Derby de Roma, la historia de Astutillo Malgioglio

Jugó tanto para Lazio como para Roma, protagonizando una historia muy peculiar

Lazio y Roma se enfrentarán mañana en el Estadio Olímpico en una nueva edición de uno de los derbis más calientes del fútbol europeo, Astutillo Malgioglio defendió la portería de los dos clubes, su historia es una auténtica aventura de supervivencia.

La rivalidad entre Roma y Lazio vivió uno de sus puntos más trágicos el 28 de Octubre de 1979, jornada en la que el viejo Stadio Olimpico di Roma se vistió de luto por la muerte de un aficionado, Vincenzo Paparelli. Mecánico de profesión, tenía 33 años cuando nos dejó; su único delito fue encontrarse en el lugar equivocado durante un día de fútbol. Un cohete, lanzado desde la Curva Sud del estadio, le arrebató la vida tras recorrer de fondo a fondo casi 200 metros. El verdugo de la víctima fue un imberbe adolescente de 18 años, conocido entre los tifosi de la Roma como "Il Tzigano"; el joven estuvo un tiempo en paradero desconocido, oculto en Bérgamo por hinchas con simpatías afines a los Ultras de la Roma. Inmediatamente después del suceso, Giuseppe Wilson, el capitán de la Lazio, intenta calmar los ánimos de la Curva Nord, el lugar donde se ubican los aficionados más radicales del conjunto biancoceleste. El partido termina jugándose para evitar problemas, y los dos equipos empatan a un gol entre el silencio general de los aficionados. Es el "derby di Roma", lugar donde la afrenta es respondida y el deshonor se paga.

Astutillo Malgioglio era por aquellas fechas el portero titular del Brescia, club que terminaría ascendiendo a la serie A a final de temporada; su lucha diaria era distinta a la que se vivía en la capital de Italia. Malgioglio disfruta de la titularidad, se siente importante en un conjunto muy cercano geográficamente a su Piacenza natal, y al mismo tiempo desarrolla otras inquietudes. Astutillo Malgioglio pasará a la historia por jugar años más tarde en los dos clubes de Roma, aunque sus actuaciones en la portería no serán especialmente recordadas. Su aventura personal es muy curiosa y particular; una vida entre la hazaña, el riesgo y la valentía. Malgioglio y los aficionados del Lazio vivirán un frente a frente que pasará a la historia del fútbol italiano.

Astutillo llega a la Roma en la temporada 1983-84, tenía 25 años. Sus expectativas son las de disputar la titularidad en la portería del equipo a Franco Tancredi, pero no llegará nunca a ser importante con los Giallorossi. Aquel año, la Roma jugaría la final de la Copa de Europa en su propio estadio, pero él no disputará ni un minuto en la competición.

Si el Olímpico de Roma había vivido en sus entrañas la muerte tangible y real del aficionado Vincenzo Paparelli cinco años atrás, en Mayo de 1984 sufriría una derrota deportiva que colapsó por completo el sistema emocional de los tifosi del equipo. El Liverpool se llevó la copa en una final de porteros, donde Tancredi y Bruce Grobbelaar jugaron con la fuerza mental, ganando el mítico cancerbero nacido en Sudáfrica. Aquella final dejó secuelas permanentes en la mente de todos los futbolistas de la Roma, Astutillo Malgioglio estaba en el campo como portero suplente del equipo derrotado. La AS Roma nunca tuvo posibilidad de jugar una nueva final, pero el hecho trágico y que convirtió todavía en menos digerible el resultado del partido, llegaría justo diez años más tarde, con el suicidio del gran Agostino Di Bartolomei. El 30 de Mayo es la fecha maldita para cualquier seguidor de la Roma.

[video:http://www.youtube.com/watch?v=A2WCKXICGd0]

Lejos de la disparatada pasión futbolística, del fervor popular y la jerarquía de clases instalada, Astutillo Malgioglio se había convertido en un jugador especial gracias a una ambición personal que transcurría fuera de los terrenos de juego. Tras visitar un hospital de afectados por la distrofia muscular siendo muy joven, dedicó gran parte de su sueldo como futbolista para construir un hospital-gimnasio en el que los enfermos (muchos de ellos niños) de su ciudad, Piacenza, pudieran recuperarse de sus lesiones. La figura de Malgioglio se encontraba muy lejos de la del portero excéntrico, orgulloso de sus locuras y fan de lo extravagante. En la época en la que todavía no había aterrizado en la Roma, y por tanto, no podía acceder a los millonarios contratos que después se encontraría, Astutillo Malgioglio dedicaba sus veranos a ayudar en su empresa extra-futbolística. Su labor humana será reconocida, pero pronto, muy pronto, le hará también pasar el peor trago de su vida.

Terminada la temporada 1984-85, Malgioglio recibe una oportunidad donde poder jugar y disfrutar de minutos. Su etapa en la Roma, donde siempre fue suplente excepto en el verano de 1984, cuando Tancredi fue convocado por la selección italiana para disputar los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, parece terminada. Luigi Simoni, un técnico con relativa experiencia, le reclama para defender otra vez una portería como titular. Existen dos problemas, uno es que Astutillo tendrá que volver a la serie B, y el otro, es que el equipo que le va a firmar es nada menos que la Lazio, el gran rival de la ciudad Eterna. El club seguía siendo un polvorín, hundido en la segunda división italiana y presidido por Giorgio Chinaglia.

La Lazio seguía inmerso en una lista de escándalos y problemas que encendían todavía más a sus aficionados, entre ellos los Eagles Supporters, un grupo que se había organizado a partir de la muerte de Paparelli y que mandaba en la Curva Nord. Ellos no perdonan ni olvidan, y siempre sintieron devoción por futbolistas que lanzaban un guiño a sus movimientos, que no reprochaban ni censuraban la dictadura en la que se convirtieron sus actos. A la Curva Nord no le gustaban los jugadores de la Roma, y por extensión, nunca simpatizó con un futbolista llegado de la cultura Giallorossa.

El equipo comienza muy fuerte la temporada 1985-86. Parece que el retorno a la serie A se producirá sin problema. Malgioglio es el portero titular, pero al contrario de lo que ocurría en la Roma, donde sus actividades en la lucha por la rehabilitación de los niños enfermos eran apoyadas e incluso se cedían las instalaciones, los fans radicales de la Lazio comienzan a dudar de su compromiso con el fútbol. El equipo inicia una crisis deportiva que le conduce a la mitad de la tabla. Astutillo Malgioglio se encuentra en el ojo del huracán. Nunca faltó a una sesión de entrenamiento, no se mostró grosero con los fans, y sus errores en el campo se deben exclusivamente a actuaciones poco afortunadas bajo los tres palos, pero el entorno del club no opina lo mismo.

El 9 de Marzo de 1986, la Lazio recibe al Vicenza, solo sirve ganar si se quieren apurar las últimas opciones de ascenso. El encuentro se complica, y el portero local comienza a fallar una y otra vez. La grada del Olímpico de Roma estalla contra Malgioglio, y mucho más cuando se confirma la derrota por tres goles a cuatro. Gritos contra su persona, abucheos cada vez que se acerca a la pelota, pero una pancarta que aparece en la esquina del estadio atraviesa el corazón de Astutillo: "Vuelve con tus monstruos" (hecho que nunca ha sido contrastado, aunque el portero defiende que sí sucedió).

[video:http://www.youtube.com/watch?v=C_GZSfGLnZ0]

La escena es terrible, Malgioglio se quita la camiseta antes de abandonar el campo, la escupe y pisotea. Su relación con la Lazio queda completamente rota, y en ese mismo momento termina de firmar un pacto de muerte con la Curva Nord. Años más tarde, Balotelli hizo algo similar con la zamarra del Inter, pero ni la situación era la misma, ni los razonamientos de Supermario pueden ser equiparados jamás a las justificaciones de Malgioglio.

"Lo que más me duele no fueron las cosas malas sobre mí, sino la falta total de respeto, solidaridad y poca compasión por los niños desafortunados, las caras de los padres al llegar a Piacenza...". Malgioglio decidió colgar las botas, pero pronto volvería a su lugar natural: el puesto de suplente de un gran equipo, en este caso el Inter de Milán.

Los fanáticos del fútbol no olvidan, y así se demostró el 4 de Marzo de 1990. Habían pasado unos cuantos años desde el incidente de la pancarta, y varias cosas habían cambiado; la Lazio ya jugaba en serie A, su campo momentáneo era el Stadio Flaminio (el viejo Olímpico se encontraba en fase de reconstrucción), los hinchas locales se habían reunido en torno a un nuego grupo, los Irriducibili, y sobre el terreno de juego ya se encontraba un joven de solo 21 años llamado Paolo Di Canio. La lesión del portero titular del Inter, Walter Zenga, obligó a Giovanni Trapattoni a dar la titularidad al ya veterano Astutillo Malgioglio en el Lazio-Inter. El futbolista temía la reacción del público, e incluso admitió que se equivocó en su momento. Pero el tribunal formado por los aficionados laziales emitió su veredicto; tajante, categórico e impasible a cualquier perdón.

Astutillo Malgioglio perdió aquel partido, y más tarde siguió con su lucha particular en la asociación que él mismo había fundado muchos años atrás. Terminó cerrando la puerta en 2001 por falta de fondos, su gimnasio de rehabilitación no pudo resistir, según él, por la insensibilidad de la sociedad. La historia de Malgioglio quedó ligada a los dos grandes clubes de Roma en los años ochenta. Su lucha personal fue censurada por los aficionados más radicales de la Lazio, pero sin duda, su paso por el gran rival de la ciudad entorpeció la aventura de Malgioglio.

Artículos destacados

Comentarios recientes