Olympiacos, Olimpo cerrado
El Olympiakos es la revelación de la Liga de Campeones, tiene contra las cuerdas al Manchester United y sueña con estar en cuartos.
El Olympiacos se proclamó el pasado fin de semana campeón de la liga griega, a 5 jornadas de la conclusión del campeonato. El equipo del Pireo alzó así el título liguero por 41ª vez en su historia. La entidad portuaria ha conquistado 16 de las últimas 18 ligas, suponiendo una hegemonía en mayúsculas sobre el fútbol heleno. Lejos de Grecia, Olympiacos sueña con eliminar al Manchester United de la Champions League, para clasificarse por segunda vez en su historia para los cuartos de final de la máxima competición europea.
En el lugar donde nació la democracia hoy yace una tiranía inexpugnable. La unión para frenar a un imperio con la premisa de salvaguardar la independencia ha sido arrasada. Los persas y Jerjes vieron como sus aspiraciones de someter al pueblo griego se quebrantaban y resquebrajaban a medida que sus pasos avanzaban. La intención de dominio no llegó a buen puerto allá por el siglo V a.C., los helenos no se dejaron someter a la tiranía, y la historia les llenó de grandeza. Hoy día, al contrario de aquellos llegados desde Persia, un poder ha conseguido llegar a buen puerto, pues nace en él, y no ha dejado a Grecia mostrar resistencia, la cual ha sucumbido ante su presencia. A orillas del Egeo, Olympiacos gobierna todo el territorio heleno.
Números de hegemonía
El paso de superioridad con el que camina Olympiacos es claro, firme y contundente. No existe equipo que les haga sombra en su camino. La victoria es la luz que ilumina desde un faro situado en El Pireo. Ningún rival termina por ser imbatible para el conjunto portuario, y la supremacía conseguida por los atenienses se traduce en forma de título tras título. La entidad más laureada de la historia de Grecia cuenta desde el pasado fin de semana con 41 títulos en sus vitrinas. Para hacer ver de mejor forma el estatus de grandeza del que goza Olympiacos, solo hace falta mirar el resto de títulos. Los otros equipos capaces de alzar el campeonato han sido Panathinaikos en 20 ocasiones, AEK en 11, Aris de Salónica en 3, PAOK en 2 y Larisa una única vez. Es decir, entre los demás equipos campeones a parte del club del Pireo, los títulos se cuentan por un total de 37. Olympiacos cuenta con 4 títulos más que todo el resto de los que han sido capaces de ganar la liga juntos. Abrumadora cifra.
En la historia más reciente, y no tan reciente, Olympiacos presume de haber conquistado 16 de las últimas 18 ediciones de la liga en Grecia. La última que pudo alzar tuvo lugar el pasado sábado. A 5 jornadas de la conclusión de la Superliga 2013/14, el equipo del Karaiskakis pudo sentenciar el título de manera matemática en su estadio. No pudo celebrarlo ante su público, pues el partido tuvo que celebrarse sin espectadores. La puertas permanecieron cerradas, y con ello Olympiacos cerró las puertas de una liga a la que nadie dejan pasar, ellos son los únicos dueños. Las únicas dos derrotas en todo el campeonato les llegaron en los momentos decisivos. Cuando el título se les puso a tiro matemático, los de Míchel perdieron el gran clásico ante Panathinaikos por 0-3, y a la siguiente semana por 2-1 ante el PAOK. La victoria ante Panthrakikos el último fin de semana por 2-0 les declaró como poseedores una vez más de la competición. 25 victorias, 2 empates y 2 derrotas, con 81 goles a favor y 14 en contra, esos han sido sus números para ser campeones. Mientras Europa esperaba las jornadas para ver al Bayern campeón, Olympiacos se adelantó para confirmar su hegemonía.
Evangelos Marinakis, el emperador
Crisis social, política y económica. Ese es el panorama desolador en el que vive Grecia y que desde allí nos llega. El fútbol no se exenta de ello, y equipos gloriosos del fútbol heleno viven en una tremenda decadencia. El AEK tuvo que refundarse y bajar a los infiernos, el Aris bajará de categoría esta temporada casi con seguridad y Panathinaikos solo puede conformarse con luchar por clasificarse para la Europa League. La falta de liquidez ha empobrecido también a los equipos, y eso se refleja en la competición.
En cambio, Olympiacos no sufre por ello. Sus preocupaciones no están fundadas en el dinero, y la figura de Evangelos Marinakis es la razón de ello. Marinakis recogió el legado de Sokratis Kokkalis, quien fue presidente del club hasta 2010 y dejó ya una liga tiranizada por el poder del conjunto ateniense. El actual dueño de Olympiacos es un empresario dedicado al transporte naval, y que además procesa un profundo amor por el equipo del Pireo. Su dinero es el culpable de que estos estén siendo los mejores años rojiblancos. Fichan buenos jugadores y reclutan a las promesas del campeonato, y eso en tiempos tan austeros como los que estamos viviendo. Evangelos Marinakis es clave en este Olympiacos, más allá de los casos de corrupción en los que pueda estar implicado y los cuales son motivos de críticas para su figura.
El ejército de Míchel
Marinakis no es un hombre que se conforme tan solo con ganar. Como equipo grande que considera a su club, no ha de hacerlo de cualquier forma, sino jugando bien. Por ello, la pasada temporada y con el título bien encaminado para acabar en su bolsillo, el presidente decidió despedir al técnico Leonardo Jardim. Considerando que el fútbol que hacía Olympiacos con el entrenador portugués no era atractivo, decidió hacerse con los servicios de alguien con una propuesta más estética y de mejor digestión. Míchel fue el elegido y Marinakis logró su objetivo, su equipo ganó la liga y además con la puesta en escena deseada. Este 41º título de Olympiacos ha sido el segundo de Míchel como técnico de la entidad griega, siendo el primero logrado como único entrenador, pues el anterior fue compartido con Jardim.
La solvencia en las áreas ha determinado el camino del conjunto de Míchel hacia el título. Tan solo 14 goles recibidos a lo largo del campeonato. Roberto es el guardameta titular del equipo y se ha portado como un seguro de vida bajo palos, con grandes noches europeas en su participación en Champions. La línea defensiva tiene seriedad en su eje, siendo Manolas, a sus 22 años, el mariscal de la retaguardia. Su acompañante puede variar, siendo Papadopoulos, Siovas o Marcano las opciones. Manolas no se negocia. Además, se encuentran flanqueados principalmente por dos laterales de mucho recorrido, como son Leandro Salino en la derecha y Holebas en la izquierda. La profundidad que ambos aportan al equipo hacen de sus subidas un potencial ofensivo para el equipo de Míchel.
El centro del campo queda, principalmente, para Maniatis y Samaris, dentro del 4-2-3-1 que caracteriza al esquema de Míchel. El primero es quien aporta equilibrio, impide las recepciones a su espalda e incomoda el juego interior de los rivales. Por su parte, Samaris es de perfil diferente. La principal revelación de la temporada, a la cual Míchel elogió, sobre todo por su versatilidad. Jugador con pase llegada, remate y dinamismo. Por su parte, N’Dinga también tiene cabida dentro del once cuando se necesita un medio del campo más rocoso, como ante el Manchester United en el partido de ida de octavos de Champions.
El fútbol latino lleva su sangre en los tres cuartos de campo hacia adelante. Ahí aparecen las figuras del ‘Chori’ Domínguez, Joel Campbell, David Fuster y Hernán Pérez, con Saviola y Nelson Valdez en la delantera. Las bandas proporcionan el desborde y parte de la magia de este equipo. Campbell está viviendo una temporada que bien podría ser la de su confirmación. 10 asistencias a lo largo del campeonato, solo superado por el ‘Chori’ con 11. Ambos son los dos mayores asistentes de esta edición de la Superliga.
De ellas se aprovechó uno que ya no está, pues en el mercado invernal Olympiacos tuvo movimientos considerables. La salida de Mitroglu hacía el Fulham supuso dudas en torno al club del Pireo. La gran sensación de la temporada, con una irrupción goleadora que asombró a Europa entera. En él desembocaban todas las conducciones. Con izquierda, con derecha, de cabeza, en estático o a la carrera, a un toque o tras llevar el balón en los pies. El medio no le importaba a Mitroglu, el fin era su justificación: el gol. Pero Inglaterra le sucumbió y salió de Grecia. Aunque ni así ha dejado de ser el máximo goleador del campeonato, en quien buena parte ha estado fundamentado. Los 14 goles conseguidos antes de su marcha solo han podido ser igualados por Ben Nabouhane, quien ha logrado empatar con esa cifra en las filas del Veria. A pesar de la marcha de Mitroglu, el gol no quedó huérfano. Olaitan, elegido mejor jugador joven de la pasada edición de la liga griega, asumió galones en ataque, y ha respondido con goles (8 en 16 partidos). La lesión de Saviola hizo que el nigeriano de 21 años avanzase su estatus dentro del equipo.
Sueño de un batallón europeo
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Grecia es territorio a título propio para ellos. Tienen marca registrada que monopoliza el territorio. En cambio, Europa les espera. Deben construirse un nombre. Al zarpar por el Mar Egeo pasan de ejército invencible a simple batallón sin galones. Tienen que ganárselos. En el sorteo de octavos eran una cenicienta, el cruce deseado por los grandes. Sin embargo, y aprovechándose de la crisis en la que vive sumido el Manchester United, Olympiacos quiere colarse entre los 8 mejores equipos del viejo continente. Y tienen un 0-2 a favor que les avala momentáneamente el pase.
La última y única vez que Olympiacos pisó los cuartos de final de la máxima competición de clubes europea fue en el año 1999. Aquella vez la Juventus se cruzó en su camino. 2-1 en Turín y 1-1 en el Karaiskakis. Los griegos se vieron sucumbidos ante el coloso italiano y las semifinales se quedaron en el idilio. Ahora los atenienses vuelven a tener la oportunidad de estar en cuartos de final, y sobre todo de soñar. De verse nuevo cerca del Olimpo donde se ven las caras los dioses. Y nada menos que en Old Trafford para conseguirlo. En un teatro lleno de sueños, el batallón de El Pireo tiene la oportunidad de que Europa conozca en sus carnes lo que ya es una leyenda griega.