Los accidentes de los futbolistas con sus coches

Los futbolistas son capaces de hacer cualquier genialidad con el balón en los pies pero cuando se trata de ponerse delante de un volante y conducir la realidad suele ser diferente. No son pocos los casos de jugadores que han tenido algún percance con sus coches. Algunos quedan en anécdotas curiosas, otros en sustos que desembocan en lesiones y, en el peor de los casos, hay quienes acaban perdiendo su vida.

Hace algunas semanas Éver Banega era noticia por un accidente con su recién comprado Ferrari. Tan solo unas horas después de tenerlo en su poder, y cuando se dirigía al entrenamiento de su equipo, ardió por completo en la última curva del camino que da acceso a la ciudad deportiva del Valencia, propagándose a los árboles y matorrales cercanos a la carretera. El argentino no sufrió ningún tipo de herida puesto que al ver a través de su espejo retrovisor que salía humo de la parte trasera, decidió detenerlo y salir del mismo para buscar ayuda. No se trata de un hecho aislado en la vida de Banega ya que en el pasado mes de enero cuando se disponía a echar gasolina a su Audi R8 olvidó ponerle el freno de mano. Con la leve pendiente que existía fue inevitable parar el coche que había comenzado a desplazarse solo y se produjo el consecuente atropello, que le costó una fractura de tibia y peroné que le ha apartado durante meses de los terrenos de juego.

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Tampoco es el primer valencianista que se ve envuelto en un accidente con su coche. Ricardo Costa salió ileso al perder el control de su vehículo y chocar contra una valla metálica. Acababa de abandonar la ciudad deportiva en su Ferrari cuando comenzó a patinarle sin que otros coches se vieran involucrados. El jugador salió ileso, al igual que su compañero Joaquín que vivió una experiencia recordada como anécdota a lo largo de los años, cuando llegó tarde a un entrenamiento después de vacaciones porque su Ferrari no le arrancaba. El caso del portugués Miguel Brito es diferente. Atropelló a dos ancianas en un paso de cebra cuando intentaba esquivar a una furgoneta que había frenado bruscamente, aunque no sufrieron lesiones de gravedad.

Su compatriota, Cristiano Ronaldo, chocó contra un muro en 2009 en un túnel cercano al aeropuerto de Manchester. Aunque su Ferrari, valorado en más de 160.000 euros, quedó prácticamente destrozado el actual jugador del Real Madrid salió ileso. Hace justo un año, tres familiares suyos y el agente Jorge Mendes sufrieron un accidente en Madrid en el que tampoco hubo heridos de gravedad. Los que necesitaron asistencia en centro sanitario no tuvieron que ser hospitalizados. El automóvil que ocupaban el representante de Ronaldo, dos cuñados suyos y el compañero de su madre, volcó en una curva sin que en un primer momento se pudieran conocer las causas.

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Benzema pasó por una época en la que era propenso a ser noticia por sus tropiezos conduciendo. En 2009, el delantero francés sufrió dos accidentes con aproximadamente un mes de diferencia entre ambos. El primero fue un leve accidente de tráfico sin consecuencias tras estrellar su coche cuando circulaba a poca velocidad por su urbanización sin que hubiera que lamentar daños físicos. Pocas semanas después, el delantero francés del Real Madrid se vio involucrado este jueves en un accidente leve en la isla Reunión, al este de Magadascar, donde estaba disfrutando de sus vacaciones de Navidad junto con el cantante de rap Rhoff. Ninguno de los dos sufrió daños y en un primer momento no se supo bien quién era el que conducía. Según informó la policía, el suceso se produjo cuando Benzema y su amigo regresaban al Grand Hotel du Lagon después de celebrar su cumpleaños.

Rocambolesca es la historia de Drenthe. En 2007, se desorientó al salir de la M30 y chocó su Audi Q7 con un coche de policía. Tanto él como sus tres acompañantes resultaron ilesos y el control de alcoholemia al que se sometió dio negativo. Tres años más tarde, volvió a sufrir otro incidente al ser sancionado por la Policía por circular a más de 160 km/h y saltarse seis semáforos en Alicante cuando estaba cedido por el Real Madrid en el Hércules. El holandés pidió disculpas públicamente por su error ya que insultó gravemente a los policías que le detuvieron e incluso llegó a amenazarles. Además, declaró que aceptaría la sanción que el club estimase oportuna por estar en la calle a esas horas de la noche.

En 2010, José María Gutiérrez 'Guti' sufrió un accidente en Estambul al chocar contra un autobús a altas horas de la madrugada, después de estar celebrando en una discoteca el triunfo de su equipo aquella tarde. Tras el pertinente control de alcoholemia, el jugador dio positivo quintuplicando la tasa máxima permitida en Turquía. Es decir, un nivel de alcohol de 2,71 cuando el límite está en 0,5. Al ser la primera infracción cometida y no haber heridos quedó en una multa que rondaba los 280 euros (547 libras turcas) y la retirada de carnet durante seis meses.

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Los blaugranas Gerard Piqué y Cesc Fábregas también tuvieron sus más y sus menos al volante. El pasado mes de enero, el central del FC Barcelona fue embestido por un autobús que circulaba por su carril y que se encontró con el vehículo del jugador. Los daños solo fueron materiales, llevándose la puerta la peor parte. Piqué se disponía a reunirse con el resto de la plantilla que debía viajar a Alemania, por lo que tras rellenar el parte para la compañía de seguros, estacionó el coche y se dirigió al punto de encuentro en taxi. Por parte de Cesc, el accidente se produjo cerca del lugar de entrenamiento cuando era jugador del Arsenal. Solo fue un pequeño golpe sin importancia como él mismo se apresuró a indicar a través de su cuenta de Twitter para evitar los rumores de la afición.

Peor suerte tuvo Dennis Marshall a sus 26 años. Se estrelló contra un camión en el Caribe lo que llevó a que el jugador del Aalborg danés muriese. Un poco mejor parado salió Darío Silva en la Rambla de Montevideo. Su coche volcó y le provocó diversas fracturas, sobre todo en su pierna derecha cuyas lesiones fueron de tal importancia que los médicos tuvieron que inducirle al coma y amputarle su pierna, lo que provocó que tuviera que abandonar el fútbol.

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La lista de accidentados no es corta. El centrocampista argentino Diego Buonanotte, cuando era jugador del River Plate, fue ingresado de gravedad en un hospital de la provincia de Santa Fe tras sufrir un accidente automovilístico en el murieron las tres personas que le acompañaban. Hugo Campagnaro también estuvo involucrado en un choque en el que murieron tres personas que iban con él en el automóvil. Lukas Podolski chocó con otro coche en el que iba una familia de tres personas cuando se disponía a acudir a su lugar de entrenamiento. El jugador alemán salió ileso, al igual que John Terry cuando se vio envuelto en un accidente a las afueras de Stamford Bridge tras disputar un partido de Champions contra el Inter de Milán en el que un oficial de seguridad de la entidad sufrió una fractura en una pierna. Mario Balotelli, uno de los futbolistas más polémicos del momento, a sus 21 años colisionó con otro vehículo en pleno centro de Manchester en la misma temporada que salieron a la luz diversas actuaciones polémicas y comprometidas del italiano. Bojan Krkic, Samuel Eto’o, Di María, José Ángel, Andriy Shevchenko o Andrei Arshavin suman más casos de accidentes de coches sin que hayan tenido consecuencias mayores.

David Beckham fue acusado de conducción temeraria cuando iba con su hijo Brooklyn en coche y chocaron contra la parte trasera de otro en una de las autopistas con más tráfico de Los Ángeles. Las acusaciones por parte de algunos de los testigos aseguraban que el jugador superaba el límite de velocidad y se había saltado algunas normas de tráfico. Mariano Pernía se salió de su carril y chocó contra una alcantarilla quedando atrapado en su automóvil hasta que los bomberos pudieron rescatarlo tras más de cuarenta minutos. Junto a él viajaban su hija de cuatro años y un sobrino que resultaron ilesos. Sin embargo, el futbolista sufrió traumatismos de cráneo y cuello, fractura de clavícula y la quinta vértebra cervical y un neumotórax en el pulmón izquierdo.

Sobrecogedora es la historia de los ocho futbolistas de un equipo de fútbol togolés, el Étoile Filante, que fallecieron cuando viajaban en autobús porque el conductor perdió el control lo que propició que el vehículo diera varias vueltas de campana, saliera de la carretera y comenzase a arder. La mayoría perdió su vida en el acto. Otros no pudieron salvarse por la gravedad de las heridas. Además, otras trece personas (futbolistas y dirigentes) fueron trasladadas al hospital con diversas complicaciones.

Por último, Marcos Alonso Mendoza estuvo a disposición judicial por un delito de homicidio imprudente, tres de lesiones, alcoholemia y otro contra la seguridad vial al sufrir un accidente de tráfico que se saldó con la muerte de una persona por un traumatismo craneoencefálico. Tras ir a declarar al Juzgado de Instrucción número cuatro de Madrid fue puesto en libertad porque debido a las acusaciones era imposible realizar un juicio rápido. Sí que le impusieron dos medidas cautelares como retirársele el permiso de conducir y la prohibición de circular en el territorio nacional. En el accidente estuvo presente otro jugador, el excanterano del Real Madrid, Jaime Navarro.

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Viendo la cantidad de incidentes surgidos a raíz de que un futbolista se ponga al volante y dado que en ocasiones influye en su carrera profesional por derivar en lesiones, ¿no sería conveniente que los clubes introdujeran una cláusula que les obligue a alejarse de los coches? Al menos, con algunos jugadores como Éver Banega deberían pensárselo.