Los fallos del Barcelona, al descubierto

El Barcelona se ahogó en el Manzanares contra el Atlético de Madrid y volvió a incurrir en unos defectos que le condenaron.

El Atlético de Madrid se impuso al F.C. Barcelona por 1-0, gracias a un gol de Koke. El equipo del ‘Cholo’ Simeone estará en semifinales de Champions, merced a la gran actuación cuajada en el Calderón. Allí, el Barça sufrió, sin encontrarse, y con una sucesión de errores constantes durante el partido. En Fútbol Primera analizamos las principales claves del encuentro.

Mirar la estadística y ver que Xavi Hernández no falló ninguno de sus pases en el Vicente Calderón. Un 100% de acierto en sus intentos. La lógica lleva a pensar en partido preciso, de dominio y toque del Barça. A eso es a lo que nos ha tenido acostumbrado el conjunto azulgrana desde varios años hacia acá. Sin embargo, la realidad es bien distinta. Ni el equipo catalán fue preciso donde se exige precisión, ni dominó el encuentro más allá de tener mayor posesión que el rival, ni fue un partido donde su toque fuese fluido.

Esa idea es refrendada de manera sencilla. Al final del encuentro, el Barça había dado 559 pases correctos, con un 88% de acierto. Mientras que el total de envíos exactos del Atlético era de 161, con el 64% de pases acertados. En cambio, el número de ocasiones (contabilizando tiros fuera y tiros entre los tres palos) fue de 11 para los atléticos y 9 para los azulgranas. En resumidas cuentas, el Atleti necesitaba algo menos de 15 pases para hacer una ocasión de gol, mientras que al conjunto catalán les eran necesarios 62 para llegar a la portería contraria.

Desde que Diego pusiese por delante al Atlético de Madrid en el Camp Nou una semana antes, el equipo del ‘Cholo’ estuvo clasificado para las semifinales de Champions League. Lo que se traduce a 124 minutos con los colchoneros por delante, ante un Barça que sí empató el partido de ida pero que no supo darle la vuelta a la eliminatoria. En el Calderón el equipo del ‘Tata’ Martino cayó en una tela de araña perfectamente tejida, poniéndose fin a su camino hacia Lisboa.

Presión e intensidad, las claves atléticas

Inoperante. Así se mostró el F.C. Barcelona a orillas del Manzanares, donde se ahogó. El agua se desbordó y les cubrió hasta el cuello. Eso fue el Atleti. Presión y revoluciones altísimas para asfixiar al rival. Los de Simeone fueron a buscar al Barça a su área, inquietándoles, sin dejarles salir. La salida de balón azulgrana no pudo darse de forma limpia. Comandados por Gabi, los jugadores del Atlético mordían una y otra vez. El partido del capitán rojiblanco volvió a ser digno de Champions. Los 20 primeros minutos colchoneros fueron puro fútbol, pura adrenalina. 3 balones al palo, la consecución de un gol y la imagen de tener un rival a merced al cual machacar. El 1-0 del marcador parecía injusto.

La defensa del Barça estuvo cuanto menos ramplona. Alves llegó a Madrid con ganas de fiesta, de saltos y de vídeo con almohadas. Tras el partido fue el más señalado. Recepciones constantes en su zona, pérdidas de la marca por parte del lateral brasileño y desbordes por parte de los atléticos. Pero el mayor peligro, donde el Barça hizo aguas y se encontró con un agujero negro que comenzó a succionarles, fue por el centro. Elaborar cada jugada desde atrás por el carril central les condenó. La altura a la que los del ‘Cholo’ presionaban, y la intensidad con la que lo hacían, invitaban a la pérdida rival con facilidad. Ese era el primer error. El segundo yacía al tener que defender esas pérdidas. El Atlético tenía menor número de metros por recorrer y la defensa del Barça mostró una descolocación que le hizo estragos. Pérdidas en zonas de riesgo extremo y no conseguir una ubicación que fuese óptima para el juego.

Otro tema es Pinto. Valdés es Valdés y Pinto es Pinto. Si Valdés jugase de mediocentro posiblemente lo hiciese bien. Su manejo con los pies es nivel TOP. Cuando la recibe es un jugador de campo más. Tranquilo y buen toque. Pero Pinto no es Valdés, y su nivel con los pies deja mucho que desear. El guardameta azulgrana parece complicarse en cada recepción. Su salida genera nerviosismo, como dudas le surgen a él cuando la coge. Sus pases ponen en compromiso al destinatario de su envío, además de no mostrar rapidez, permitiendo la llegada de los jugadores rivales. El de El Puerto estuvo bien bajo palos, salvó al equipo en varias ocasiones, evitando una mayor renta para los atléticos. Pero su juego de pies fue como el enemigo en casa, jugando a favor del Atleti.

Simeone le ganó la partida al ‘Tata’

Esta temporada, Atlético de Madrid y F.C. Barcelona se habían enfrentado ya en cuatro ocasiones (2 en Supercopa, 1 en Liga y otra en Champions). De ninguna había salido alguno de los dos victorioso. Empates a uno, a cero por dos veces y otra vez a uno. Ni el ‘Tata’ se había impuesto al ‘Cholo’ ni el ‘Cholo’ al ‘Tata’, más allá del valor doble de los goles fuera de casa. Pero esta vez, Simeone lo logró. En el partido de ida ya había dejado muestras de ir ganando la partida. Tras el partido de vuelta, testificó la superioridad. Sin Diego Costa ni Arda Turan, su plan siguió siendo el mismo. El Atlético juega con su plan A, con matices y versátil. A veces salida arriba, otras esperando atrás, pero la idea es fija, y todos la tienen clara.

Por su parte el ‘Tata’ se mostró rígido, sin rumbo fijo, con un equipo que divagó por el centro del campo cuando pudo, sin llegar a ningún puerto. Porque el Barça murió en alta mar, sin divisar la orilla. Sustituir a Iniesta con 20 minutos por delante en una eliminatoria por remontar no le hace bien de cara a la opinión pública. Andrés es un jugador de los que juegan con llaves, y los azulgranas tuvieron muchas puertas y cerraduras que fueron incapaces de abrir. Que Messi apenas entrase en juego tampoco ayudó. El rosarino fue, de los 11 titulares, el tercer jugador que menos veces tocó el balón. Solo Pinto y Fábregas estuvieron por detrás de él, aunque Cesc salió del terreno a los 61 minutos de juego.

No encontrar soluciones a los problemas que se repitieron una y otra vez volvió a poner al ‘Tata’ en el disparadero. Decía el técnico argentino antes del encuentro que de no pasar a semifinales sería un “fracaso”. Por tanto, estamos ante un Barça que ha fracasado en uno de los momentos más importantes de la temporada. Y es que el F.C. Barcelona sumaba 8 años consecutivos jugando al menos semifinales de Champions League. Desde el año 2006, los azulgranas no habían caído antes de esa ronda, siendo el equipo que más tiempo llevaba haciéndolo. Esta vez, les tocará ser espectadores.

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