Borussia Dortmund: ¿De dónde eres, Neven Subotic?

Neven Subotic se ha convertido en un bastión de la defensa del Borussia Dortmund y su importancia ha crecido debido a la ausencia por lesión de Matt Hummels. Contra el Málaga será el líder de una zaga que busca el pase a semifinales de la Copa de Europa mientras nosotros buscamos sus orígenes y preguntamos: ¿De dónde eres, Neven Subotic?

El fútbol es mundano, mezcla pasiones allá por donde viaja la pelota y en ellas no se entienden diferencias étnicas ni ideológicas. No es la primera vez que un jugador accede a vestirse de corto con una selección cuyo país no es el que le dio cuna, pero sí es curioso que éste lo haga tras haber defendido a un país diametralmente opuesto en términos deportivos y políticos. Es más, lo realmente diferencial y único es que incluso acabe defendiendo a aquellos que durante años fueron tachados de ‘enemigos’ dentro de una absurda guerra independentista. Extrapolado a la pelota, a las camisetas y a las banderas, todo adquiere una pasión más pacifista y hasta romántica ante cualquier obstáculo pero no así en los Balcanes, donde el poder en el césped es el poder de la zona.

El caso de Neven Subotic va mucho más allá, enlazando sentimientos, corazones, viajes y paisajes absolutamente contrapuestos para acabar cerrando filas en torno a una carrera que pudo llevar cualquier camino pero acabó tomando uno. Ni mejor ni peor, pero el suyo. El central del Borussia Dortmund, una de las grandes apariciones de los últimos años en la Bundesliga, es el mejor ejemplo de cómo labrarse una carrera profesional en base al sacrificio, buscando diversas vías, sin dejar ninguna de lado y probando fortuna allá por donde haya opciones de éxito. Lo suyo fue, es y será, una cuestión de lealtad a la profesión en busca de una oportunidad que, cuando llegó, no dejó escapar.

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El zaguero amarillo, nació en Banjaluka, segunda ciudad de Bosnia Herzegovina, cuando ésta era una parte de Yugoslavia. Con apenas 18 meses, su familia se marchó a Alemania por temas laborales y a los 7 años, el pequeño Neven entró en los filiales del Schwarzenberg. En 1999, su padre perdió la autorización residencial que les mantenía en suelo teutón, con lo que decidieron buscar mejor suerte en Estados Unidos, teniendo que empezar de cero no solo en su deporte favorito, sino en una vida de acelerada niñez. El chico, que si algo tenía era carácter, no se rindió y sus ganas por triunfar le llevaron a jugar en equipos de nivel amateur en el país del soccer (Sparta Gold o Impact Black) hasta que se mudaron, por enésima vez, a Florida. Su hermana Natalija apuntaba maneras tenísticas y en la ciudad de Bradenton se ubicaba la mejor escuela del país (Nick Bolletieri Tennis Academy). Afincados con tranquilidad, Keith Fulk, un ayudante de John Ellinger, actual seleccionador sub 17 de Estados Unidos, le vio entrenarse junto a uno de sus familiares en un parque de la ciudad y quedó maravillado.

“¿De dónde eres, chico?". Neven, que desde pequeño se tuvo que acostumbrar a hablar tres idiomas por sus constantes viajes, fue capaz de balbucear apenas un extraño “Soy de Yugoslavia” (Años después admitió que ni aun sabía realmente cuál era su verdadero país entre tanto caos bélico). Tras convencerle para que hiciera una prueba con la selección ‘yankee’, Subotic entró en la residencia, se hizo con un hueco en los planes de futuro del técnico y se integró en la Universidad de Florida. Así, durante un partido en Holanda, el agente Steve Kelly, le hizo ver que podía jugar de inmediato en el fútbol europeo. Un impacto fulminante que le tenía deparado un regreso a Alemania, recalando meses después en el Mainz 05. Su avidez y experiencias pasajeras en una vida alocada, le hicieron re-adaptarse a suelo germano con excesiva facilidad, por lo que la Cuarta División fue un rápido viaje de ascensión para alcanzar

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Debía adaptarse a la Cuarta División germana pero sus cualidades le llevaron en semanas a la primera plantilla de uno de los equipos ascensores por naturaleza en la Bundesliga. Debutó contra el todopoderoso Bayern en su primera cita al primer nivel y tras un año en el segundo escalón del fútbol germano, estaba preparado para dar el salto, pues fue nombrado mejor jugador de la entidad (allá cuando las catacumbas llegaban hasta un Mainz que ahora es aspirante a Europa). Así, con apenas 19 años y muchas anécdotas ya a sus espaldas, Neven se había convertido en uno de los centrales con mayor futuro del panorama y, como tal, su técnico, el singular Jurgen Klopp, lo pidió expresamente para su aventura en el Westfalen de Dortmund. Estupendo juego aéreo, rápido, corpulento y de buenos movimientos defensivos, ha maravillado a todos los analistas estos últimos años. Ganó la Supercopa alemana en su estreno y anotó en la jornada inicial del campeonato, algo que le dio unas alas que desde entonces no han parado de crecer hasta hacerlo absolutamente inseparable de Matt Hummels en una zaga, un dúo, que para muchos representa el de mayor solvencia y frescura del panorama europeo.

Pero tras sus primeros meses en suelo amarillo, la edad y su futuro internacional estaba en juego y era el momento concreto de elegir definitivamente su bandera. En el proceso hacia Dortmund, había disputado doce partidos con la elástica estadounidense (sólo como Sub 17 y Sub 20 incluso disputando el Mundial de la categoría) y había recibido la llamada del seleccionador bosnio (por entonces Miroslav Blazevic), para hacerle cambiar de escudo en mitad de la presión. Pero para sorpresa generalizada, el zaguero acabó dando la espalda ambas opciones y llamó él mismo a su destino. Aprovechando las raíces yugoslavas (antes de su independencia de Bosnia), Neven se dejó querer por los planes de Radomir Antic (por entonces míster de la selección) en Serbia y oficializó junto con el técnico la idea postulada. Se cerraba un capítulo más en la estresante trayectoria profesional de un jugadorazo que desconocía sus sentimientos hacia una única bandera. Hoy, su verdadero escudo buscará las semifinales de la Champions…