Borussia Dortmund: Sahin - Gundogan, sustituto sustituido

El regreso del turco abre las dudas de Jurgen Klopp

El regreso de Nuri Sahin al Borussia Dortmund en el mercado de fichajes de invierno ha abierto un pulso en la posición de mediocentro donde compite con Ilkei Gundogan. José David López no analiza el mano a mano entre los dos organizadores del Borussia Dortmund.

La selección alemana que tan buenas sensaciones dejó durante el último Mundial en Sudáfrica y que sigue alimentándose de aquellas buenas aptitudes, responde a la renovación de su fútbol en conceptos y estilismos. Trastocadas sus premisas históricas y moldeándose en torno a la capacidad y cualidad de las nuevas generaciones, Joachim Low supo entender la propuesta vanguardista y renovadora que exigían las jóvenes estrellas germanas. Ha venido explotando el gusto por la asociación ofensiva, la clarividencia en la medular y las alegrías de sus carrileros en los últimos tiempos y, lejos de retractarse, muestra orgulloso sus cartas más allá de haber frenado ligeramente las pretensiones después de decepcionar en los partidos clave que le hubieran servido para aclamar ese estilo con títulos.

Aquél renacer germano pretende reinar en un futuro cercano pero hoy, esa Alemania es un combinado formado en un gran porcentaje (mayor en las categorías inferiores y jóvenes valores) por jugadores de orígenes extranjeros, lo que también refleja perfectamente el valor social y el peso de su cultura en el fútbol ya transformado del país. Muchos de ellos tienen origen turco y dejarán a un lado sus sentimientos germanos cuando decidan dar el salto a la selección absoluta, algo que preocupa a la Federación alemana hasta el punto de estudiar posibles cláusulas previas. Estos proyectos de estrellas maman el estilo alemán, crecen bajo sus doctrinas y hasta levantan sus primeros títulos como integrantes de la Mannschaft, algo que malhumora cada vez más a sus mentores a pesar de existir excepciones. Dos de estas vertientes han conseguido trasladar esa ideología futbolística al proyecto del Borussia Dortmund, que hoy decide a diario por cuál de ellas prefiere equilibrarse: Sahin o Gundogan. Una bandera, un estilo, una camiseta pero dos nombres en un escenario donde solo puede entrar uno. La pelea atemporal del Westfalen. Los sustitutos sustituidos.

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La escuela del Borussia Dortmund, fiel defensora de la propuesta que la selección alemana desde que Jurgen Klopp se sentó en su banquillo, traspasó a sus juveniles ese estilo donde prima la clarividencia y la técnica por encima del resto de cualidades futbolísticas. Todo ello, en su justa medida y con algunos condicionantes exteriores, facilita la llegada de una nueva hornada de jóvenes que respalden con buenos resultados el éxito de tu trabajo previo durante años de entrenamiento. En esta tesitura, que logró imponerse al todopoderoso Bayern de Munoch durante dos campañas consecutivas y que sorprendió a Europa por su atrevimiento, el comandante clarividente de la medular, quien engrana cada una de las cualidades del vestuario, era Nuri Sahin. El chico de Ludenscheid pasó de ser un turco más de Renania, a adentrarse en la brillante ruleta del fútbol alemán. Con sólo doce años el Dortmund lo compró por material deportivo al Meinerzhagen, en una apuesta adolescente que iba a tener sus merecidos frutos con la paciencia necesaria (pues no en todos los clubes hubiera encontrado el mismo respaldo y tranquilidad).

Debutó en el primer equipo a los 16 años y sólo tres meses después, llegaría su primer gol. Una tarde que, para entonces, lo colocaba como una de las grandes promesas de un Mundial Sub 17 donde mostró su enorme repertorio técnico. Fue allí donde muchos lo conocimos. Ya como otomano, (pues nunca dudó entre elegir la selección alemana o la de sus padres), fue elegido tercer mejor jugador del torneo y su talento iba a servirle para sumar experiencia en su primera gran aventura exterior. Tras alguna cesión y necesario refuerzo competitivo en minutos, progresó para llegar como líder de la medular del nuevo Dortmund de Jurgen Klopp. Muy técnico, organizador definido y concreto, no demasiado recorrido pero sí mucha precisión en sus desplazamientos. Perfecto lanzador de faltas por su gran toque, superior en la lectura de situaciones durante el partido y con un carácter competidor bien inculcado durante los últimos tiempos. Elegido mejor jugador de la Bundesliga y clave para el doble reinado amarillo, salió rumbo al Real Madrid donde sus lesiones lo crucificaron, mandándolo a un Liverpool donde no se acomodó y llegando de nuevo al Westfalen este invierno.

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Sin embargo, en su trayecto, el club había moldeado nuevamente su medular ante la falta de un jugador que ocupara ese rol creativo y, aunque le costó adaptarse medio curso, cuando llegó lo hizo para quedarse. El sustituto respondía a un canon similar de capacidad técnica, salida de balón clara, equilibrio, medular y toque talentoso en una ajustada clarividencia y visión de juego. Unas premisas similares en un cuerpo de proporciones similares y de origen idéntico, pues Ilkei Gundogan refleja claramente la vertiente turca de sus antepasados aunque, al contrario que Sahin, él decidiera jugar con la selección alemana. No fue capaz de hacer olvidar al líder anterior hasta su segunda campaña, pero una vez que se asentó en los planes, tomó la relevancia y confianza justa como para no dejarse amedrentar pese al regreso de Sahin. Ahora, el otrora estrella es parte integral del banquillo, no es capaz de lograr sacar del once a su controvertido compatriota y pierde una lucha atemporal que refleja el dominio de los poderes internos del vestuario y la importancia de la confianza en un deporte donde el sustituto siempre puede ser sustituido…

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