Benfica: El aislamiento forzado de Luisao

El defensa está apartado por un episodio vivido en un amistoso

Luisao, capitán y defensa del Benfica, ha visto como esta temporada se ha convertido en un infierno a causa de un episodio vivido en un amistoso durante el pasado verano y como consecuencia de ello fue castigado con dos meses de sanción.

Analizado por muchos como un mecanismo de defensa, busca eliminar cualquier vínculo con pensamientos externos, encerrándose en un círculo íntimo, cerrado, individual, que puede llegar a la ruptura del rigor vital de quien lo padece. Esa peligrosa dinámica hacia el caos existencial es, desde el psicoanálisis, la perfecta explicación del aislamiento, cuya sucesión de ideas, fórmulas, directrices intenta explicar el porqué de ese comportamiento en los humanos. Incluso llega a definirlo como una decisión ante conflictos emocionales y amenazas, que busca separar ideas asociadas en lo cotidiano y así ejercer una separación general de lo afectivo con lo cognoscitivo. Esa falta de sociabilidad, de regularidad en el guion diario y ausencia de equilibrio tras una vida cotidianamente feliz bajo la batuta de una pelota que todo lo engloba, ha sido el difícil obstáculo a superar por Luisao, castigado a un ‘aislamiento’ forzado.

El eterno capitán del Benfica, donde acumula nada menos que nueve temporadas y más de 300 partidos, ha sido referente defensivo del club lisboeta desde entonces, convirtiéndose en un ‘intocable’ en los planes de todos los que pasaron por Da Luz. Fuerte, sobrio, seguro y tremendamente útil por su facilidad en el juego aéreo (ofensivo y defensivo), el ex internacional brasileño (hermano de Alex Silva, también defensor de Sao Paulo) superó cualquier atasco, impedimento o competencia para mantener su rol de líder jerárquico. Ese que este curso ha estado más en entredicho que nunca a raíz de una acción puntual que puso en duda su profesionalidad y que lo liquidó durante meses, poniendo en peligro la limpieza de una carrera intachable y hasta el futuro más inmediato en su carrera.

El zaguero protagonizó un incidente en un partido amistoso el pasado mes de agosto en el estadio del Fortuna Düsseldorf. Justo antes del descanso, con 0-0 en el marcador, el colegiado Chistian Fischer expulsó a Javi García (por entonces aún en el equipo portugués) por una doble amarilla prácticamente consecutiva. Luisao, cabreado como muchos de sus compañeros, llegó a la zona de la acción con fuerza y energía, llegando a contactar con el árbitro del encuentro, que en ese impacto, cayó liquidado al suelo. La supuesta agresión no sólo provocó que el agredido tuviera que ser tratado por los servicios médicos del club alemán, sino que ese empujón acabó por paralizar el partido tras veinte minutos de interrupción.

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Pero lo peor para Luisao no había hecho sino comenzar pues el presidente del Fortuna, Peter Frymuth, expresó su estupor por el comportamiento del brasileño y anunció el propósito de denunciar lo ocurrido ante la UEFA. Mientras, el Benfica, sorprendido por todo lo ocurrido, aseguró que no daban crédito a la exageración y decisión del colegiado: "Estamos incrédulos con la posición del árbitro. Ellos tiene que comprender que son los jugadores que deben de tener protagonismo". A lo que el propio Luisao se sumó después asegurando que fue “lamentable” pues “jamás hubo movimiento de agresión” solo un “intento de colocar mi cuerpo junto al de mis compañeros”. Tan seguro estaba de que aquél incidente no pasaría de lo anecdótico, que aseguraba que no temía “ningún castigo” y que seguiría “la vida de forma normal y profesional”.

Fischer presentó una queja formal ante varios estamentos futbolísticos, por lo que consideró una acción alevosa, hasta que logró que el caso acabara ante el Comité de Disciplina de la FPF (Federación Portuguesa). El castigo ascendió a dos meses de sanción (un total de diez partidos) (y una multa de 2.550 euros) que mantuvieron la incógnita sobre el futuro del central en este arranque de curso. Tras lo sucedido, acatando la decisión y sin levantar la voz, Luisao regresó hace apenas unas semanas a la actividad, ganando de nuevo la batalla competitiva y marcando la pasada semana su primer gol. Un festejo sobrio, firme y cotidiano que volvió a reflejar su estabilidad, la de un líder aislado que pretende volver a gritar en libertad pese a debilitar un currículum impoluto que quiere pasar página…

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