Islandia: El gigantesco sueño de un enano
Se juega ante Croacia una plaza en el Mundial de Brasil 2014
Después de empatar 0-0 en el partido de ida de la eliminatoria de repesca, Islandia se juega en Croacia una plaza en el Mundial de Brasil 2014. Analizamos el gigantesco sueño de un pequeño país que está muy cerca de hacer historia.
“Siempre me he considerado un hombre de mediana estatura, pero cuando miro a mi alrededor, no veo ningún gigante”. La frase es del periodista y político italiano Giulio Andreotti, quien describiéndose como un hombre de mediana estatura era excesivamente generoso. Andreotti fue un personaje turbio, de figura curvada y semblante confundido, pero poco le importaron sus limitaciones físicas para convertirse en uno de los hombres más influyentes de Italia a lo largo de más de medio siglo. Incluso durante los últimos años de su vida, cuando su cuerpo languidecía todavía más, a las puertas de su despacho se agolpaban cada día decenas de personas para solicitarle consejo o el ‘favor’ de alguno de sus oscuros contactos. Todavía después su muerte, se le recuerda como un personaje infinito.
Al igual que sucede con Andreotti, calificar a Islandia es país ‘mediano’ resulta algo exagerado. Con algo más de 320.000 habitantes es un país objetivamente pequeño, pero tiene un sueño: estar en el Mundial de Brasil 2014. Y está a tan solo 90 minutos de conseguirlo. La eliminatoria a doble partido contra Croacia es el único obstáculo que le separa de su objetivo. De lograrlo, Islandia se convertiría en el país más pequeño de la historia que es clasifica para una Copa del Mundo. Hasta ahora ese récord pertenece a Trinidad y Tobago, que disputó el Mundial de Alemania 2006 y triplica en habitantes a la pequeña isla del oceáno Atlántico. Si nos centramos en términos futbolísticos, la gesta es todavía más impresionante. Según los registros, en Islandia existen 21.000 jugadores de fútbol. Una cifra pírrica comparada con otros países. Para hacernos una idea, en Alemania se encuentran más clubes de fútbol que futbolistas en Islandia.
[video:http://www.youtube.com/watch?v=7R6yz6yB5Bc]
Y es que el fútbol nunca había sido una de las principales preocupaciones de los islandeses hasta ahora. Las condiciones climáticas de la isla impiden que se pueda practicar el deporte rey durante todo el año. Su liga terminó el pasado 28 de septiembre y recientemente se han construido estadios techados de césped artificial en los que el balón pueda continuar rodando abrigado ante las exigencias del invierno boreal. Los resultados de la selección tampoco invitaban a que el fútbol ganara adeptos. Tradicionalmente, Islandia había interpretado el papel de cenicienta. En la fase de clasificación para el Mundial de Sudáfrica 2010 terminó como colista de su grupo, mientras que en la de la Eurocopa 2012 llegó a ser penúltima, quedando por delante de Chipre. Para el Mundial de Brasil 2014 los pronósticos no eran mucho mejor. Hasta el punto de que Islandia estaba ubicada en el último bombo del sorteo de grupos, junto a las perdedoras San Marino, Andorra o Malta. Su presencia en la repesca es, por lo tanto, un milagro.
Sin embargo, Lars Lagerback no está de acuerdo con esta afirmación. Para el seleccionador de Islandia tan sólo se han cumplido sus predicciones. “Cuando asumí el cargo, pensé que ésta era una selección con capacidad para clasificarse. La primera vez que me reuní con los jugadores y el cuerpo técnico, les fijé como meta escalar alrededor de 50 posiciones en la clasificación de la FIFA; y quedar entre los dos primeros de nuestro grupo“, afirma el técnico sueco. Y así se hizo. Tal y como esperaba Lagerback, los islandeses terminaron segundos del Grupo E, siendo superados únicamente por la pujante selección de Suiza y dejando en el camino a Eslovenia (Mundialista en 2010), Noruega, Albania y Chipre. Un cambio radical que también se ha visto reflejado en el Ranking FIFA. Islandia ha sido la selección que más puestos has escalado tras la actualización de la clasificación. En enero ocupaba el lugar 89 y ahora ha saltado hasta el 46.
[video:http://www.youtube.com/watch?v=TiA4mxemStQ]
El secreto del éxito se encuentra en la formación de nuevos talentos. Islandia disfruta ahora de una generación que se ha ido encubando durante los últimos y que está alcanzado su plenitud. En el Europeo Sub’21 de 2011 Islandia sorprendió desplegando sobre el césped danés a talentos que hoy compiten entre los grandes. Kolbeinn Sigthorsson disputa la Champions League con el Ajax de Ámsterdam, Alfred Finnbogason presume de olfato goleador en el Heerenveen, y Gylfi Sigurdsson, la gran estrella de la selección, brilla en el Tottenham, donde se ha convertido en un hombre importante para André Villas-Boas. Consciente del talento de esta nueva generación, Lagerback se basó en ella para construir su equipo. “Me fijé en la plantilla, particularmente en los jugadores que lo habían hecho tan bien en el Campeonato de Europa sub-21 de 2011 en Dinamarca, y vi que había un equipo con mucho talento y potencial“, asegura el técnico de 65 años, quien busca el mayor éxito de su carrera después de haber disputado tres Eurocopas y dos Mundiales con Suecia y uno con Nigeria. “Sería un poco más especial si conseguimos clasificarnos con un país más pequeño como Islandia“, reconoce.
Probablemente esa generación de futbolistas ha crecido admirando a Eidur Gudjohnsen, símbolo totémico del fútbol islandés. Después de haber vestido la camiseta de gigantes europeos como Barcelona y Chelsea, ganado ligas y Copas de Europa, es en el ocaso de su carrera cuando le llega su gran oportunidad. Con 34 años, el máximo goleador de la historia de la selección islandesa está cerca de clasificarse para un Mundial con su país. Algo que hace unos meses parecía un sueño imposible. 90 minutos le separan del sueño. Islandia se mide ante una Croacia en la que se estrena Robert Kovac como seleccionador (es el tercer encuentro consecutivo que Islandia se enfrenta a un entrenador debutante). Después del 0-0 de la ida todas las espadas están en alto. Es el marco perfecto para que Islandia crea en su sueño. El sueño de un país pequeño, pero que, como le sucedía a Giulio Andreotti, no ve gigantes a su alrededor que puedan pararle.
EL DEBATE: ¿LOGRARÁ ISLANDIA CLASIFICARSE PARA EL MUNDIAL?