Arsenal: ¿Signos de agotamiento?

La sobrecarga de partidos puede pasarle factura. Si no lo está haciendo ya...

La temporada del Arsenal de Wenger está siendo espectacular en todos los aspectos. Por fin, el técnico francés ha logrado unir el buen juego característico del club del norte de Londres con resultados, algo que no se veía desde hace muchas temporadas. Desde la última celebración de un título han sido años difíciles para el Arsenal, años de reconstrucción, de transición, desde los Henry, Pires y Vieira hasta los Cazorla, Ozil y Wilshere pasando por la época de Cesc y Van Persie. Han sido años con equipos muy irregulares que pintaban muy bien pero pronto se desinflaban. Las últimas temporadas han tenido una misma tónica, han seguido un mismo guión, el del fracaso, una año sí y otro también. Cada nueva campaña, el equipo ilusionaba pero a la llegada del invierno, esas ilusiones se habían desvanecido y los aficionados “gunners” ya pensaban a mitad de temporada que ese año también se iban a quedar en blanco.

Pero, este año ha cambiado el panorama, esta temporada, sí. Esta frase es la que más se repite en los alrededores del Emirates Stadium cada vez que el Arsenal juega allí. Es el pensamiento más extendido entre los miles y miles de aficionados del club londinense que ven como el equipo va cogiendo fuerza y la temporada ilusiona a todos, desde los jardineros del Emirates, pasando por Arsene Wenger y por todos los “supporters”. La campaña no ha podido empezar mejor para los “gunners” y es que marchan primeros en la liga, con excelentes partidos a sus espaldas y un fútbol que está enamorando a la Premier League. Y es que, muchos “supporters”, ven este año como el último de una era, y se dan cuenta de que este puede ser el año en el que el Arsenal vuelva a celebrar un título importante porque la época de Arsene Wenger puede estar tocando a su fin. Los más grandes de Europa van tras él, el último en unirse, el PSG, que quiere crear un “super-equipo” que domine el viejo continente con un proyecto del entrenador francés. Su contrato con el club expira el 30 de junio de 2014, y, tras casi dos décadas en Londres, Wenger puede estar pensando que esta puede ser su última campaña, su última oportunidad de volver a celebrar algo con el Arsenal.

Así que este año debe ser el gran año del Arsenal, y por ahora, lo está siendo, el equipo está demostrando una entereza y una buena imagen espectacular. Otro año más, el Arsenal ha enamorado con su fútbol, pero esta vez, ha dado miedo, y el miedo les ha convertido en líderes, indiscutibles hasta estas últimas semanas. Los resultados de los últimos partidos no han acompañado y al club londinense se le han vuelto a ver errores de antaño, errores que les hacían perder la esperanza de pelear por los títulos en Navidades. Ahora, otro año más, las Navidades han llegado, y el Arsenal se encuentra líder, pero los tres últimos partidos han dado signos de agotamiento. Puede ser un bache, o el fin de una racha espectacular de varios meses, pero ahora, con el calendario se aprieta y es el momento en el que el equipo de Wenger debe dar un paso al frente si quiere seguir en todas las quinielas para llevarse la Premier League. Si pasan las Navidades como líderes, estarán un paso más cerca del ansiado trofeo.

Resultados que invitan a la reflexión

El pasado día 8 de diciembre se enfrentó el Arsenal a un Everton que llegaba al Emirates con la moral por las nubes tras asaltar Old Trafford con un gol de Oviedo. El partidazo acabó siendo un espectáculo para el espectador neutral, pero el Arsenal no consiguió pasar por encima de los de “Bob” Martínez como sí habían hecho con los demás equipos que habían visitado el Emirates hasta el momento. 3 días más tarde, el Arsenal estuvo a punto de quedarse fuera de los octavos de final de la Champions League tras perder 2-0 en San Paolo contra el Nápoles de Benítez. En un partido en el que los dos contrincantes se jugaban la vida, los de Wenger no estuvieron a la altura contra un rival que teóricamente está un escalón por debajo. Si no llega a ser por el gol del Borussia Dortmund en los últimos minutos del partido de Marseilla, el Arsenal hubiera caído a la UEFA Europa League. Aún así, ese resultado, les hizo pasar como segundos del llamado “grupo de la muerte”, y ahora, eso lo han pagado, quedando encuadrados con el campeón de Europa para los octavos de final. En Nápoles, el equipo parecía estar agotado, muy mal físicamente, con jugadores que se escondieron, como Ozil, que no participó en ninguna jugada de peligro, como suele hacer. Contra los de Benítez, el Arsenal no fue ese equipo que arrasa las estadísticas de posesión del balón, no controlo el partido en ningún momento por no poder tener el esférico, y los italianos, que merecieron pasar, fueron superiores en todo momento. Tan solo tres días más tarde, de regreso a la competición liguera, el Arsenal volvió a parecerse al Arsenal de los últimos cinco años. En el Etihad Stadium, el líder de la Premier League fue un juguete en manos de un City arrollador, que, como no, mostró su mejor versión en casa. Los de Pellegrini pasaron por encima del mejor equipo del país sin despeinarse, sin inmutarse, con un fútbol de contragolpe espectacular, ayudado por los errores de un Arsenal que parecía sacado de una liga de hace cinco años atrás. Los errores en cadena en la parcela defensiva ocasionaron varios de los goles del City que completó una goleada que habrá dañado el orgullo gunner porque perder 6-3 no es plato de buen gusto, para nadie. Pero, ¿Qué le está pasando al Arsenal? Como todos los equipos, el Arsenal ha llegado a un punto en el que el esfuerzo físico de los meses anteriores se ha notado en el terreno de juego. Desde el inicio de la temporada, los de Wenger se han desfondado en cada partido, lo han dado todo con tal de conseguir estar donde hoy están, y eso, ahora se nota. A punto de llegar las Navidades, el equipo ha sufrido un bajón físico que se ha notado en los resultados, y lo ha sufrido en un momento clave de la temporada. Porque hasta hoy día, muchos aficionados incluso no meten al Arsenal entre los tres primeros al término de la temporada, porque creen que esto es una muy buena racha que les ha llevado al liderato, porque creen que el Arsenal se va a desinflar, pero esto lo sabremos a partir de Navidades, momento en el que serán candidatos a todos si llegan a mitad de enero con la misma posición que ahora.

Un calendario muy duro

Lo que queda de diciembre, enero y febrero, van a ser los meses más duros para el Arsenal, sobre todo febrero, porque los partidos se van a ir juntando. Una vez eliminados, por el Chelsea, de la Capital One Cup, a los de Wenger, les queda la Premier League, la F.A.Cup y la UEFA Champions League.

Mañana llega la primera gran piedra en el camino hacia mantener el liderato de la Premier League, el Chelsea de Mourinho. Los blues visitan el Emirates en el partido estrella de la jornada. Dos puntos separan a los dos conjuntos de Londres en la clasificación, y, a pesar de que todo el mundo da como favorito al Arsenal, Mou y los suyos saben que con una victoria en el norte de Londres darían un puñetazo encima de la mesa y se postularían como principales candidatos al título. Aunque, los pupilos de The Special One no están pasando por su mejor momento ya que la derrota en la Capital One Cup, contra el colista, el Sunderland ha despertado todas las alarmas en The Bridge. Tres días más tarde, los de Wenger visitan Upton Park para disputar un partido que teóricamente deberían ganar, pero el equipo de enfrente se juega la vida ya que marca la raya del descenso y no puede permitirse perder muchos puntos si quiere seguir el año que viene jugando en la mejor liga del mundo. El viaje a Saint James Park será el último partido del año 2013 para el Arsenal que acabarán jugando contra uno de los equipos con mejor dinámica de la tabla. Los de Alan Pardew se han hecho fuertes en casa donde han ganado al Chelsea y le empataron a dos al Liverpool. El primer día del año, el Arsenal recibe al Cardiff y tres días más tarde disputa la Third Round de la F.A.Cup, contra su rival del norte de Londres, el Tottenham. El mes de enero acaba con la vista al Aston Villa, el partido ante el Fulham en casa y la visita a otro estadio más que complicado, el Saint Mary´s, donde el Southampton está dejando escapar pocos puntos.

En el mes de febrero se decidirá todo para el Arsenal. Además de los partidos de la F.A.Cup, si consigue doblegar al Tottenham el día 4 de enero, la el futuro de liga y Champions pasa por los resultados del mes de febrero que empieza con la visita del Sunderland al Emirates Stadium. A partir de este momento, el Arsenal se jugará el título en Anfield ante su gran perseguidor, el Liverpool de Brendan Rodgers que le pisa los talones. Después recibirá al United, que si coge una dinámica positiva, a esas alturas de temporada puede incluso meterse en la pelea por el título. Y después, el gran partido, un encuentro que gran parte de Europa está esperando, el partido de ida de los octavos de final de la Copa de Europa ante el Bayern Munich en el Emirates. Arsene Wenger en un banquillo y Pep Guardiola en el otro, dos maestros del buen juego que seguro que ofrecen un bello espectáculo.

Los regalos de Navidad

Viendo la exigencia del calendario, y la plantilla del Arsenal, podemos deducir que Wenger está preparando algún fichaje para afrontar con total garantías esta cuesta de partidos. El técnico galo es un hombre inteligente y sabe que esto del fútbol va de meter goles, y es por ello, que quiere reforzar su parcela de ataque. El delantero centro titular gunner, Olivier Giroud, está haciendo goles, pero no los suficientes. Sus recambios no están a la altura del líder de la Premier. Podolski no es delantero centro puro, es más bien, un segundo punta, que puede jugar como hombre más adelantado, sí, pero prefiere hacerlo por detrás de un “9” o en la banda. Yaya Sanogo está lesionado, y aún así, es demasiado joven e inexperto como para darle la responsabilidad de hacer muchos goles en su primer año en el club londinense. Bendtner y Park Chu-Young cuentan poco para Wenger. Por lo tanto, la prioridad para este mercado invernal es un delantero de garantías. El objetivo número uno es el delantero del Atlético de Madrid, Diego Costa. El hispano-brasileño es uno de los artilleros del momento, y el Arsenal ha enviado a uno miembro del cuerpo técnico, Steve Rowley para que lo vea en directo e inicie las conversaciones. El fichaje se antoja complicado porque el Atlético no se va a desprender fácilmente de su mejor hombre, pero las necesidades económicas del club y la gran oferta que va a presentar el Arsenal pueden facilitar las cosas. Costa renovó este verano hasta 2018 y, aunque en su momento no se habló de la cifra de la cláusula, desde Inglaterra apuntan a que son 38 millones, cifra que estaría dispuesta a asumir el Arsenal, que además, le triplicaría el sueldo que percibe en la actualidad ya que le ofrecerán 6 millones de euros limpios. Si esta opción se complica, el delantero que está en la recámara de Wenger es el killer del Olympiacos de Michel, Kostas Mitroglu, una opción más asequible que rondaría los 10 millones.

En la mente de Wenger también están los nombres de dos jugadores que tienen pocas oportunidades en el Real Madrid de Ancelotti. Álvaro Morata es la tercera opción para la delantera e Iker Casillas solventaría de un plumazo las dudas que se tienen sobre el rendimiento de Wojcieh Szczesny. Ambos fichajes parecen muy complicados porque el joven delantero tiene las puertas cerradas ya que la directiva y el entrenador siguen confiando en sus facultades y creen que puede triunfar. Por parte de Casilla, él mismo ha manifestado que por ahora, no se marchará del club, ya que quiere ganar la Décima.

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