Bayern: Rensing, Neuer y el post-Kahn
La portería del conjunto bávaro continúa evolucionando
Manuel Neuer ha recogido el testigo que quedó en Munich después del paso del emblemático Oliver Kahn por la portería del conjunto bávaro. Ahora debe coronarse de la misma forma en la que lo hizo Kahn: ganando la Copa de Europa.
El universo futbolístico no tiene a Calcuta, la inmensa capital india, como uno de sus principales epicentros. Tampoco hemos escuchado con regularidad las andanzas del semi-desconocido Mohun Bagan y, desde luego, la leyenda no cubre de gloria el imponente estadio de Salt Lake City. Sin embargo, la mezcla de todos ellos generó un gran adiós pues fue allí, con 120.000 personas en las gradas, en un rincón olvidado por el deporte rey y contra un equipo de semi profesionales, donde se cerró la trayectoria del que, para muchos, ha sido el mejor guardameta de la historia de Alemania y uno de los más valorados en todo el mundo: Oliver Kahn.
8 Bundesligas, 6 Copas alemanas, 1 Copa UEFA, 1 Champions League, 1 Intercontinental, galardonado 4 veces consecutivas como el mejor portero europeo, Balón de Oro en el Mundial 2002 (único portero en la historia en conseguirlo) hacen de ‘King Kahn’ un personaje difícilmente igualable. Aquél amistoso de Calcula celebrado en mayo del 2008 durante la gira asiática del Bayern de Múnich, encumbró un mito pero engendró un debate pues para que el público ovacionara a Kahn, el meta fue sustituido por última vez, dando la anhelada oportunidad a un joven que llevaba años esperando su opción a la sombra del crack. Ese paciente portero no era otro que Michael Rensing que, un año después, representa la importancia del viejo Kahn y la dificultad para tapar su nombre de las redes bávaras.
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El joven guardameta, entonces de 25 años, había llegado en su día con sólo 16 primaveras a la cantera del Bayern y logró debutar a los 19 en el primer equipo. Siempre había rayado a buen nivel en las escasas ocasiones en las que su ídolo le había traspasado el hábito y las sensaciones sobre el futuro de la portería del Bayern eran muy optimistas. Sin embargo, el espectro de Kahn aparecía en cada acción dubitativa, en cada movimiento en falso, en partidos donde su actuación empezaba a fluctuar con inquietud. Cinco años de banquillo merecían paciencia. Pese a que llegó a disputar 26 partidos de la Bundesliga durante la primera temporada ‘post Kahn’, Jurgen Klinsmann le hizo regresar al banquillo a favor del veteranísimo Hans-Jorg Butt, que le acabó desalojando de la portería muniquesa desde abril hasta final de temporada tras una serie de malas actuaciones.
El verano, con esas dos únicas opciones para salvaguardar los tres palos del Allianz Arena, dejó constantes suspicacias y sospechas de renovación pero pese a hablarse de Manuel Neuer o el mexicano ‘Memo’ Ochoa, Andries Jonker, entrenador de porteros y ayudante de Van Gaal, decidió junto con la directiva volver a confiar en Rensing, que esta campaña está siendo de nuevo titular (excepto esta última jornada). Tras tener que aguantar críticas del mismísimo Beckenbauer, una oleada de juicios después de encajar cinco goles en Wolsfburgo y ver cómo el debate sobre su titularidad volvía a la palestra, demostró haber aprendido al menos una cosa de su glorioso antecesor, el carácter pues liquidó tantas dudas ante la prensa con un escueto pero potente: “Todo es una estupidez. Con voluntad se consigue todo”. Parece que despejar los golpes que le llegan desde la grada se le dan, por ahora, mejor que los que le amenazan en el césped.
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Mientras, el gigante Kahn seguía su particular acoso y derribo al club, al que critica con fuerza cada vez que las cosas marchan mal. Si como jugador siempre fue un ‘demonio’ para el resto del vestuario, ahora lejos de él, esa naturaleza polémica y agresiva no encuentra barreras. Tacha al club de haber perdido su confianza, de haber dejado que otros se les suban a las barbas y de no saber renovarse tras el adiós de sus grandes mitos (Effenberg, Scholl, Matthaus y él mismo). De su sustituto nunca quiso hablar y cuando hace dos años los bávaros ficharon a Neuer tras haber probado sin suerte a su enésimo proyecto (el meta del Hertha de Berlín, Thomas Kraft), sólo quiso mandar ánimos a su ex compañero, al que siempre suele echar una mano. “No pienses mucho Michael. Eres el número uno”. Un número uno que pasó por Colonia, que no pudo evitar el descenso y que es absoluto suplente (solo jugando un partido este curso) con 29 años en el Bayer Leverkusen. La solución al post-Kahn no estaba en Baviera…