Seedorf, el savant imperecedero

Es el principal candidato para suceder a Allegri en el Milan

Tras la destitución de Massimiliano Allegri, el AC Milan busca nuevo entrenador y Clarence Seedorf se postula como uno de los favoritos para el puesto. Analizamos la carrera del candidato mejor colorado para el banquillo rossonero.

A pesar de padecer discapacidades mentales, un porcentaje minúsculo de la humanidad es considerada especial, superdotada, divina. Sus habilidades son el rompecabezas de millones de científicos en todo el planeta y sus procesos mentales, el estudio detallado más impenetrable de cuantos puedan tratarse. Gracias a ellos, hoy podemos constatar que en el mundo hay aproximadamente 50 personas con una genialidad que sobrepasa los límites humanos y que científicamente, recibe el nombre de síndrome de savant. El estadounidense Kim Peek fue el más famoso pies lograba leer dos páginas en apenas 8 segundos pues era capaz de dividir la función de cada ojo, que se centraba en una página, y lo acompañaba de una velocidad y comprensión sin igual. 12.000 libros instalados mentalmente en su cabeza y los planos de medio mundo sólo en su cerebro, le bastaron para ser conocido como el GPS humano.

Ciencias, música o escultura son sus principales reclamos pero en el arte del fútbol, la ausencia de savant es absoluta. Lo más cercano lo protagonizaría una mezcla de los mejores jugadores de la historia. El carisma de Maradona, el talento de Pelé, la claridad de Cruyff o la pegada de Di Stéfano, no faltarían en esa maquinaria súper-humana. Pero en el panorama actual, bajo los cánones del fútbol del nuevo siglo, lo indispensable es la fusión entre experiencia, inteligencia y técnica en velocidad, aportaciones que reúne todavía hoy, a sus 37 años, el gran Clarence Seedorf. Vestido de ajaccied, blanco, rossoneri o ahora en un Botafogo donde sigue repartiendo clases cada semana. La cultura del ‘savant’ imparecedero.

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Nunca pasó desapercibido. No era su estilo. Con la veintena ya alcanzada, era campeón de Europa, ya conocía el fútbol italiano noventero (Samdporia) y apuntaba al Santiago Bernabéu con ambición. Fue absolutamente indispensable durante ocho campañas con Ancelotti en Milan, con quien además se enzarzó en más de una ocasión cuando las cosas no iban bien incluso en el mismo césped. Se salvó de la quema durante el año en el que Leonardo fue incapaz de hacer funcionar la generación más veterana de la historia del club. Y con Massimiliano Allegri aguantó el tipo siendo jugador determinante tantas veces que recondujo el naviero a la deriva de Berlusconi en noches aciagas. El holandés era, es y será piedra angular. Lo era en Milan porque quería tener la pelota, dominar al rival y generar fútbol vía pelota al suelo. Pirlo organizaba, Gatusso destruía y Ambrosini (en menos ocasiones Flamini) compatibilizaba funciones en la medular. Pero el factor elemental, el de ruptura talentosa en zonas de influencia, lo seguía aportando Seedorf. Su adiós, silencioso, fue una de las grandes mermas no admitidas por la directiva milanista pero sí reconocible para los tifosi.

Su llegada a Botafogo hablaba de un contrato de oro, de una vida acomodada en el país de su mujer y de un retiro dorado. El holandés mantiene la sorpresa a la hora de llegar al área y se permite todavía mucho recorrido para dar alternativas a su equipo, sobre todo en el último pase, ése que sólo los más grandes saben ejecutar. Eso sí, ahora su desgaste es mayor, pues se sabe indispensable. El Fogao le ha ofrecido ya 43 partidos en temporada y media, a lo que él ha respondido con la misma receta estrictamente profesional de siempre y con nada menos que 15 goles que le hacen ser el cuarto goleador extranjero del Brasileirao. Sin embargo, donde su desproporcional talento y panorama diferencial marcan desbordes incomparables, es en el pase decisivo, ése que ha cultivado ya en 8 ocasiones este curso para ser el mejor asistente del campeonato brasileño. Un referente absoluto que vive su enésima juventud cn la ilusión de el que se calza los botines por vez primera.

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Único jugador que ha logrado levantar la Champions League con tres equipos diferentes (pese a ganarla en cuatro ocasiones), elegido en el Top 100 de mejores jugadores de la historia y obligado a retirarse de la selección holandesa (lo rechazó) para alargar su carrera como jugador de máximo nivel, Papá Clarence no quiere retirarse. Se fue de Europa un jugador completísimo, un auténtico superdotado de la pelota, un genio del movimiento balompédico. El registro del Holanda, del Real Madrid, del Milan, del de Ancelotti, del de Leonardo y del actual Botafogo. El verdadero intocable es Clarence Seedorf, el savant imperecedero.

EL DEBATE: ¿QUIÉN SERÁ EL NUEVO ENTRENADOR DEL MILAN?

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