El fútbol abandona a Dani Parejo

El centrocampista se encuentra en franca decadencia y saldrá del Valencia en verano

Daniel Parejo se encuentra sumergido en una profunda decadencia que le ha llevado de ser uno de los jugadores más cotizados del país a uno prescindible en cuestión de año y medio. El fútbol ha abandonado a Dani Parejo desde que llegó a Valencia y nos analiza su declive Francisco Ortí.

"Tengo problemas personales muy jodidos", confesó Dani Parejo en rueda de prensa. Era el grito de socorro de alguien que creía haber tocado fondo. Deportivamente, su rendimiento se había estrellado durante una temporada miserable. En lo personal, tampoco le iba mucho mejor. La relación con su novia acababa de romperse, sufría envenenados coqueteos con la vida nocturna y la noche previa a su escarnio propio había sido detenido por conducir borracho, triplicando la tasa de alcohol permitida. Dani Parejo estaba en lo cierto. En efecto, había tocado fondo. Pidió perdón, aseguró que no volvería a pasar. Mentía. Parejo continúa anclado al momento más bajo de su carrera y no da la sensación de que vaya a poder fugarse para encontrar el camino de vuelta.

El primer paso para solucionar un problema es detectarlo y Dani Parejo lo hizo, pero jamás ha dado el segundo paso. Desde que el pasado 4 de mayo el centrocampista del Valencia asumiera haber tocado fondo continúa revolcándose en los mismos problemas, incurriendo en los mismos errores y mostrándose intrascendente sobre el terreno de juego. Por incapacidad, cobardía o indolencia, Parejo se encuentra exactamente en el mismo punto que aquel 4 de mayo. Nada ha cambiado desde entonces, consumándose una decadencia que ha transformado al que un día fuera el 'niño mimado' de Alfredo Di Stefano y joya de la cantera del Real Madrid en un jugador al que le ha abandonado el fútbol.

El detonante de su ocaso se encuentra en el preciso momento en el que pisó por primera vez Mestalla. El Valencia, carente de centrocampista capaz de manejar los hilos del equipo, pagó seis millones de euros por su fichaje durante el verano del 2011. En aquel momento Éver Banega tenía colgado el cartel de transferible y Parejo llegaba para asumir el rol de líder del equipo, algo para lo que ya había demostrado tener capacidad de sobra en el Getafe. Sin embargo, no convenció su rendimiento durante la pretemporada y Banega acabó adelantándole en las preferencias de Unai Emery. El argentino comenzó el curso como titular, mientras que Parejo alternaba presencias en la grada con presencias en los partidos más importantes. Su impacto para el Valencia era el mismo en cualquiera de los dos casos: nulo. Pasaba inadvertido. Sus estadísticas así lo revelan.

Algo sucedía con Dani Parejo, pero no se sabía qué. En principio, como es habitual en Mestalla y más con Unai Emery, se echó la culpa al entrenador. Se decía que Emery le confundía con sus rotaciones, que necesitaba continuidad, que no jugaba en su posición ideal, que tenía que actuar unos metros adelantados. Cualquiera excusa era buena para justificar una inversión de seis millones de euros en un club endeudado. Ninguna, sin embargo, resultó estar en lo cierto. Unai Emery probó a darle continuidad y no funcionó. Le alineó en partidos menos y tampoco sirvió de nada. Lo situó como mediapunta y el rendimiento era el mismo. Parejo ya no tenía fútbol ni parecía quererlo.

El verdadero mal de Parejo no se encontraba en lo futbolístico, sino en lo anímico, en su vida privada. "Le gusta salir bastante y tomarse unas copas" -explica Aroa Martínez, ex novia de Parejo- "Con él yo más que de novia hice de madre. Estaba pendiente de su dieta, de que no probara una gota de alcohol". Ahí puede encerrarse el origen de la degeneración de Dani Parejo. Sin Aroa llegó el descontrol y sin control perdió el fútbol que un día le permitió conquistar hasta al propio Don Alfredo Di Stéfano. Parejo es rehén de sus problemas y no tiene plan de fuga. Sus últimos partidos con el Valencia ratificaron que la situación es incluso peor de lo que se intuyó durante le pasado curso. A causa de las ausencias por lesión de Fernando Gago, Éver Banega y Sergio Canales, Pellegrino se vio obligado a darle galones a Parejo y para el Valencia ha sido como actuar como un jugador menos.

Frente al Deportivo de la Coruña saltó al terreno de juego con 2-0 a favor y el partido acabó 3-3. Ante Barcelona y Bayern de Munich su concurso fue insignificante y frente al Celta de Vigo y Mallorca se vio ampliamente superado por Borja Oubiña, Álex López y Tomás Pina. Si a Parejo todavía le quedaba algo de crédito lo ha perdido definitivamente durante éste mes de septiembre. El Valencia necesitó el fútbol de Parejo, y Parejo no lo tenía. Se confirma así la oscura decadencia de un talento privilegiado convertido en juguete roto y que, probablemente, abandonará Mestalla en el próximo mercado de invierno. Le vendrá bien cambiar de aires, cambiar de lugar. Tal vez así encuentre el camino de vuelta. Tal vez así encuentre su fútbol de nuevo.

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