Serie A 2012-2013: ‘Italianadas’ en busca de redención

Los problemas continúan lastrando al fútbol italiano

La Serie A de Italia 2012-2013 arranca este fin de semana con la polémica de Antonio Conte, la Juventus de Turín buscando revalidar el título, y el Milan y el Inter buscando reverdecer laureles.

Desde que un día observé como el cine rodaba material ‘extra’ para añadir a sus películas en un descarado intento de ‘italianizar’ a personajes globales, entendí que los españoles no estábamos a la vanguardia en extravagancia europea. Italia, ese país en el que todo español se encuentra como en casa (sea por la moda, el calor, el ristretto o las pizzas), vive una situación extremadamente similar a la española en estos días de insolvencia financiera, lo que aún incrementa más si cabe esa cohesión de sensaciones entre vecinos mediterráneos. Uno puede disfrutar del fresco invierno norteño, de la singular sociedad sureña y hasta de una capital donde los mensajes políticos torpedean a diario sin estabilidad. Demasiadas comparaciones exactas entre dos países donde el fútbol, otrora espectáculo y dominador continental, parece abocado al ostracismo ante la fuerza de su ‘profesionalizados vecinos’ ingleses y alemanes.

Así como en España se modifican cuestiones cuanto menos debatibles para un deporte rey que ha alcanzado su éxtasis internacional con la selección pero que es consciente de una mediocre organización y estabilidad económica (horarios vergonzosos en sus partidos, venta de jugadores importantes al extranjero, incapacidad de renovar plantillas y pérdida de identidad que equilibre el campeonato), Italia analiza sus propios errores y crea respuestas con conclusiones igualmente impactantes. ‘Italianadas’ buscando redención en un año clave para bien y para mal.

Han rearmado el formato de jugadores convocados hasta introducir un total de doce jugadores en el banquillo (nueve en el resto), viven un nuevo escándalo con apuestas-jugadores-técnicos de por medio, siguen intercambiándose jugadores entre clubes poderosos de manera sorprendente y, desde luego, reinventan cada verano las cábalas y tratos con porcentajes, cesiones, recuperaciones y hasta varios clubes metidos en la ficha de un mismo jugador. Todo, por minimizar el impacto de la fuga de estrellas, la incapacidad para rearmarse y la pérdida de recursos para mantener su identidad. ‘Italianadas’ buscando redención en un año clave para bien y para mal.

Porque Italia debe ser uno de los pocos epicentros futbolísticos de máximo nivel que es capaz de culpar a un entrenador por ser conocedor de prácticas ilegales entrenando a un club hace unos años y no haber avisado de ellos. No valoro el atrevimiento de la justicia en introducir su mano como veredicto determinante para un nuevo escándalo en el fútbol italiano, sino que lo aplaudo porque es uno de los pocos escenarios donde sí se proyectan este tipo de medidas. Lo que chirría y hasta se convierte en una burla, es que ese mismo equipo (Siena), no reciba sanción alguna cuando a su propio entrenador durante esa época ajusticiada (Antonio Conte, ahora míster de la Juventus), se le suspende de sus tareas diez meses. Por supuesto, ni rastro tampoco de pena o castigo sobre los clubes a los que teóricamente ‘manipuló’ para beneficio propio.

Una nueva prueba de los intentos por ampliar la capacidad de sus clubes para maniobrar en el mercado y dar cabida a la enorme cantidad de jugadores que manejan cada campaña (la Serie A es con mucha diferencia el campeonato europeo de primer nivel que más jugadores tiene por plantilla y que más canteranos nacionales-extranjeros entromete en sus traspasos), se ha reflejado esta semana cuando la Federación Italiana de Fútbol (FIGC), acogió la decisión de permitir una mayor cantidad de suplentes por equipo, aceptando así un pedido de la Liga de primera división impulsado por su presidente, Maurizio Beretta. Desde este fin de semana, los técnicos de cada equipo deberán entregarle al árbitro la lista de 23 convocados antes de cada partido (también en Coppa Italia, Supercoppa de Italia y divisiones inferiores).

Seguirán siendo tres los cambios permitidos pero los técnicos tendrán más opciones para elegir a la hora de hacer reemplazos y, sobre todo, ocultando el verdadero problema, se da entrada en los planes a muchos jugadores que seguramente quedarían sin ficha. El mítico Zdenek Zeman, conocedor de cada problema en el fútbol italiano, asegura que “le sobra con 18 jugadores” mientras uno de los elementos polémicos del universo azzurri, el presidente del Palermo, Maurizio Zamparini, tiene una visión mucho más alejada de lo deportivo ya que así al menos conseguirán “evitar tener jugadores frustrados en el plantel". Eso sí, no es obligatorio y, pese a tener la aprobación previa de la International Board, la realidad más estricta es que ante el exceso de jugadores y la falta de opciones para colocarlos en un verano sin soluciones financieras, la medida sí ayudará a distender planteles con muchos integrantes (Inter, Bolonia, Catania, Chievo y Pescara tienen ahora mismo hasta 31 jugadores).

Y eso que la Serie A hace años que sorprende con su descarada estrategia comercial y su agresiva funcionalidad mercantil. Tanto en verano como en invierno, las dos épocas donde los fichajes quedan a plena disposición, Italia ocupa un lugar referencial y, por desgracia, no debido a las estrellas que llegan a sus estadios. Sin embargo, agudizaron el ingenio, estiraron la legalidad, ajustaron en exceso los límites de la justicia y encontraron aliados constantes para esconder sus ‘pecados’ entre las ropas sucias del ‘vecino’ con el que tienen aún cuentas pendientes. Un absoluto organigrama de astucia, quebradero empresarial y lógica fronteriza entre lo absurdo y lo rematadamente ‘trillado’ de sus decisiones. Una de esas muestras llega siempre en el trasvase de jugadores entre clubes gigantes que, a su vez, no sólo son rivales históricos, sino que pelearán a lo largo del curso por los mismos objetivos. Milan e Inter, enemigos en el Derby della Madonnina y rivales irreconciliables, no lo son en los despachos. Hay más de 25 casos de traspasos o cesiones entre ellos en los últimos 15 años, siendo el último un singular Cassano+7 millones de euros por Pazzini (digo curioso porque se valora más un internacional titular con Italia que uno no habitual).

Y todo, por mantener la competición a salvo a nivel nacional, consciente de que su renovación se alarga peligrosamente y de que su nivel competitivo decae curso tras curso ante la transformación de un fútbol que les supera en pretensiones. ‘Spain in different’ pero Italia vive anclada en sus propias teorías, las que hunden a un fútbol más necesitado que nunca de conceptos renovados. Mientras, soluciones quiméricas para episodios temporales. ‘Italianadas’ en busca de la redención.

LA TABLA CON LAS ALTAS Y LAS BAJAS DE LA SERIE A 2012-2013

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