Raúl Jiménez, la futura chilena eterna del Atlético de Madrid

El Atlético de Madrid se ha propuesto el fichaje de Raúl Jiménez, un delantero que está marcado por una jugada. Su chilena mítica le transformó automáticamente en una leyenda para todo México. Ahora busca su salto a Europa. Repasamos la jugada que le ha marcado para siempre.

México es un país acostumbrado a reírse de sí mismo, de sus tradiciones, de sus estamentos y hasta de sus ídolos. Los que han logrado ese rango social, no responden siempre al canon pre-establecido en el resto del planeta. No sirve la fama, los valores y los records para ganarse afectos, sino que además de cumplir esos requisitos ineludibles a todo personaje representativo de una masa, deben ser cercanos, terrenales, lo suficiente al menos como para que cada uno de los 118 millones de aztecas que le rinden pleitesía, sientan que es uno más de ellos. Y eso evita que muchos de los últimos grandes jugadores, encuentren aplausos constantes entre sus ‘vecinos’. Desde un Chicharito lastrado por algunos errores, hasta un Giovanni Dos Santos muy egocéntrico pasando por un Vela aislado por problemas que apenas él conoce… Todos son jóvenes valores, estrellas en Europa y pilares en clubes poderosos, pero sin adeptos globales en su país. A todos les pesa la camiseta mexicana y la presión que arrastra el Tri.

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Hoy, México vive un momento futbolístico gris con la absoluta, pero increíblemente satisfactorio con las divisiones inferiores, eternamente brillantes. Los antes citados, conocen las mieles del éxito en categorías inferiores, en torneos juveniles y en reuniones internacionales, pero han fracasado en cada intento con los ‘mayores’ lo que les expedienta cada vez que se visten de corto. Pero con tal magnitud de renovación y exitismo en sus nuevos valores, la maquinaria azteca ha dado un paso adelante, ha buscado otros nombres para crecer a corto plazo y ha encontrado a su siguiente icono ofensivo en busca de satisfacciones ante los próximos retos. Aún es pronto para examinar, valorar o aproximarse al rendimiento en la élite, pero todo México ya ha visto como en citas decisivas, la salvación no llegó de los veteranos ni de los ‘europeos’, sino del nuevo artillero, el rey de la chilena: Raúl Jiménez.

Raúl nació en Tepeji del Río Campo, en el estado de Hidalgo en México, una ciudad evidentemente relacionada por cercanía con Cruz Azul. Eso le convirtió rápidamente en uno de los chicos de las fuerzas básicas del equipo cementero, donde jugó varios meses solamente antes de que la familia cambiara de residencia y, con ello, empezara de cero la vida para el chico, que desde DF, entró en un club barrial llamado La Noria, bastante conocido allí. “Vivíamos en la Colonia Jardín Balbuena, y el trayecto saliendo de la escuela no nos daba para llegar hasta La Noria”, lo que provocó que acabara eligiendo, cas por casualidad, buscar suerte en Coapa, donde se acercó un día esperando que las categorías inferiores del América le dieran una oportunidad: “No le daba tiempo de comer y hacer tareas en La Noria. Por eso fuimos al nido de las Águilas del América, Coapa, que nos liberaba de 40 minutos menos por tráfico. Por eso ahí empezó a hacer su carrera y llegó a la élite tras mucha progresión, una pizca de suerte y un trabajo costoso que solo él conoce”. Su padre usaba estas palabras para refrendar que, además, todos están orgulloso de él en la familia y en el club, porque es el único canterano tras 15 años que está en el equipo de Primera División.

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En ese crecimiento hay dos fechas clave. Una, la de su debut con América en octubre de 2011. Otra, que tras haber dejado constancia de su calidad e incluso haber sido internacional Sub 23 en el campeón mexicano de Toulon 2012, se ganó minutos en el competitivo y conquistador Olímpico de Londres 2012. Este curso, donde el gran trabajo del ‘Piojo’ Herrera con el América, ha dejado uno de los bloques más interesantes y vistosos de los últimos años, su papel ha sido decisivo en el título y el buen hacer del cuadro de la capital. Tanto, que se dejó notar en citas clave como la del gol que marcó en el Clásico ante Chivas en el Azteca. En plena vorágine de buenas noticias, empezó a ganarse opciones con la Tricolor Absoluta y pasará a la historia por la noche del 11 de octubre de 2013, cuando en un partido clave de la selección mexicana contra Panamá, con la clasificación para el Mundial 2014 en juego y con el único camino de la victoria para mantener opciones, Raúl Jiménez marcó el gol de su vida. Minuto 90 y una ‘chilena’ brutal que sumaba un agónico triunfo que reabría las posibilidades de un billete mundialista que acabaría refrendándose un mes después.

Desde ese día, ídolo, fijo para México y clave en el futuro inmediato y a largo plazo de un país que busca héroes constantes, que los crea en base a las veces que se levanta y que les exige como tal. Habrá tiempo para ver si el nuevo killer, el chico de la chilena, está preparado para asumir el reto. Primero fue el Mundial de Brasil 2014. El siguiente será su cercano traspaso a Europa con el Atlético de Madrid.

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