo en la competencia. Tener un portero que te aprieta ayuda a tu mejora.

¿Entonces tú eres partidario de tener dos porteros de máximo nivel en la plantilla que compitan entre sí?

Yo creo que hay que tener lo mejor que uno pueda tener. Y después son situaciones que se van estudiando igual que si tienes a dos delanteros centros buenísimos. A lo mejor no es una situación que puedas prolongar durante muchísimo tiempo. Primero te lo tienes que poder permitir y luego que los jugadores se acondicionan a lo que el club y el entrenador exigen. Si se cumplen todo eso, ¿por qué no? Después cada uno es muy libre de decir 'mira, yo no me siento cómodo con esta situación y prefiero buscar un lugar donde quiera estar'. Pero siempre puedas contar con los mejores jugadores pues mucho mejor. Luego está tu sabiduría en saber solventar esas situaciones. Mejor tener que no tener.

¿La posición portero es en la que resulta más complicado marcharte a casa después de un partido con la sensación de haber hecho un buen trabajo?

Sí. Por la responsabilidad que conlleva la posición es habitual esa sensación. Quizás los porteros maduramos antes por el enfasis que se pone en el error. Eso hace que los porteros estemos más acostumbrados a la crítica, a la sensación de ser centro de miradas y atención, muchas veces en sentido negativo. Se convive con todo eso y acaba formando parte de ti. Siempre digo que si algo conseguí fue porque erré muchas veces, analicé esos errores y me conseguí levantar muy pronto de esos errores. Aprendiendo de todos ellos e intentando que no volvieran a suceder. Tenemos mucho miedo al error, pero el portero nace y crece con el error, se educa en el error. Y el error en unos parámetros es positivo para progresar. Yo siempre era muy autocrítico. Incluso cuando ha ganado tu equipo, pero te han marcado un gol podía acabar descontento. Que mi equipo hubiera ganado 4-1, pero ese gol en contra hace daño.

"El portero nace y crece con el error, se educa en el error. Y el error en unos parámetros es positivo para progresar"

¿Crees que la figura de portero es la que más ha tenido que evolucionar a lo largo de los últimos años?

En los porteros se ha producido un cambio muy grande. Los nuevos ya nacen con eso, pero los que ya estábamos hemos tenido que ir acoplándonos a esos cambios normativos. El tema del juego con los pies, las situaciones de uno contra uno. Al final eso provoca que tengas que acoplar determinadas facetas que te hacen estar más cercano a lo que es un futbolista de campo. Y, lo que hablábamos de la naturalidad. Al principio es un cambio que parece que se va a acabar el mundo y después de das cuenta de que con trabajo y con ganas de mejorar puedes adaptarte.

¿Y siempre has querido ser portero?

Obviamente siempre me hubiera gustado más en relación con el juego. Algo que hoy con la integración del portero en el inicio de las jugadas, hace la figura del portero se acerque más a la del jugador. Eso hace que lo que otros hemos estado anhelando mucho tiempo ahora sea habitual. Sí que es verdad que en muchas ocasiones anhelabas el no poder estar en contacto con el balón y con la asociación en el juego. Ahora eso sucede, hay más intervencionismo y más recursos que el portero debe manejar. Antes te pasaban un balón atrás y te limitabas a patearla lo más lejos posible. Ahora se exige al portero que se la dé a uno de su equipo y que esté desmarcado y con posibilidades de progresar en el ataque.

¿Entonces consideras que es indispensable para un portero moderno tener buen juego con los pies?

Es evidente. Eso uno de los grandes cambios profundos que ha experimentado el fútbol de unos años a esta parte.

Muchas gracias, César

A vosotros.

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