El suspenso de Cristiano Ronaldo

Los grandes astros del mundo fútbol son jugadores citados con el destino, ante grandes encuentros de primer nivel en los que llegan como principales puntos de atención. Deportistas que deben acostumbrarse a la presión mediática, a la presión por el liderazgo que suelen suponer en sus respectivos clubes.

Un claro ejemplo de contínuo poder mediático, tanto dentro como fuera de los terrenos de juego, es Cristiano Ronaldo. Considerado uno de los dos mejores jugadores del planeta, el jugador portugués del Real Madrid, ha visto como una temporada que podía haber acabado de forma brillante con el título liguero conseguido con el conjunto blanco se ha ido a pique, ha acabado traduciéndose en una campaña negativa, o al menos no tan positiva como presuponía.

La EURO 2012 se presentaba como su gran prueba de fuego de cara al próximo Balón de Oro. Los orígenes argentino de Leo Messi le privaban de disputar el campeonato europeo, lo que se convertía en una oportunidad única para el crack luso. Su imagen era perseguida por numerosos focos, flashes, periodistas, aficionados y demás factores que forman el mundo del fútbol, y cualquiera de sus movimientos eran analizados, juzgados.

Sus dos primeros encuentros en la Eurocopa de Polonia y Ucrania fueron nulos a nivel individual, incluso con cierto carácter negativo, ya que sumó varios errores claros que comenzaron a hacer crecer su entorno más crítico. Sin embargo, dos goles frente a Holanda daban la clasificación a los suyos y días más tarde, frente a la República Checa, otro cabezazo suyo daba el pase a Portugal hasta las Semifinales, donde caerían frente a España. Un tropiezo a nivel nacional que volvía a dejar a Cristiano Ronaldo en el lugar que menos esperaba, derrotado, hundido.

Su prueba de fuego por el Balón de Oro había sufrido un duro revés, le obligaba a volver a casa antes de lo esperado. Sin embargo, pese a que meses antes se había convertido en Campeón de la Liga BBVA con el Real Madrid, su final de temporada ha sido negativo, muy lejos de las expectativas que genera un jugador de su categoría y relevancia mundial.

Allá por el mes de Mayo el Bayern de Munich llegaba al Santiago Bernabéu con un 1-2 logrado en el Allianz Arena que presentaba una noche heróica y grande en Concha Espina. La UEFA Champions League entraba en su punto álcido y Cristiano Ronaldo tiraba del carro, se echaba al equipo a sus espaldas en el inicio de la gran cita, pero cuando más debía dar la cara, cuando más debía controlar la presión, volvió a fallar.

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Aquella eliminatoria llegaría a la tanda de penaltis y el portugués, como principal estrella de los blancos, era el primer lanzador. Un lanzamiento desde los once metros que comenzaría a marcar el resultado final, ya que Cristiano Ronaldo veía como su lanzamiento era detenido de forma brillante por el meta alemán Neuer. Había fallado nuevamente en el momento determinante, recordando otro penalti errado bajo presión en la Final de Moscú frente al Chelsea en 2008. La gran estrella no había estado a la altura.

Por si esto fuera poco, dentro de la Liga BBVA, Cristiano Ronaldo tenía un duelo directo por el Pichichi con Leo Messi. Cada encuentro, con el título ya decidido, se presentaba como una prueba a nivel individual para lograr marcar, para lograr goles que siguieran engordando su cuenta goleadora. Sin embargo, pese a sus grandes deseos, finalmente sería el delantero argentino del Barcelona quien se alzaría con el título de máximo goleador del campeonato individual. Aquella situación se vería maquillada por el título liguero de los de Jose Mourinho, pero a nivel personal era una derrota para el que afirman que es uno de los mejores goleadores del momento.

Una temporada brillante del portugués que ha visto como en su etapa final, cuando los diferentes objetivos entran en su fase definitiva, ha suspendido con creces, ha visto como se le ponía en su contra cada uno de los objetivos que quería lograr.