Familias del fútbol: Cruyff, una apellido sinónimo de filosofía

Repasamos un apellido que ha marcado al Barcelona y al fútbol de Holanda

Continuamos con nuestro repaso a las Familias del Fútbol y la siguiente dinastía que pasa por Fútbol Primera.es es la de los Cruyff, un apellido que ha marcado la historia del fútbol en Holanda y el Barcelona. De la mano de Montse García descubrimos el apellido que Johan llevó a lo más alto y se convirtió en una carga para Jordi.

Hay ocasiones en las que un apellido puede ser un lastre que ahoga y, otras, en las que puede ser una llave que abre puertas. Apellidarse Cruyff es sinónimo de una familia en la que desde el abuelo al nieto viven por y para el fútbol, aunque las trayectorias de cada miembro diverjan entre sí. Johan Cruyff puso el listón bastante alto puesto que no es fácil igualar sus registros obtenidos como jugador ni tener la repercusión que él tuvo en el fútbol moderno como entrenador.

A estas alturas, el currículum de Johan es conocido por todos. Nació en Amsterdam en 1947 en el seno de una familia modesta. Con tan solo diez años se incorporó al Ajax, al que estuvo ligado dieciséis años. Durante ese período obtuvo seis títulos de Liga y tres copas de Europa. En una época en la que no existía la afluencia de extranjeros a nuestro país, Johan fue fichado por el FC Barcelona en 1973. Hasta su marcha, en 1978, engrosó su palmarés colectivo con la Liga de 1974 y, de manera individual, fue escogido como el mejor futbolista europeo en 1973 y 1974 – galardón que ya había obtenido con anterioridad en 1971- y mejor jugador del Mundial del 74 con Holanda. Tras un par de temporadas jugando en la liga estadounidense regresó a España en 1981 como jugador del Levante. Su final vestido de corto se acercaba, de ahí que emigrase a su tierra natal para enfundarse la camiseta del Ajax de Amsterdam y el Feyenoord, donde colgaría las botas en 1984.

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Si hay algo por lo que destaca Cruyff es por su paso por la selección de la que fue líder indiscutible en 1974. La naranja mecánica llevaba su ADN y se convirtió en subcampeona del Mundo gracias a su contundencia y fútbol espectacular. El sistema de juego era una prolongación del que empleaba el Ajax gracias a un físico aplastante, intercambio de posiciones, velocidad y juego ofensivo que recibió el nombre de ‘fútbol total’. No solo se trataba de la estrategia empleada, las piezas elegidas para llevarla a cabo (Van Hanegen, Rep, Neeskens, Krol) propiciaron que fuera aún más espectacular. El sistema solo tenía un leve defecto que les costaría caro: no fue suficiente para derrotar a los alemanes en la final.

Una vez retirado decidió seguir vinculado al fútbol desde el banquillo. Como entrador tuvo la ocurrencia de jugar con tres zagueros y con dos extremos bien pegados a la banda. Un sistema que se fundamentaba en un centro del campo bien poblado donde se exigía jugar al primer toque y donde había siempre libertad para atacar. Indiferente ante las críticas que lo tachaban de temerario, fue defensor de la técnica individual al servicio del fútbol colectivo y vistoso, confiado de sus convicciones y de su ideario, fue coleccionando victorias sin renunciar a una apuesta romántica y atrevida. Todos los jugadores que actuaron a sus órdenes, incluidos aquellos con los que mantuvo diferencias, suelen declarar que es el mejor entrenador que tuvieron y del que más aprendieron. Sin lugar a dudas, es el hombre que cambió la historia del FC Barcelona y sembró la semilla cuyos frutos aún pueden reconocerse en el fútbol español.

Al igual que hiciera como jugador, inició su carrera como entrenador en el Ajax de Amsterdam donde conseguiría la Recopa (1987) y dos Copas (1986 y 1987). Sería solo un aperitivo de lo que vendría como técnico del FC Barcelona gracias a José Luis Núñez. Desde 1988 hasta 1996 tatuó a fuego lento todos sus conocimientos mientras esculpía una seña de identidad propia al equipo. Los resultados no se hicieron esperar y logró cuatro ligas consecutivas y una Copa de Europa. Había nacido el Dream Team y, con él, una de las épocas más gloriosas para el barcelonismo que influiría en el éxito del presente. Como todo sueño, existe un final, y el de Johan acabó con despido improcedente cuando la directiva decidió cesarlo por mala gestión, aunque para la afición seguía siendo su ídolo.

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Fuera de los terrenos, decidió crear la Universidad Johan Cruyff en 1998 dedicada a impartir estudios de administración y gestión de entidades deportivas, recibió homenajes por parte del Barça y del Ajax además de ejercer como asesor de la UEFA. En 2009 dirigió la selección catalana y en 2010 Presidente de Honor del FC Barcelona.

Johan además es el padre de Jordi Cruyff cuya carrera, comparada con la de su progenitor, es bastante discreta. Desde su nacimiento ha tenido que lidiar con el cartel de “hijo de”, al que se le exigía desde el primer momento repetir las genialidades de su padre. Debutó en el FC Barcelona en 1994 cuando Johann estaba en el banquillo blaugrana. Las lesiones impidieron que su carrera fuera a más aunque logró ganar una Liga y Supercopa de España pero la salida del técnico del club propició que él también tuviera que cambiar de equipo. Del Barça al Manchester United donde Ferguson ejerció de segundo padre y logró dos ligas, dos FA Cups y una Intercontinental. De Inglaterra a España para jugar en el Celta de Vigo, Alavés, Espanyol, Metalurg y Valetta FC de Malta.

Posiblemente sus mejores recuerdos como jugador proceden de su época en el Alavés, sobre todo cuando en 2001 el equipo llegó a la final de la UEFA en la que anotó el 4-4 que dio paso a la prórroga. El destino quiso privar al club vitoriano del título que se llevaría el Liverpool al hacer el 5-4. Como futbolista se inició como atacante pero con el paso de los años acabó retrasando su posición hasta ejercer de defensa central. Jordi es el claro ejemplo de que la figura de su padre, una leyenda viva del fútbol, puede pesar. En sus inicios apuntaba a igualarle por su calidad, su habilidad y rapidez, así como su olfato de gol. Quizás si las lesiones le hubieran respetado, habría gozado de la continuidad de la titularidad para desplegar su talento. Además del fútbol, creó su propia marca de ropa: Cruyff y protagonizó un conocido anuncio de pinturas junto a su padre.

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A los Cruyff, padre e hijo, hay que añadir un tercer miembro: José Mariano Angoy, el yerno. Nacido en Zaragoza e incorporado a las categorías inferiores del FC Barceona a mediados de los ochenta. Tras un año de cesión en el Logroñés regresó a la ciudad condal donde Luis Alberto era el portero titular por lo que bajó al filial que se ubicaba en Segunda. Sería en la temporada 1994-95 cuando diera el salto al primer equipo. Justo en ese momento se uniría a la hija de Cruyff lo que le proporcionó la cruz de ser el ‘yernísimo’. Con Busquets como dueño de la portería, Angoy solo pudo ejercer de portero del Barça en nueve ocasiones durante dos años. La salida del club le llevó al Córdoba e incluso a jugar al fútbol americano pero, finalmente, decidió colgar los guantes jugando para el Europa, club en el que se quedaría como entrenador de porteros.

La dinastía de los Cruyff continúa dando sus frutos con el nieto de Johann e hijo de Angoy. Como lateral izquierdo inició su formación en la cantera del Barça a la que estuvo ligado hasta la edad de juveniles. A partir de ese momento inició su viaje a Inglaterra pasando a ser jugador del Wigan de Roberto Martínez. El tercer miembro de esta generación tiene aún por delante toda una carrera para demostrar que los genes de Johan y su maestría para el fútbol permanecen intactos.

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