Jaime Estrada, el presidente goleador del Manta

Una historia increíble que se vive en Ecuador

Contamos la increíble historia de Jaime Estrada Medranda, el presidente del Manta Fútbol Club de Ecuador que al mismo tiempo ejerce de jugador sobre el terreno de juego e incluso ha celebrado goles.

“Aprieta los dientes, sostén con fuerza y mantén la calma, que ya se cansará y será tu momento para ganarle la batalla”. Jaime padre, cumplía la tradición familiar dominical con Jaime hijo, que atendía cada consejo con atención entre cebos, anzuelos y enorme actividad dentro del barco. La pesca del atún es deporte nacional en Manta (1000 mill € en ganancias-223.000 toneladas en último año), la ciudad más entusiasta, abierta y atractiva de la provincia de Manabí (Ecuador), que ve como la línea equinoccial atraviesa sus tierras, siendo epicentro de rotación del planeta y eje litoral del continente americano. Pese a los ánimos y apoyos, el pequeño Jaime no tenía habilidad, mostraba desazón y acababa desesperado mientras el resto de tripulantes sacaba piezas del pescado que acabaría en los platos de todo el país. En casa de los Estrada, abundan los trofeos y galardones en forma de pescado por tantas de estas mañanas, aunque en el fondo, todos representan una excusa. Esas visitas al mar buscaban evitar hablar constantemente de aquello que verdaderamente les apasiona a ambos, el fútbol.

Ser el último de cuatro hermanos de éxito en diferentes ramas económicas e industriales, obligó a Jaime a explotar sus propios recursos y ninguno le hacía brillar tanto como la pelota y el césped. A los 9 años jugaba en las divisiones formativas del otrora Manta Sport Club. Era tan hábil con la pelota y capaz para el desborde, que los defensas rivales empezaron a apodarle ‘ratón jaimito’. El hobby se convirtió en sueño, el sueño en metas y las metas encontraron obstáculos. A los 17 años, los estudios de ingeniería le obligaron a priorizar su futuro educativo. En mitad de ese camino, la fama financiera de su padre creció, los vínculos con la pelota se ampliaron cada semana en las gradas y el líder familiar decidió apoyar el sentimiento futbolístico de la ciudad, que evitaba quedarse sin equipo tras la crisis del Manta SC. Estratega empresarial muy inteligente tras generar empresas de éxito, papá Jaime decidió fundar el Manta FC apoyado en la base existente y, tras varios años de sacrificios y mejoras, delegó sus responsabilidades en aquél en quien más confiaba y con el que siempre compartía la alegría del balón, su hijo.

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Desde muy joven, en 2003, Jaime David Estrada Medranda formó parte de la directiva del reformado Manta FC, el mismo club que un día le abrió los ojos, le aportó la mayor felicidad posible para un niño y le mostró el camino futbolístico que repetía en sus sueños cada noche. Un solo año más tarde, sus grandes avances le permitieron alcanzar la vicepresidencia y a medida que su padre ganaba adeptos lejos del césped en su carrera política, aumentó la obligación de su vástago con el deporte rey. Tanto, que en noviembre de 2009, los poderes se intercambiaron generacionalmente convirtiéndose en el dirigente más joven del fútbol ecuatoriano al ocupar un cargo de tanta relevancia con solo 24 años. La afición no criticó el proceso continuista de la familia Estrada, sino que pronto vio que la nueva cara era aún más eficiente para sus pretensiones, pues en apenas unos meses, logró incorporar unos 2.000 socios aportantes a la entidad y generó diferentes labores sociales para que la comunidad se vaya encariñando más con el Manta FC.

No contento con su aportación y mejoría a la entidad, pensó durante algunas semanas en silencio. Se le veía apartado del resto, pensativo, calmado pero a la vez hiperactivo a la hora de los partidos y, sobre todo, con la menta dispersa en una cuenta pendiente. Siendo una joven promesa del club que ahora presidía, cuando apenas era un juvenil, aquellas obligaciones estudiantiles de su padre, le impidieron cumplir su único reto en la vida profesional. Ya con los estudios de Gestión de Empresa terminados, con la experiencia de diversas compañías familiares a su cargo y soportando el peso de la institución futbolística de la ciudad, Jaime Jr dio un paso al frente. ¿Qué le impedía ahora acabar de cerrar el círculo que un día empezó? En febrero, sorprendió por completo a hinchada, directiva y plantilla cuando anunció que renunciaba a su cargo como máximo dirigente de la entidad ‘atunera’ … para ser delantero centro del equipo y completar el sueño que motivó su infancia y su amor implacable al Manta FC.

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Jaime tenía 28 años y, justo once años atrás, era una de las más firmes promesas del club celeste. Habló con el entrenador, se vistió de corto durante varias semanas entrenando en busca de un óptimo estado de forma y, cuando las partes implicadas entendieron que el sueño estaba al alcance de la mano, cruzaron ideas para convertirlo en realidad. El 9 de marzo, ‘El Presi’ se puso la camiseta del club de su vida ante El Nacional y, con un resultado favorable de tres goles, fue llamado por el míster. “¿Estás listo? Vas a entrar ya. Aprovecha y disfruta”, a lo que Jaime solo pudo sonreír, mirar al cielo, pararse a pensar un instante y comprobar que pisaba el césped para ser futbolista profesional como siempre deseó. Faltando solo seis minutos, la lógica asegura que un par de balones y los aplausos del graderío, iban a ser sus grandes alicientes, pero la sorpresa iba a completarse de la mejor manera posible, superando cualquier ficción inimaginable. Jugada por banda derecha, diagonal hacia dentro y una pelota que rueda sin dueño en el área. La recogió el que paga los suelos y la envió a la red para cerrar la victoria final (4-0) y convertirse no solo en el primer futbolista-presidente, sino en el único que además, fue capaz de golear (vio además cartulina amarilla por mostrar un mensaje en su camiseta durante la celebración).

“Una explosión de felicidad sentí cuando la pelota pasaba al defensa. Se lo dediqué a toda mi familia. Mi hijo, mi padre, mi madre, mi esposa y mis hermanas que son mi pilar fundamental”, explicó emocionado. “El día soñado. Estoy identificado con mucha gente que deja las canchas para estudiar, pero siempre hubo un sueño por regresar a la cancha, de vivir y de hacer un gol con la camiseta que tanto amo”. Mientras, su padre, su mentor, su educador, el alcalde de la ciudad, Jaime Estrada Bonilla, no daba crédito porque “cuando salió a la cancha, el sueño ya estaba cumplido pero que anotara un gol fue verdaderamente increíble”.

Un tanto que, más allá de ser anotado al segundo club más importante del país (El Nacional) y ser instalado ya en el libro de los Records Guinnes, cerraba un domingo único en la familia Estrada. Un alcalde amante de la pesca pero fundador del club de la ciudad. Un presidente goleador que cumplió sus mayores metas festejando como siempre deseó. Dos Jaime, dos Estrada, dos ‘atuneros’ que cambiaron la caña por la pelota para seguir teniendo la excusa perfecta para citarse cada domingo baja su misma pasión.

EL DEBATE: ¿SE PODRÍA DAR ESTE CASO EN EL FÚTBOL ESPAÑOL? ¿QUÉ PRESIDENTE MARCARÍA UN GOL EN LA LIGA BBVA?

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