Las estrellas de los derbis europeos en la historia
Sevilla se une a Madrid, Barcelona, Milán, Londres y Bucarest enfrentando a dos equipos de la misma ciudad en una eliminatoria de competición europea
Sevilla y Betis disputarán hoy un histórico partido en la Europa League que supone su primer enfrentamiento en competiciones europeas. La ciudad hispalense se une a Madrid, Barcelona, Milán, Londres y Bucarest, como capitales que ya vivieron duelos entre sus equipos. Repasamos a algunas de las estrellas de los derbis europeos.
Puskas, de La Romareda a Stuttgart (1959)
Real Madrid y Atlético estrenaron el historial de enfrentamientos entre clubes de una misma ciudad en la Copa de Europa 1958-59. El Santiago Bernabeu y el estadio Metropolitano tendrían que vivir dos duelos que decidirían que equipo se convertía en uno de los finalistas de la competición. Pero el empate existente tras los dos encuentros obligó a disputar un tercero en el estadio de La Romareda de Zaragoza. En este partido, el húngaro Ferenc Puskas (que ya había marcado de penalti en el Bernabeu) desequilibró el choque con un tanto a pocos minutos del descanso. Su gol permitió al Real Madrid disputar la final de la Copa de Europa en Stuttgart.
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Luis Vidal lleva el silencio a Sarrià (1966)
El Barcelona del argentino Roque Olsen terminó llevándose la Copa de Ferias 1965-66 en una final antológica ante el Zaragoza de “Los magníficos”. Antes, en cuartos de final, la ciudad condal puso su nombre en el historial de derbis europeos gracias al Barça y al Espanyol. En el Camp Nou ganaron los azulgrana 1-0, un resultado que permitía a los blanquiazules albergar esperanzas de remontada de cara a la vuelta. Di Stéfano jugó aquella eliminatoria en las filas del conjunto de Sarrià, pero no pudo ayudar a la clasificación de su equipo debido a la actuación del colegiado (un claro penalti por mano del jugador del Barcelona Montesinos no fue señalado) y sobre todo por el decisivo gol de Luis Vidal.
Shevchenko, el rey de Milán (2003 y 2005)
Los dos clubes de Milán se enfrentaron por primera vez en competiciones europeas en las semifinales de la Champions League 2002-03. El Milan, entrenado por Carlo Ancelotti, terminaría ganando la competición en una final italiana ante la Juve. El Inter por su parte contaba en el banquillo con el hasta ese momento imbatido en una eliminatoria de la máxima competición europea, Héctor Cúper. Tras el 0-0 cosechado en la ida con el Milan como local, los nerazzurri partían como favoritos en la vuelta, pero el talento del determinante Shevchenko lo evitó. Dos temporadas después se enfrentaron de nuevo, esta vez en cuartos de final y con serios incidentes en las gradas por el lanzamiento de bengalas. El Milan volvió a clasificarse y el internacional por Ucrania fue una de las claves de la eliminatoria.
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Wayne Bridge provoca las lágrimas de Ranieri (2004)
La Champions League 2003-04 tuvo uno de los desenlaces más extraños que se han vivido en los últimos años. Los cuatro semifinalistas fueron clubes poco habituales en esta ronda, pero entre todos ellos destacaba por la calidad de sus futbolistas el Chelsea de Claudio Ranieri, que consiguió clasificarse tras una dramática eliminatoria de cuartos de final ante su vecino Arsenal. Las cosas estaban de cara de los Gunners tras el 1-1 conseguido en la ida como visitantes y el tanto de ventaja de Reyes que les permitió colocarse con ventaja en Highbury. Pero la sorpresa llegaría en la segunda mitad, cuando un gol de Lampard empataba la eliminatoria y a pocos minutos del final Wayne Bridge marcaba el decisivo tanto que clasificaba a los Blue. El técnico Claudio Ranieri rompió a llorar tras el choque debido a las emociones vividas.
Nicolita y el Steaua más competitivo de las últimas décadas (2006)
El Steaua de Bucarest estuvo a punto de volver a una final europea en la Copa de la UEFA 2005-06. Se despidieron en semifinales, pero antes vivieron la gran alegría de ganar uno de los pocos derbis que se han disputado en la historia de las competiciones europeas. Un gol de Banel Nicolita en el campo del Rapid de Bucarest en la ida, sirvió para que el equipo vinculado al ejército rumano se clasificara por el valor doble de los goles en campo contrario.